punto concordia mapa—Fracaso diplomático del Perú por haber permitido que durante mucho tiempo Chile ejerza dominio en cuatro hectáreas de Tacna y mar correspondiente

—Chile no retuvo todo lo que usurpaba, pero eso de todos modos es ganancia para ellos

—Presión política de Chile y Colombia condicionó el fallo del día de hoy

—Perú debe pedir indemnización a Chile por toda la riqueza pesquera que robó en las aguas que nos devuelva

Favoreciendo la posición chilena, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en contradicción con su práctica habitual —de respetar el principio “la tierra domina al mar”—, ha fallado en el sentido de que la frontera marítima entre Chile y Perú no empieza en el punto Concordia —como corresponde por surgir de un tratado de límites— sino en el punto de intersección con la orilla del mar1 de la línea paralela unilateralmente trazada por Chile desde el hito N.o 1.

De allí, según la CIJ, siguiendo la orientación paralela la línea se prolonga 80 millas; y de este punto la línea va oblicuamente en dirección suroeste.

En estas condiciones, el Perú no obtiene todo lo que le corresponde; y, además, en el trecho de litoral de 256 m entre el punto Concordia y el punto de intersección de la paralela chilena (reconocida por la CIJ) el Perú queda sin mar ("costa seca").

¿Qué ha pasado?

Hay varios factores que se deben tener en cuenta; esto no es algo que surge de un momento a otro. Veamos.

1) Capitulación militar. Pese a que el tratado de 1929 fija en el punto Concordia el inicio de la línea fronteriza Perú-Chile, que va desde el altiplano colla hasta la orilla del mar, los sucesivos gobiernos decidieron dejar que Chile haga lo que quiera; y la fuerza armada, tan apta para tomar iniciativas dando golpes de estado o persiguiendo a compatriotas, nunca ejerció soberanía según lo que nos corresponde por el mencionado tratado. Es lógico que si de manera permanente los militares del Perú se han abstenido de ejercer soberanía en las cuatro hectáreas de Tacna y mar correspondiente, la CIJ haya considerado que Chile tiene la razón. En otras palabras: si los mismos militares peruanos no creen en la línea de frontera de 1929 y se niegan a defenderla, ¡menos la CIJ nos va a dar la razón!

2) Diplomacia obsecuente. En el campo de las Relaciones Exteriores, el Perú nunca se ha caracterizado por tener una posición firme, lo cual significa dejar en claro que la alteración de límites o la transgresión de nuestra soberanía se va a responder mediante la fuerza armada. En lugar de eso hemos mantenido bien alimentados y vestidos a una serie de diplomáticos pusilánimes cuya mayor aspiración parece ser que los chilenos les den un certificado de buena conducta. La larga sucesión de acciones favorables a Chile que ha emprendido la argolla de diplomáticos corruptos se inicia con el ocultamiento de documentos complementarios del tratado de 19292, y se corona con la radical decisión (dictada por Chile) de no incluir el injusto histórico en la demanda cuyo fallo acabamos de conocer. La consecuencia de esto es que la presentación de una demanda sin contextualización histórica ha permitido que Chile se haya salvado de que los jueces vean la ficha policial de un país ratero y terrorista como Chile.

3) Presión política contar la CIJ. No es cierto que la CIJ sea un organismo enteramente libre de injerencias políticas. Recordemos que al presentarse la demanda en 2008, Chile abiertamente amenazaba —y amenaza— con el empleo de la fuerza contra el Perú, y como si eso fuera poco, el agente chileno ante la CIJ, Alberto van Klaveren, exigió que la CIJ rechazara la demanda peruana. A la permanente presión chilena añadamos la conducta de Colombia, de abierto rechazo al fallo de noviembre de 2012 en su diferendo con Nicaragua. Entonces la CIJ no ha querido verse ante un desacato chileno que terminaría deteriorando la autoridad de esta corte internacional. Han jugado en pared Colombia y Chile, para debilitar la toma de decisiones de la CIJ.

4) Con el dueño del circo, no con el payaso. También ha pesado la humilde subordinación de Perú en la Alianza del Pacífico, socio débil y sumiso ante los presionadores Colombia y Chile. Internacionalmente se ve al Perú como sirviente o escudero de Chile, por ejemplo cuando el canciller Rafael Roncagliolo decía que el Perú y Chile “juntos” debían llevar su voz al Consejo de Seguridad de la ONU. Ah, ¿”juntos”…? ¡Cuidado que el Perú ya tiene poses de igualado al creer que puede hacer las cosas “juntos” con Chile; la verdad es que Chile las decide y hace, y el Perú solamente secunda! A este respecto es inolvidable (y muy mal precedente) que el Perú enviase a Haití un destacamento de militares para fuerzas de pacificación, sabiendo que allí estaba Chile3.

Objetivos de Chile

Los inalterables propósitos de Chile de robar tierra y mar y vivir a costa del Perú entran ahora en una nueva etapa. Tras conocerse el fallo de la CIJ Chile quiere:

1) Demorar la ejecución del fallo, lo cual parte de la seguridad que tiene el enemigo de que la fuerza armada no los expulsará de la zona usurpada.

2) Con la demora, aceptada por un Perú sumiso y corrupto, asegurarse de seguir robando los recursos pesqueros del Perú. Para ello Chile parte de dos supuestos: a) la marina de guerra del Perú tolerará la incursión de naves pesqueras; b) utilización de empresas pesqueras mixtas chileno-peruanas, para pescar en mar peruano, para lo cual, según espera Chile por la plata que distribuye, el gobierno peruano violará la Constitución4.

Factor tiempo: Bachelet será la que se burle del Perú

Los sobornos que en el Perú reparte Chile con la intención de no ejecutar de manera inmediata el fallo buscan doblegar voluntades, cansar y debilitar a quienes defienden los intereses del Perú y finalmente imponer su voluntad de robo.

Tenemos amarga experiencia de las dilaciones e incumplimientos de los tratados de Ancón y de 1929, demoras que invariablemente significaron pérdida para el Perú. No dejemos que esto se repita, y entendamos que cualquier postergación nos estará diciendo a las claras que allí Chile soltó su coima.

Además, echando sombras sobre la firmeza y la moral de los sumisos políticos y diplomáticos peruanos, hoy, tras escuchar el fallo de la CIJ, la presidenta electa Michelle Bachelet ha dicho “trabajaré para que la sentencia sea implementada de manera gradual y concertada entre ambos países, velando por los legítimos intereses de Chile”. Esto significa que Sebastián Piñera en febrero y marzo no va a permitir que el Perú haga nada, y será recién Michelle Bachelet quien inicie la mecida por la cual los chilenos han pagado abundante dinero para que en el Perú la acepten.

Solamente el ejercicio de soberanía con el componente militar nos pondrá a salvo de nuevos robos y agresiones de Chile.

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1 Aunque los fallos de la CIJ son irreversibles, sí se puede pedir aclaración sobre algún punto. Y eso es lo que debe hacerse respecto de la no aplicación del principio “la tierra domina al mar”; que nos diga la CIJ cuál es el fundamento en el derecho internacional para haberse apartado de esa pauta. El embajador Rodríguez MacKay señaló que la CIJ nunca había fijado frontera marítima a partir de un punto situado tierra adentro, como el hito N.o 1. Pero ahora lo ha hecho en favor de Chile.

2 Los chilenos hicieron planos para entregar al Perú un dique, un muelle y la aduana. Pero diplomáticos peruanos corruptos ocultaron toda la documentación, para que nuestro país no pudiese exigir a Chile el cumplimiento de lo pactado. Solo 70 años después el embajador Félix Calderón encuentra todo lo ocultado, pero no pasó nada.

3 Esta vergonzosa situación para los peruanos se produjo cuando tomó el mando el ratero chileno Eduardo Aldunate Hermann. Esto permitió a Chile demostrar a todo el mundo que sus fieles escuderos son los militares del país al que derrotó y humilló en la guerra.

4 El artículo 71.o de la actual Constitución dice que en zonas de frontera, hasta los 50 kilómetros: los extranjeros no pueden adquirir ni poseer, por título alguno, minas, tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes de energía, directa ni indirectamente, individualmente ni en sociedad”. Evidentemente, esto deja fuera de juego a los chilenos, que están moviendo sus influencias con empresarios corruptos.

 

No ganamos nada, apenas se recupera algo

Los diplomáticos traidores, los políticos venales y los empresarios corruptos dicen que el fallo de la CIJ ha permitido al Perú “ganar” algo. Eso es totalmente falso; recuperar apenas una parte de lo usurpado no es ganar, es simplemente rescatar algo perdido a manos del enemigo chileno porque los militares peruanos nunca defendieron ni defienden la línea de frontera de 1929.

Añadamos que la mejor zona de pesca de Tacna ha pasado a poder de Chile (“carne para Chile, huesos para el Perú”).

Emitida la sentencia, en este momento Chile continúa en las cuatro hectáreas del triángulo terrestre de Tacna. ¿Qué esperan los militares peruanos parea sacar a balazos a los rateros chilenos? ¿Tienen miedo?

 

 

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