En estudio asegura que la cafeína presente en algunas flores estimula la memoria de las abejas, lo cual incrementa las posibilidades de polinizarlas.
El estímulo de la cafeína incide en el comportamiento de las abejas, haciéndolas regresar al mismo tipo de planta y mejorar sus posibilidades de polinización, pues las ayuda a recordar la ubicación de las flores.
En el néctar de las flores las abejas obtienen el equivalente a una taza de café instantáneo en los humanos, dada la relación de su masa corporal, dice el estudio realizado por la Universidad de Newcastle.
Algunos néctares de cítricos, como la naranja y la uva, contienen cafeína, aunque en concentraciones menores.
La cafeína es un químico de defensa en las plantas y tiene gusto amargo para muchos insectos, incluyendo las abejas, explica el profesor Phil Stevenson, coautor del estudio, quien agrega que, no obstante, las dosis son muy bajas para el gusto, pero lo suficientes como para incidir en el comportamiento de estos insectos.
Los investigadores adiestraron abejas para que esperen jugos dulces cuando olían ciertas flores. A algunas de las abejas se les dio cafeína en su jugo y a otras no.
A las 24 horas las abejas a las cuales se dio cafeína se mostraron más proclives a extender sus tubos de alimentación que aquellas a las que no se les dio cafeína.
A las 72 horas las abejas que tomaron cafeína mostraron un aumento del doble de la memorización del olor, lo que demostró que la cafeína tuvo efecto en ciertas células cerebrales responsables de la memoria.
Stevenson mencionó que entender estos hábitos de las abejas puede ayudar a proteger el ambiente, las especies y la industria agrícola.
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