Lourdes Flores pide no vender gas a Chile

Lourdes Flores y Ollanta Humala
Mientras Ollanta Humala duerme el sueño de los justos

La lideresa del Partido Popular Cristiano (PPC), Lourdes Flores, pidió al Presidente de la República no vender gas a Chile y sostuvo que ese recurso debe ser empleado para sostener el crecimiento, por lo menos hasta el 2030 o el 2040, posición que comparte su partido político.


Las declaraciones de Lourdes Flores son muy oportunas, pues se producen después que el lunes el presidente García anunció que si hay resistencia a la venta del gas a Chile entonces lo convertiría en electricidad para venderla a los chilenos.

"No habrá posibilidad de sostener un país con un crecimiento de 9% durante 30 ó 40 años si no pensamos en la energía del Perú. Por eso le decimos desde el PPC al presidente de la República: Señor, no venda usted el gas a Chile, porque hay que preservar la energía que el Perú demanda", exigió enfática en conferencia convocada con la presencia de los líderes de su partido.

La dirigenta pepecista señaló que no sólo se trata de un asunto de soberanía, sino de prudencia natural, pues no se puede hace un negocio llevados por la coyuntura dejando de lado el futuro del Perú. “Esta prevención no tiene que limitarse al gas, también se tiene que prever el agua, mas aún si hablamos de calentamiento global", añadió.

Vemos que Lourdes Flores sí tiene visión de estadista, pues hace abstracción de la coyuntura del momento y piensa en el desarrollo futuro del Perú, visión de la que carece Alan García.

El liderazgo político en el Perú


Hace unas semanas García se lanzó contra los partidos políticos asegurando que no hay oposición de parte de ellos y que la única oposición se encuentra en la prensa. Las afirmaciones del Presidente son en parte ciertas, pues quien debería liderar la oposición en lo que respecta a los recursos estratégicos del país, como es el gas, debería ser el Partido Nacionalista, con su líder Ollanta Humala.

Pero antes que Humala vemos una intervención muy ponderada de Lourdes Flores, lo que deja ver la mediocridad de Humala y de su partido, con excepción de contados congresistas.

Desde que García asumió su cargo, Ollanta Humala ha destacado por su mutismo y por su inacción, pues un líder no sólo debe dar declaraciones, sino que debe educar y movilizar por lo menos a sus militantes, cosa ajena a Ollanta Humala, quien con esa actitud traiciona a la gente que votó por él pensando en que sería un defensor de los verdaderos intereses del país.

El único acto consecuente de Humala ha sido viajar y organizar una marcha a la frontera para constatar que Chile viola el tratado de 1929 y usurpa casi cuatro hectáreas de suelo tacneño en la zona del punto Concordia.

Pero aparte de eso, no se ve acciones efectivas sobre otros asuntos de soberanía y de recursos estratégicos, como el gas, la entrega de cielos abiertos y el espionaje de Lan, el entreguismo prochileno de García en los puertos, entre otros. Para eso no sólo que no ha realizado declaraciones precisas, ni esclarecedoras ni que sienten la posición de su partido, sino que no ha movilizado a la población, lo que es mucho más notorio teniendo en cuenta que es la segunda fuerza política en el país.

La actitud pasiva de Humala resulta mucho más significativa si tenemos en cuenta que, a diferencia, por ejemplo, de Lourdes Flores, él es militar, por tanto, por su formación entiende la amenaza de Chile, país delincuente y enemigo del Perú, pero tampoco actúa como militar consecuente, no sólo por no movilizar a la población ante los casos mencionados, sino por ejemplo, por la infame colocación de un busto al hampón chileno Arturo Prat en la Escuela Naval, acto perpetrado durante la gestión del traidor Allan Wagner en Defensa, lo cual es un insulto sin nombre a la fuerzas armadas y a la memoria de los que han defendido al Perú contra los criminales chilenos. Pero esa afrenta no ha merecido ni siquiera un plantón de parte de Humala.

Un líder nacionalista de verdad hace tiempo debería haber realizado manifestaciones denunciando estas traiciones. Lejos de eso, para lo único que ha organizado una manifestación ha sido para sus fines personales, quejándose de la acción del poder judicial en los procesos que se le sigue. Además, suele rechazar entrevistas con la prensa, a duras penas accede a presentarse en algunos medios. Con Nuestro Perú ha intentado entrevistarlo hace más de un año y sus asesores de prensa siempre han negado una entrevista. Si ahora se muestra inalcanzable, ¡qué sería si hubiese ganado! No hay nada peor que un político encerrado como en un corralito por sus asesores y apartado del público. ¿Así quiere ser democrático?

¿Es esa la manera de construir política? Estamos en la práctica ante un líder que está más bien cercano a desarrollar el culto a la personalidad: que el país, sus recursos estratégicos, el control de su economía, etc., estén siendo entregados a los intereses chilenos no es motivo de organizar una manifestación, pero sí una cuando a él lo afectan.

Estamos pues ante un pobre y egoísta papel de Humala, que así traiciona las expectativas de la población y más bien presta oídos a agentes prochilenos como Carlos Tapia, a quien se ha visto defender al traidor prochileno Allan Wagner. Si el papel de Tapia es neutralizar a Humala, lo está haciendo muy bien, pues éste, lejos de darse cuenta de con quien anda, con su pasividad consiente que el gobierno se prepare para perpetrar más atropellos contra los intereses del país.

Si el nacionalismo quiere sobrevivir, debe aprender a reconocer a pseudolíderes como Humala y reorganizarse con gente que tenga las ideas más claras y que de verdad anteponga los intereses del Perú y no sus intereses personales.