¡Boten a los dinosaurios!
Si los clubes electorales pretenden dejar de serlo, resulta imprescindible que ¡boten a los dinosaurios! de sus dirigencias. No sólo arrastran la etiqueta de perdedores, sino que son traficantes de influencias, deshonestos, mediocres, incapaces de entender al Perú como proyecto revolucionario y no vil cancha de negociados y cuchipandas.