Un nuevo análisis de los restos de las víctimas de la pandemia de gripe de 1918, que se cobró la vida de unas 50 millones de personas en todo el mundo, ha arrojado una nueva luz sobre quiénes corren más riesgo de morir en el caso de contraer el virus.
Los resultados del estudio, publicados esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), contradicen la popular creencia de que, a principios del siglo pasado, los jóvenes tenían las mismas probabilidades de fallecer que los que ya estaban enfermos o frágiles de salud. Por el contrario, evidencian que quienes corrían el mayor riesgo eran las personas con indicios de “estrés ambiental, social y nutricional”.

Pacientes con gripe española en el campus del Colorado Agricultural College, Fort Collins (Colorado, EE.UU.), 1918.