Travesti “discriminado”. Deplorable promoción de la desviación sexual.

gofrey arbulu

Gofrey Arbulu

Por Rocío Ferrel

Ayer un travesti (o transexual, no sabemos si se ha operado para remedar la forma de una mujer), Gofrey Arbulu, denunció haber sido objeto de “discriminación” en una fiesta en la discoteca Gótica, de Larcomar, tras lo cual diversos medios acostumbrados a presentar travestidos califican el acto de “discriminación”.

El hecho es uno más de la promoción de la homosexualidad y el travestismo por parte de los medios infestados de sujetos que buscan deformar la mente de los menores con estos temas y con la violencia presentados en forma morbosa.

“Pese a recibir el total apoyo de su familia fue discriminado”, dijeron en televisión. ¿Acaso el hecho de que una familia respalde la perversión de un transexual es motivo para que sea aceptado por los demás? Incluso son de corta inteligencia estos “periodistas”.

El derecho de no aceptar el escándalo

Como bien lo dice la Iglesia Católica y el Papa Benedicto XVI, podemos comprender la homosexualidad, que no deja de ser pecado incluso practicada en secreto; pero resultan actos sumamente depravados los comportamientos homosexuales en público, así como las uniones del mismo sexo.

Entonces, todos tenemos el derecho de rechazar conductas escandalosas para proteger a nuestras familias o a nuestros invitados. Por tanto, con un homosexual no hay problema si es homosexual en secreto (deberá dar cuenta sólo a su conciencia y a Dios) hasta que comienza a exteriorizar su condición, lo cual deviene en escándalo y en una agresión moral, que resulta mucho más grave si es ante menores.

Siendo esto así, con Gofrey Arbulú no hubiese sucedido nada, pero es él el quien insiste en escandalizar presentándose vestido de mujer. Quien busca el escándalo no debería quejarse de rechazos.

Con el pretexto de la “discriminación” no podemos privar a los ciudadanos de seguir comportamientos conformes a nuestras creencias, que, en este caso comparten católicos, diversos grupos cristianos, judíos y musulmanes, es decir, cerca del 100% de la población.

A esto, son la Iglesia Católica, junto con la Ortodoxa, las que públicamente condenan estos comportamientos, ante el cómodo silencio de otros cristianos, musulmanes y judíos (imanes y rabinos) que no quieren “molestar” a la prensa y a los promotores de estas desviaciones.

Urge precisar en el ordenamiento legal el derecho al rechazo a las personas que exteriorizan, por su aspecto o por su comportamiento, una conducta escandalosa, con lo cual se pondría fin a tanta absurda queja de “discriminación”.

Identificación y DNI, insulto para la mujer

Geofrey Arbulú dijo que los vigilantes se fijaron en su DNI, donde figura de sexo masculino. Hace bien en declarar su verdadero sexo.

No obstante, hace poco, increíblemente, el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (RENIEC) extendió un DNI a un hombre transexual consignando como sexo “femenino”, lo cual un funcionario muy suelto de huesos presentó como un “logro”, lo cual no es más que un insulto a la mujer.

Una mujer o un hombre, en su condición de seres humanos diferenciados son un maravilla de la creación. Un hombre que se opera con ansias de ser mujer no es más que un hombre cuyo aspecto remeda grotescamente al de una mujer.

Igualmente, sería un insulto para un hombre decirle que es igual a una mujer operada para obtener forma de hombre, pues nunca será hombre.

Por esto resulta ridículo y un acto de ignorancia que junto con el RENIEC haya salido a declarar un médico diciendo que “certifica” que el transexual que obtuvo su DNI de mujer es mujer 100%.

Un transexual NO es ni nunca será una mujer en esencia, podrá tener aspecto feminizado, pero nunca será funcionalmente mujer ni su ADN se convertirá en ADN de mujer; seguirá siendo de hombre en cada una de las células de su cuerpo.

Por lo anterior, es incomprensible que el Colegio Médico permita que uno de sus miembros proclame tal ignorancia.

En todo caso, el RENIEC podría optar por dos nuevas categorías: “hombre operado a aspecto de mujer” y “mujer operada a aspecto de hombre”. Otra cosa sería una mentira y hasta puede resultar en engaño a un potencial cónyuge: una mujer puede ser engañada con un falso hombre y, viceversa, un hombre puede ser engañado y casarse con una falsa mujer, con lo cual el RENIEC incurriría en complicidad en el timo.

Defensoras de la mujer

Ante este atropello de la condición de mujer ninguna de las ONG que reciben dinero para defender a la mujer han dicho nada en el Perú ni en el mundo, donde también se ha insultado a la mujer en el concurso “Miss Universo” al aceptar a hombres operados en forma de mujer.

Ojalá la Iglesia Católica siga los pasos de la Iglesia Ortodoxa, que en Rusia solicitó promulgar una ley para prohibir la promoción de la homosexualidad y su manifestación pública, con lo cual se pondría fin a la televisión morbosa que no respeta a los niños.

 

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