CARTA ABIERTA AL c. JESUS GUZMAN GALLARDO Y  AL SR. HERBERT MUJICA

 

 Boston, 15 de noviembre del 2010

 

c. Jesús Guzmán Gallardo

 

Sr. Herbert Mujica Rojas

 

Señores:

 

Me refiero al artículo del c. Jesús Guzmán Gallardo titulado “¡Insurgencia ya!”, publicado por Herbert Mujica Rojas en su prestigiosa columna digital “Señal de Alerta” el día de hoy, el mismo que reproduzco al final de esta comunicación, y por el cual el c. Jesús Guzmán Gallardo solicita la conformación de un “Comando de Acción” a través de un medio, bueno es subrayarlo, digital.

Sobre el particular cabe aclararles lo siguiente:

Llama profundamente la atención la “inacción” de que se queja y “denuncia” el c. Jesús Guzmán Gallardo en el artículo que nos ocupa, toda vez que los atropellos de los que han sido tristes protagonistas la cúpula del PAP, y cuyo corolario es la ilegal nominación de Mercedes Aráoz como candidata a la presidencia de la república, es producto, precisamente, de la inacción y el tibio liderazgo del c. Jesús Guzmán Gallardo y su movimiento, excluyente y sectario, denominado “Al rescate del Aprismo”.

 

En efecto, sobre el particular cabe recordar que el 7 de mayo del año en curso, es decir en el pico de la crisis en el interior del PAP con los audios que comprometían a Jorge del Castillo y las denuncias por corrupción en contra de Omar Quesada, fue publicado en el diario “LA PRIMERA” un comunicado en el cual un reducido grupo de compañeros, que no pasaron de quince (15), solicitamos públicamente, en lo que respecta al ámbito estrictamente partidario, la suspensión indefinida de los derechos partidarios de Alan García, Jorge del Castillo y Omar Quesada y el levantamiento del secreto bancario de cada uno de ellos, así como la conformación de un Comando de Acción integrado por compañeros de probada trayectoria moral y que asumiría el gobierno del PAP, y la convocatoria a un congreso ideológico y programático orientado, además, a reorganizar la estructura orgánica del PAP.

 

Ese comunicado fue puesto a consideración de varios compañeros, entre ellos ustedes dos, c. Jesús Guzmán Gallardo y Herbert Mujica (como también del propio c. Luis Alberto Salgado), para su evaluación, corrección o aportes y, finalmente, para sus firmas, ya como un comunicado consensuado y unitario de las fuerzas morales del aprismo.

 

Pues bien, cabe recordarles, c. Jesús Guzmán Gallardo y Herbert Mujica, que ustedes SE NEGARON a firmar el referido comunicado (así como el c. Luis Alberto Salgado).

 

El c. Jesús Guzmán Gallardo incurrió, además, en otras actitudes inconsecuentes e irresponsables con relación a ese comunicado. Me explico: Primero solicitó, a través de sus allegados, encabezar la lista de firmantes. Se aceptó el pedido. Luego solicitó que se incluyera en el comunicado el logo de su movimiento “al rescate del aprismo”. Se aceptó el pedido. Luego cambios en la redacción. Se aceptó el pedido.

 

Al final, y pese a nuestro deseo de satisfacer los pedidos del c. Jesús Guzmán Gallardo con relación al comunicado, todos aceptados en aras de la unidad, Jesús Guzmán Gallardo NO lo firmó, demostrando con ello reprobable personalismo, irresponsabilidad y una mezquindad, hasta esos momentos y en lo personal, totalmente desconocidos.

 

Afirma el c. Jesús Guzmán Gallardo en su artículo que “ya es hora de la insurgencia” (?). El c. Guzmán Gallardo tiene atrasado el  “reloj de los momentos históricos” y las oportunidades políticas, no solamente porque se negó caprichosamente a firmar el comunicado publicado en “LA PRIMERA” sino porque, además, NO tuvo el valor, el coraje, la decisión de aceptar la propuesta que de manera reservada se le hizo llegar a él y a su movimiento (y al c. Luis Alberto Salgado) de organizar y llevar a cabo, en las primeras horas del 22 de febrero del año en curso, “Día de la Fraternidad”, el asalto y toma de la Casa del Pueblo, para lo cual -en lo particular-, me ofrecí, poniéndome a total disposición y servicio del c. Jesús Guzmán Gallardo y sus “rescatistas”.

 

 

Jesús Guzmán Gallardo prefirió anunciar, idílicamente, un “apoteósico mitin” nada menos que en el Campo de Marte, para luego reducir sus expectativas a una manifestación en la Avenida Alfonso Ugarte, “manifestación” que terminó, como todos sabemos, en una inocua y dispersa reunión de amigos en las veredas aledañas al local del PAP.

 

 

De modo pues, que la escalada de abusos perpetrados por la cúpula del PAP, desde la realización de un congreso nacional bastardo, la imposición de las “autoridades” del PAP, la continuidad y el regreso de dos secretarios generales comprometidos en actos de corrupción y, finalmente, la imposición de Mercedes Aráoz como candidata presidencial del PAP, ES PRODUCTO Y CONSECUENCIA DIRECTA DEL LIDERZGO INCONSECUENTE, MEZQUINO, TIBIO Y FALAZ DEL c. JESUS GUZMAN GALLARDO Y LA INACCION DE SU MOVIMIENTO “RESCATISTA”, EXCLUYENTE, UTOPICO E IRREALISTA; responsabilidad que comparte con el propio c. Luis Alberto Salgado, con quien, dicho sea de paso, el c. Jesús Guzmán Gallardo y sus “rescatistas” jamás se unieron en diálogo, propósitos y acción, lo que demuestra el personalismo excluyente de ambos liderazgos.

 

 

 A ello se suma el probado sectarismo que ha demostrado tanto el c. Jesús Guzmán Gallardo como su grupo, que ha acallado por la fuerza toda crítica constructiva dirigidas contra él, lo que prueba que NO nos encontramos únicamente frente a una lucha contra la corrupción en el partido y la modernización de su programa político, sin abdicar de sus principios fundamentales. NOS ENCONTRANOS FRENTE A UNA LUCHA ENTRE UNA VIEJA Y TRADICIONAL FORMA DE HACER POLITICA -SECTARIA, INTOLERANTE, ABUSIVA, INCONSECUENTE Y DIFAMATORIA DE AQUEL QUE SE ATREVA A DISENTIR, CARACTERISTICO DE LA “GENERACION PERDIDA” QUE ENCARNA JESUS GUZMAN GALLARDO Y A LA QUE TAMBIEN PERTENECEN LOS GARCIAS, LOS MULDERS, LOS DEL CASTILLOS Y LOS QUESADAS-, Y, DE OTRO LADO, LA MODERNA FORMA DE HACER POLITICA: ABIERTA, PLURAL, DEMOCRATICA, PARTICIPATIVA, RESPETUOSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESION, EFICIENTE, ENTERADA DEL MUNDO, COSMOPOLITA, JOVEN, ANCLADA EN LA CENTURIA Y QUE CREE, NO EN LOS LIDERAZGOS MESIANICOS Y FUNDAMENTALISTAS DE GRUPOS SECTARIOS, ILUMINADOS Y MEZQUINOS, SINO EN LIDERAZGOS COLEGIADOS, ABIERTOS A LA CRITICA, MORALES Y TECNICAMENTE PREPARADOS, TAL Y COMO FUE, ADEMAS, EL DESEO POSTRERO DE VICTOR RAUL HAYA DE LA TORRE.

 

 

Indudablemente Jesús Guzmán Gallardo NO es la solución para el aprismo; por el contrario, es parte del problema. Un problema que nace de la etapa formativa de su educación política y de sus allegados, que se origina en un partido político vertical y sectario y que debe ser, en el mejor de los casos, renovado o, de lo contrario, superado si, como se aprecia, oficialistas y críticos no son otra cosa que dos ramas anquilosadas de un mismo árbol, viejo, seco y estéril.

 

Atentamente,

 

Marco Antonio Flores Villanueva

 

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Sent: Monday, November 15, 2010 6:26 AM

 

Subject: ¡Insurgencia Ya!

 

¡Insurgencia Ya!

 

por Jesús Guzmán Gallardo; Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

http://www.voltairenet.org/article167515.html

 

 

15-11-2010

 

A la fecha, el Partido Aprista Peruano ha devenido en una agrupación electorera como muchas otras que históricamente ha visto pasar la república para luego extinguirse agónicamente en la inopia política.

 

El Partido que ayer fuera escuela, ágora de debates hasta altas horas de la madrugada en que solíamos despedir a Víctor Raúl, de congresos y convenciones multitudinarias de algazara democrática  y de hombres y mujeres probos con vocación y convicción por la justicia social, es ahora refugio de delincuentes y traidores, de apóstatas y sinvergüenzas sin ápice de rubor alguno.

 

Allí, hoy sólo se forman eunucos que medran alrededor de líderes de pacotilla que han hecho del oportunismo y del enriquecimiento ilícito, práctica vil y despreciable.

 

Los ilegales dirigentes de la cúpula impresentable no han hecho otra cosa que retrasar el reloj de la historia en su accionar pragmático, restituyendo el caudillismo, el clientelaje y la política de butifarra y ron, expresiones del civilismo que aprendimos a combatir sin tregua. Así, se han convertido en garabatos trágicos, en parangón con dirigentes y adalides como Manuel Arévalo, Luis Negreiros Vega, Luis Felipe de las Casas, Manuel Seoane, Luis Heysen, Carlos Manuel Cox, Luis Rodríguez Vildósola, Alfredo Tello Salavarría, entre muchos.

 

Alan García, el anti-Haya, y sus corifeos los choquehuancas postmodernistas, han evolucionado al extremo de ejercer impunemente una dictadura execrable y de estilo fascista y, en consecuencia, la práctica  cotidiana de un autoritarismo que se traduce en haber violentado la ley de partidos políticos y los estatutos partidarios para efectivizar estrategias personales que los blinden de futuras investigaciones, acusaciones y denuncias. Y tan sólo para conseguir la miseria de algunas curules congresales.

 

La cúpula, ha fraguado congresos para santificar sus tropelías, llevándose de encuentro la fraternidad, la disciplina y la unidad monolítica de otros tiempos.

 

¡No nos extrañe que pronto el Cojo Mame, el Cholo Jacinto y los Destructores sean elegidos como inmaculados portavoces siendo que aquellos gozan en la discutible condición de hampones de la que se enorgullecen y aquí los rábulas disimulan y aparentan una honradez de la que carecen.

 

Tampoco debía sorprendernos cualquier alianza política con Keiko Fujimori, Luis Castañeda, Alejandro Toledo o Pedro Pablo Kuccinzki; para los nostálgicos amantes y seguidores de las alianzas con Prado y Odría todo puede suceder y ya nada puede aterrarnos.

 

Hoy podemos repetir con Haya de la Torre, y los mas jóvenes con mayor razón, que ¡no tenemos maestros porque a todos los hemos visto claudicar!

 

No enseñan los falsos, trafican con la ideología de tal forma que sus más radicales áulicos definen al Partido como de centro-izquierda, vocablo centrípeto y oportunista.

 

Han hundido a nuestra agrupación en el océano tenebroso de la crisis del sistema de partidos políticos y nadie se siente responsable, embutidos como están de dólares y euros deshonestos, en sus pieles de hipopótamos.

 

Han involucionado de la izquierda democrática y auroral, a la derecha sirviente de los imperialismos y del poder económico nativo, en clara traición cobarde a la doctrina creada y sustentada tenazmente con la sangre heroica de nuestros mártires.

 

Los códigos de ética y moral del aprismo que generaron la mística que lo hizo grande y diferente de las tradicionales organizaciones políticas, han sido arrojados al tacho para cobijar ignorantes, delincuentes y traidores al pensamiento de Haya de la Torre quien murió consecuente con la doctrina que creó, lideró con brillo y, sobre todo, austeridad digna. El contraste con los seguidores del alanismo es obvio y claro, solo ostentan apostasía, riquezas mal habidas y corrupción en sus trayectorias.

 

Y como cereza del tóxico menú (hablando moralmente), imponen una candidata a la presidencia que proviene de las fuentes más conservadoras de la derecha, que no tiene empacho en afirmar que ella es el continuismo de la política de García, vale decir que se refocilan en admitir su precaria condición de vasallos del imperialismo, de entreguismo e hipoteca de nuestros recursos naturales, de los tratados de libre comercio asimétricos y de una política antilaboral que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

 

Han prostituido, en suma, desnaturalizado en su más íntima esencia, al Apra.

 

El Partido ya no es el movimiento de Haya de la Torre.

 

La comparación más cercana es que hoy el Partido es la cueva de Alí Baba, donde los nuevos ricos y proditores exhiben sus pobrezas espirituales y las manos untadas en sangre inocente y en el lodo de la ignominia.

 

¡No hay, pues, alternativa. O los expulsamos del Partido que han profanado o asistimos a sus funerales. O se forma un Comando de Acción con compañeros honestos y leales o lo dejamos morir por inanición!

 

Las auténticas y supérstites bases del partido no pueden esperar en la inacción que equivale a ser cómplices de los Garcías, Mulderes, del Castillos, Quezadas, Bendezúes, Moranes, Velásquez, Vílchez, Barredas, siguen nombres, la lista de desvergonzados es muy larga; que han echado por tierra el andamiaje moral y doctrinario de la agrupación política que fue esperanza para la redención del pueblo.

 

Ser de izquierda democrática y revolucionario, no concibe otra actitud que la directa y decidida acción, sin medias tintas, sensualismos y frivolidades. En otras palabras, es rebelarse y plantear la desobediencia efectiva contra la cúpula y sus secuaces, persuadidos de estar en la línea correcta, la misma de nuestros héroes y mártires, la misma del único Jefe de nuestro partido. Si no lo hacemos, la historia y nuestros muertos nos pedirán cuentas por haber permitido el deshonor y la infamia.

 

¡No hay otro camino! ¡Rescatemos el aprismo! y eso pasa por la insurrección moral, doctrinaria y redentora en contra de los traidores y usurpadores, tarea exclusiva de los verdaderos apristas.