Ernesto Linares Mascaro

 

Este post es la continuación de uno anterior sobre el Combate del 2 de Mayo de 1866 en donde detallaba las baterías del sur. Ahora voy a detallar las baterías del norte. Estas baterías estaban al mando del José Joaquín Inclán y de acuerdo a lo detallado por el historiador naval Fernando Romero Pintado (“Historia Marítima del Perú”, Tomo VIII, volumen 2), estaba al norte de la zona poblada del Callao.

 

bateria Pichincha 1866

Batería Pichincha

La primera de las baterías era el fuerte Ayacucho, erigido sobre el antiguo fuerte colonial San Miguel, llamado en esa época Castillo El Sol, fuerte auxiliar del Real Felipe. El fuerte estaba ubicado pasando el actual ingreso del muelle de DP World, delante de la calle Manco Cápac.

A 500 metros al norte del fuerte Ayacucho estaba la Torre Junín, que al igual que la Torre de La Merced, eran cañones Armstrong sobre una torre giratoria diseñada por el británico Cowper Coles, llamada “tamborete” en el parte oficial. Entre el fuerte Ayacucho y la Torre Junín, más pegada a la torre, estaba la batería Pichincha. A 400 metros al norte, en una zona pantanosa, estaba la batería Independencia.

 

A continuación reproducimos el parte oficial de las baterías del sur, respetando la ortografía original.

 

Diario oficial El Peruano, sábado 12 de mayo de 1866

R. P.- Comandante General de las Baterías del Norte.- “Torre de Junín”.- Callao 2 de Mayo de 1866

Al Señor General Jefe de E. M. G.

            S. G.

Me es honroso y satisfactorio á la vez, cumplir con el deber de dirijir á US., para que se sirva darle el giro conveniente, el parte de los sucesos ocurridos en las baterías del Norte que bajo mis órdenes combatieron gloriosamente el dia 2 del actual contra la escuadra española.

A las 11 de la mañana del citado dia se notó que la dicha escuadra dirijia su rumbo en son de combate, desde el cabezo de la isla San Lorenzo hácia la bahía; habiendo entrado en ella alineando sus naves en divisiones paralelas á la línea de nuestras baterías, comprendidas entre el Norte y el Sur de la rivera del puerto, tres fragatas que se cree fueron la “Villa de Madrid”, la “Resolución”, la “Berenguela” y la corbeta “Vencedora”, formaron su línea de batalla á sotavento de la bahía, frente de las de mi mando, las cuales rompieron sus fuegos á las 12 y 1 p.m.

Las referidas baterías se hallaban montadas con el número total de 15 piezas de diferentes calibres, distribuidos de Sur á Norte en la forma siguiente:

Fuerte de “Ayacucho” – Con dos cañones Blakely, calibre de 450 libras, comandadas, la 1a. por el Sargento mayor D. Felipe S. Crespo, y la 2a., por el id. graduado D. Guillermo Smith; siendo el jefe de este fuerte el resuelto Teniente Coronel graduado D. Andres A. Cáceres.

Batería de “Pichincha” – Con 5 cañones de 32 libras, largos, comandada por el Teniente Coronel Don Melchor Delgado, siendo jefes de las piezas el Capitan graduado D. Mariano Villegas de la 1a.; el Teniente D. Guillermo Guerrero de la 2a.; el id. D. Pedro Bermudez de la 3a.; el Subteniente D. José Antonio Sárrio, de la 4a.; y de la 5a. el Teniente D. Enrique Caravedo; siendo Ayudante de esta batería el Sargento mayor D. José Agustín Bedoya.

Torre de “Junín” – Con dos cañones Armstrong calibre de 300 libras, comandadas por el Sargento mayor D. Tomas Iglesias, siendo á la vez jefe de la 1a. pieza, y el Capitan D. Nicanor Loyago.

La batería de la “Independencia” – Con 6 cañones de 32, cortos, mandada por el Teniente Coronel D. Mariano Delgado de la Flor; siendo jefes de pieza de la 1a. el Teniente Coronel D. Marcelino Varela, de la 2a. el id. graduado D. Simon Barrionuevo, de la 3a. el Sargento mayor D. Gregorio N. Espinoza, de la 4a. el id. Don José Ampuero; siendo el Ayudante de esta batería el Sargento mayor D. Manuel Mori Ortiz.

canon blakely

Cañón Blakely

Así que empezaron los fuegos dispuse fuesen contestados por nuestras baterías del fuerte de “Ayacucho” donde me hallaba, enarbolándose á la vez el pabellón Nacional, en medio de aclamaciones entusiastas. En seguida marché con celeridad á recorrer las demás baterías de la línea, dejando allí al inteligente y esforzado Comandante de las piezas de grueso calibre Don Benigno Febres. En todas se fué generalizando el combate, repitiendo mis prevenciones de que se hiciesen los fuegos con calma y certeza, aguantando cuanto fuese posible los del enemigo, con el fin de inspirarle confianza y de que no conociese tan pronto el alcance de nuestros proyectiles; estableciéndome en seguida en la Torre de “Junín”, en razón de hallarse situada casi al centro de la línea y haberla designado, por órden general, como el punto de mi residencia para recibir los partes de las ocurrencias que tuviesen lugar. En cada una de las fortificaciones de mi mando tuve la satisfacción de encontrar en sus puestos á los Comandantes, dando pruebas inequívocas del mas sereno valor y entusiasmo: merced á esto, á la calma y precisión de sus punterías, los disparos se hicieron cada vez mas certeros, causando visiblemente gravísimos daños á nuestros audáces y obstinados enemigos; y miéntras esto sucedia en el Norte, sabido és ya que otro tanto se realizaba en las baterías del Sur, aunque con irreparables pérdidas para la patria. Solo así puede explicarse el espléndido triunfo que, después de cinco horas de rudo combate, obtuvimos con 50 cañones contra 300 de que disponía la orgullosa flota enemiga.

Una vez que dejo generalizados los hechos, debo puntualizar, de la manera mas breve: los detalles relativos á cada una de las baterías:

Fuerte de “Ayacucho” – Después de varios disparos hechos por los magníficos cañones de este fuerte, con el mejor éxito, se interrumpió por corto tiempo el manejo de la primera pieza, pero fué reparada brevemente por su activo Comandante, entrando luego en batería: la segunda sufrió mas tarde una séria avería, por haber salido fuera del eje de su corredera, circunstancia que oportunamente tuvo lugar al disparar el último cañonazo sobre la “Almanza” que fué el buque enemigo que nos ofreció la mas tenaz resistencia. Ambas piezas han disparado 35 proyectiles: tal ha sido la sangre fría y calma con que sus comandantes trataban de asegurar sus punterías, logrando operar con tan buen suceso, que una de sus bombas fué la que visiblemente causó grave daño en un costado de la fragata “Berenguela”, que desde luego se vió en la necesidad de ponerse fuera de combate. En este fuerte solo hemos tenido que lamentar la muerte del joven tacneño entusiasta, Teniente D. Nicanor Vasquez, á quien momentos ántes del combate destiné á la 1a. pieza, para completar la dotación de voluntarios que tenia como repuesto, dicho oficial falleció al segundo dia en el hospital de Bellavista.

Batería de “Pichincha”.– En esta batería se sostuvo con el mejor éxito un fuego nutrido durante el combate, á pesar de haberse desmontado algunas de sus piezas que fueron reparadas poco después por su alentado y laborioso Comandante Teniente Coronel D. Melchor Delgado y de sus entusiastas subordinados; en dicha batería hemos tenido que lamentar la pérdida del sargento 2° Faustino Castañeda y la del cabo 2° Marcelino Torres, resultando heridos el Subteniente D. Adolfo Machuca y el sargento 2° Martin Béjar; en el fuego que se sostuvo solo se han arrojado 164 proyectiles.

Torre de “Junín”.- A pesar del vivo fuego que se dirijió á este importante punto de nuestra línea de defensa, la Torre no cesó de ofender sin sufrir daño alguno de consideración, a pesar de haber recibido su tamborete varios proyectiles enemigos que apenas han mellado su blindaje, haciendo saltar solo una plancha sobre-puesta que cubria una de las troneras que se han cerrado. En esta “Torre” se sufrió el momentáneo contratiempo de haberse atorado una bomba en la mitad del ánima del 2° cañón, paralizando por algún tiempo sus fuegos; pero al fin de varios ensayos, logró sacarla con habilidad el Teniente D. Domingo Rivero, sufriendo impasible los fuegos del enemigo, entrando en seguida el cañón en batería. Entre los certeros tiros que se hicieron en ella, fueron notables uno dirigido por el mayor Iglesias, jefe de la “Torre” que se cree rompió la caldera de una de las fragatas enemigas, sacándola fuera de combate; y otro por el agregado capitán de corbeta Capitan de Corbeta D. Domingo Reyes, que cayó en la toldilla de la “Almanza”, rompiendo el pico de mesana y derribándole la bandera. En esta “Torre” solo se han arrojado 29 proyectiles, pues cumpliendo con las prevenciones que les hacia personalmente á los Comandantes, no se ha dado un solo tiro con precipitación; á ello ha contribuido también el inteligente ingeniero Don Felipe S. Arancibia, que no se separó de ella.

Batería de la Independencia.

Por  consecuencia del nutrido fuego que sostuvo al principio esta batería, servida en su totalidad por jefes y oficiales del Ejército, que con ejemplar abnegación hacen de soldados en ella, se fueron desmontando sucesivamente sus piezas, á pesar de la inteligencia y mecánica minuciosidad de su comandante; quedando casi apagada, aunque no sin haber causado en el enemigo, que al principio se puso al alcance de sus cañones. El Teniente Coronel Don Pedro Calvo, que sirve en ella, me dio parte de lo que ocurria y en consecuencia ordené á este que se hiciesen los mayores esfuerzos por mantener montadas algunas piezas, con el fin de sostener un fuego pausado que manifestase al enemigo que no habían sido apagadas. Mandé en seguida á mi ayudante el capitán D. Juan Manuel Sotillo, á comunicar esta ocurrencia á S. E. y al Secretario de Guerra : posteriormente ordené al Sargento mayor Don Andrés Belaunde fuese á las baterías del sur á pedir al Sr. Secretario de Guerra: posteriormente ordené al Sargento mayor Don Andres Belaunde fuese á las baterías del sur á pedir al Sr. Secretario de Guerra una sección de Artillería Volante que pudiese protejer aquella batería, pues anticipadamente se me habían hecho prevenciones para este caso.- En los fuegos que sostuvo solo se han consumido 153 balas esféricas.

Al concluir esta parte me encuentro sobremanera embarazado para individualizar los reconocimientos de los bravos defensores de la honra nacional que han combatido bajo mir órdenes: no puedo, no debo Sr. General, tentar tan difícil calificación esponiéndome á deslustrar un todo moral que representa la abnegación y el valor más esclarecido de los señores jefes y oficiales y demás individuos cuyas relaciones nominales tengo el honor de adjuntar á US.

A pesar de lo dicho me veo en el deber de mencionar algunos nombres por la excepcionalidad que toca á sus personas; en este concepto me permito poner en conocimiento de US. que el Señor General Buendia, Comandante general de la Division del Norte, su Jefe de Estado Mayor y sus dependencias, no satisfechos sin duda con permanecer en sus puestos donde los peligros no eran tan inminentes, como en las baterías, recorrieron las de mi mando estimulando con su presencia y corriendo los azares de sus camaradas que en ella combatían; y los Señores Coroneles (veterano de la Independencia) Don José A. Barrenechea; Mayor de plaza Don Manuel Saavedra, Don Miguel Saturnino Zavala, Don Francisco Gomez, Don Domingo del Solar, Don Mariano Bolognesi, Don Bernardo Galindo, Don Felipe Franco y Tenientes Coroneles Don Mariano Pagador, Don Mariano Nuñez del Prado, y el retirado Don José María Duran, Don Benigno Zevallos y otros muchos jefes y oficiales cuya relación adjunto, que pertenecieron al ejército de la fenecida administración del ex-General Pezet y concurrieron voluntariamente sin colocación determinada permaneciendo en las baterías desde que se anunció el peligro, dando pruebas de abnegación y de recomendable serenidad. El primero, no obstante su ancianidad, ávido aun de glorias, cuando pudieran bastar las que tiene adquiridas se me presentó lleno de juvenil ardor en la batería de “Ayacucho” pidiéndome un puesto; para cojer sin duda el último laurel que la suerte le ofrecía; allí ha dado pruebas de una serenidad y valor distinguido captándose las simpatías de los que los rodeaban.

Dignos de la mayor consideración han sido los patrióticos y entusiastas servicios prestados por las compañías de bomberos de la capital y de este puerto ya humedeciendo las esplanadas y trincheras, ya prestando mas fuertes servicios en la conducción de piezas para las baterías. Las dirijidas por los distinguidos ciudadanos Don Francisco Lazo, Don José Basagoitia, Don Federico Sotomayor, y Don Agustín Peregrin han hecho dignos de nuestra gratitud, así como las diversas compañías venidas desde la capital á prestar sus servicios en cuanto se ocurria, haciéndose notables en ellas D. Fernando Mariátegui, Don José Manuel Lecaros y Don Juan Guevara.

El interés y filantropía que el Dr. D. Armando Veles, Dr. López Torres y demás cirujanos y practicantes desplegaban al cumplimiento de sus deberes son dignos de elojio y consideración.

Al terminar Señor General cumplo con un deber de justicia recomendando á la consideración del Gobierno el distinguido comportamiento de mis ayudantes, Sargento mayor graduado don Federico Bustios y capitanes don Juan Manuel Sotillo y don Santos Romero, así como la de los agregados Sargentos Mayores don José Andres Beraunde y don Mariano Diaz, quienes no solo me han seguido entusiastas al recorrer los puntos de combate; sino que cumplieron con brio y precisión las diversas órdenes que comuniqué.

Por mi parte creo haber cumplido con mi deber como peruano y como soldado de la Nacion celoso de su honra, que hoy veo limpia y enaltecida; si á esta convicción pudiera agregar la de que S. E. juzgue que he correspondido á su confianza, mis deseos quedarán cumplidos.

          Dios guarde á US.-S.G.-José Joaquin Inclan