Por Mesias Guevara Amasifuén

“Lo único constante en la vida es el cambio” resueltamente expresa el filósofo, “la vida no es una fotografía sino una película” expresan los analistas políticos, Sin lugar a dudas que estas expresiones reflejan lo que viene ocurriendo en nuestro país: cambios radicales y espectaculares en corto tiempo difíciles de imaginar.

Esos cambios se expresan en el juego de la antipolítica donde no hay reglas ni ética ni principios; allí imperan el interés subalterno y el viejo dicho “el fin justifica los medios”. Los últimos hechos ocurridos, impulsados desde el Congreso de la República, han hecho que el Perú transite de la “operación vacancia” al “indulto negociado”; hacen que millones de peruanos, en especial los jóvenes, se sientan traicionados y además pierdan confianza en la política, políticos y partidos políticos. Estos últimos inmersos en una profunda crisis institucional. 

El Presidente de la República ganó las elecciones por el antifujimorismo, prometió no indultar a Fujimori, el pueblo le creyó y ganó las elecciones por escasos 40 000 votos a la Sra. Fujimori, con quien en el fondo representan los mismos intereses económicos y empresariales, defienden el modelo económico que genera desigualdad para sembrar pobreza y cosechar mendigos. El caduco sistema electoral nos puso en la disyuntiva de elegir entre PPK y Keiko, distorsionó el proceso electoral cambiando la voluntad electoral, aplicando las reglas y las normas de manera desigual.

La decisión de indultar a Fujimori ha abierto una profunda herida difícil de cerrar; el Presidente de la República ha estrechado una alianza con el fujimorismo y sus aliados, aparentemente para garantizar la gobernabilidad y en el Congreso de la República contar con su apoyo. Ha preferido agazaparse en el Congreso y alejarse del pueblo que lo eligió. Prefirió la aritmética a hacer política de verdad. Los congresistas lo tendrán secuestrado y amenazado en especial del fujialanismo y sus aliados provenientes de otras bancadas. Veo difícil que el Presidente de la República salga a caminar por las calles con libertad y confianza.

El próximo paso de la funesta alianza será la impunidad, los congresistas golpistas seguirán en su afán de destituir al Fiscal de la Nación, y a los miembros del Tribunal Constitucional. Audazmente se presentarán ante la prensa monopolizada y parcializada como los líderes de la lucha contra la corrupción, cuando en el fondo su interés es obstruir las investigaciones y evitar el castigo para sus cabecillas.

Los últimos movimientos hacen que la política se haya vuelto pragmática y sin principios; duele ver a sanguijuelas como líderes políticos que negocian el futuro del Perú, y que nos hayan convertido en un mar donde pululan los corsarios sin patas de palo y sin loros porque ahora lucen ternos y celulares. Duele ver como la política digna es tirada por el sanitario, ver como se esfuman las esperanzas de construir un futuro promisorio y digno para nuestra gente. Duele ver cómo la política es acaparada por personajes sin solvencia moral y sensibilidad social, donde prima su interés personal. Duele ver cómo el Perú es convertido en una republiqueta.

El riesgo es que esta clase de antipolítica atraiga a la anti política radical y extrema premunida de mensajes reivindicativos sociales, es decir, que pasemos del extremo manejado por corsarios a un extremo liderado por aventureros. La clase política peruana ha tocado fondo, ya no expresa la voluntad del pueblo; hoy más que nunca necesitamos un nuevo contrato social. PPK ha acelerado la crisis del sistema y creo que la fuerza del pueblo exigirá que haya elecciones para elegir una constituyente.

PPK se ha equivocado al creer que el indulto de Fujimori servirá para la reconciliación; al contrario ha polarizado al Perú. Es el inicio de un camino incierto y peligroso para la gobernabilidad, la reacción del pueblo será incontrolable por obra y gracia del sr Presidente.

 

http://pensamientotenaz.blogspot.pe/2017/12/el-riesgo-de-la-anti-politica.html