Exportación de espárragos y suicidio ecológico

esparragos.jpgLa tan publicitada exportación de productos agrícolas tiene un lado oscuro. Por la irresponsabilidad, incapacidad y corrupción de los políticos, y por la codicia de ciertos empresarios del agro, se está poniendo en gravísimo peligro la seguridad alimentaria del país, al escoger justamente zonas desérticas, de muy poca agua, para dedicarlas a cultivos que requieren hasta siete veces más agua que otros. Leamos.


Agua peruana se evapora en cultivos de exportación
El  notable crecimiento de las exportaciones agrícolas del Perú puede hacer desaparecer un recurso esencial para la vida. El agua se va del país, y sin costo, en cada embarque.

Rosa María Alva R.
www.ciencias.pe

Mientras el agua dulce se extingue en la superpoblada costa peruana, las plantaciones más demandantes de este recurso crecen sin parar para el lucrativo comercio exterior. Expertos advierten sobre este daño y exigen mayor responsabilidad del gobierno y de todos los involucrados.

Un ejemplo de este pujante sector es la producción de espárragos, que genera 120 000 empleos sólo en el campo, según cifras oficiales. Pero, a la vez, requiere de grandes cantidades de agua. Para una hectárea de espárragos se necesitan  22 000 metros cúbicos de agua, siete veces más de la que se necesita apara el desplazado cultivo de uva quebranta, tradicional en el sudoccidental departamento de Ica.

Según  David Bayer, del Instituto de Promoción para la Gestión del Agua (Iproga), esas estimaciones aún están “muy por debajo de la cifra real, porque no incluye el agua usada en el empaque del producto con destino a la exportación o para preparar y aplicar los agroquímicos y los productos para el crecimiento de las plantaciones”. Sostuvo que se deberían agregar unos 2 000 metros por hectárea de espárrago.

Respetar la huella hídrica
Hay una huella hídrica que necesita ser considerada, aseguran los expertos. Ica y La Libertad, en el noroeste de Perú, son las regiones costeras con las más grandes extensiones de cultivos de espárragos, pese a que son las más desérticas del país.

En la zona costera del Pacífico, que concentra 70 por ciento de la población peruana, el promedio es de 2 000 metros cúbicos de disponibilidad de agua por persona al año, mientras que en el área amazónica, con sólo 26 por ciento, es de 291 000 metros cúbicos disponibles por persona al año.

“La huella hídrica es un argumento que exige la responsabilidad a todos, de las empresas, del estado y de los peruanos en general, que debemos trabajar en la sostenibilidad de un recurso tan escaso para el planeta”, señala el investigador Laureano del Castillo, del Centro de Estudios Sociales.

Este experto en temas hídricos y políticas rurales consideró que es importante “evidenciar el uso del agua en los diversos procesos productivos de la industria, porque no es posible seguir cultivando productos altamente demandantes de agua en zonas desérticas”.

El acuífero de Ica es uno de los reservorios más importantes de aguas subterráneas de la costa peruana, pero se está secando y, si continúa a ese paso, en 2013 podría desaparecer, advirtió Bayer. Los iqueños disponen de  menos de 2 000 metros cúbicos de agua por persona, lo cual es considerado una situación de estrés hídrico.

A la sobreexplotación del recurso se han unido los cambios del clima debido al derretimiento de los nevados de Huancavelica, región contigua a Ica, y que abastecen de agua a sus ríos principales. Los especialistas señalan como otro reto los proyectos de producción de biocombustibles, que también se promueven en la costa a partir de la caña de azúcar, otro cultivo que demanda agua en abundancia. Sin embargo, son impulsados como alternativa al cambio climático.

¿Qué salidas existen?
Los expertos proponen que las seis empresas de exportaciones agrícolas más grandes de Ica dejen de sembrar la mitad de sus tierras para ahorrar cerca de 75 millones de metros cúbicos de agua anualmente.

El total de aguas superficiales usado por los 14 000 regantes en Ica es de 633 millones de metros cúbicos por año; lo que se extrae del subsuelo, mayormente por parte de las agroexportadoras, llega a 563 millones de metros cúbicos, mientras que la sobreexplotación del acuífero es de 311 millones de metros cúbicos.

Se debe trabajar en un proyecto de caudales ecológicos para determinar la capacidad de uso de las cuencas hidrográficas; y este análisis debe hacerse en los consejos de cuenca, en el que deben participar por ley los diversos actores involucrados, que siguen sin crearse. Hace falta establecer mecanismos para garantizar que este recurso hídrico del país tenga sostenibilidad porque es estratégico e indispensable para la vida humana.


De Ciencia y Tecnología, suplemento de La Primera, Lima 14.02.2011.