Científicos de la Universidad de Adelaida (Australia) reconstruyeron la apariencia de una  rana gigantesca que vivía en Madagascar hace 68 millones de años y era capaz de comer dinosaurios.

A esta esa especie extinta la han llamado “Beelzebufo”,  y estiman que podría haber cazado y devorado dinosaurios porque su mordedura tenía una fuerza de unos 2.200 newtons, equivalente a la de mamíferos depredadores como el tigre o el lobo.

En su estudio también compararon  la fuerza de mordedura de varias especies de ranas cornudas carnívoras 'Ceratophrys', que hoy en día habitan en Sudamérica.

Explicaron que la gran mayoría de ranas tienen mandíbulas débiles y normalmente consumen presas pequeñas, pero las ranas cornudas emboscan a animales tan grandes como ellas —desde otras ranas hasta serpientes o roedores— y sus fuertes mandíbulas desempeñan un papel esencial a la hora de agarrar una presa.

Las que pequeñas ranas cornudas cuya cabeza mide alrededor de 4,5 centímetros de ancho poseen una fuerza de mordedura que ronda los 30 newtons, mientras que los anuros que habitan los subtrópicos de America del Sur y tienen una testa que mide hasta 10 centímetros de anchura alcanzarían hasta 500 newtons, como otros mamíferos carnívoros de tamaño similar.