neuronaUn nuevo fármaco fue probado con éxito en ratones en los cuales se observó su acción correctora de los síntomas similares al autismo en los roedores, aseguran científicos del Centro de Enfermedades Mitocondriales y Metabólicas de la Universidad de California en San Diego.

El suramin ya se emplea para tratar la enfermedad del sueño en África y este año comenzará un pequeño ensayo en niños.

El estudio, publicado en la revista en internet Public Library of Science ONE, explica que a nivel molecular, el suramin normaliza las conexiones defectuosas del cerebro, las señales de célula a célula, y los efectos metabólicos que se cree están presentes en el autismo.

El fármaco apunta al sistema de mensajes de las células que produce una respuesta metabólica al estrés. Una nueva teoría indica que el autismo está fuertemente relacionado con estas huellas, conocidas como señalización purinérgica.

Los investigadores determinaron que el suramin corrigió 17 tipos de anormalidad relacionadas con el autismo en los ratones genéticamente modificados, incluyendo problemas de comportamiento social.

El autismo presenta una amplia variedad de manifestaciones y se observa más en niños que en niñas. Afecta la capacidad de socializar y comunicarse y puede tener secuelas serias durante la vida de una persona.

El profesor Robert Naviaux, codirector del Centro de Enfermedades Mitocondriales y Metabólicas de la Universidad de California en San Diego, dijo que la teoría de su centro de investigación es que el autismo ocurre porque las células se pegan en una forma de defensa metabólica, por lo cual no pueden “hablar” unas con otras normalmente, lo cual puede interferir con el desarrollo y funcionamiento del cerebro.

Naviaux dijo que el ensayo clínic en niños todavía se encuentra en una etapa previa y que la terpia antipurigénica (APT) ofrece una nueva e interesante posibilidad de desarrollar una nueva clase de fármacos para tratar este desorden.

El profesor citado explicó que él y su equipo creen que las causas genéticas y ambientales del autismo pueden ser rastreadas en una sostenida respuesta celular de peligro, relacionada con la inmunidad y la inflamación.

“Cuando las células son expuestas a formas clásicas de peligro, como un virus, una infección o una sustancia ambiental tóxica, se activa un mecanismo de respuesta”, señaló el profesor y agregó que ello ocasiona cambios en la expresión (actividad) y metabolismo de los genes y reduce la comunicación entre las células vecinas y si dejan de “hablar” entre si, los niños también dejan de hablar.

El suramin es un inhibidor de las señales purinérgicas que se emplea en África para tratar el mal del sueño poco después de haber sido sintetizado por primera vez en 1916.

Naviaux dijo que la sorprendente efectividad del fármaco en los ratones puede conducir la elaboración de fárnacos antiinflamatorios totalmente nuevos para tratar el autismo y otros desórdenes.