Eficiencia del estado y defensa nacional

Misil Moskit
En los últimos quince días en la prensa local menudean noticias sobre lo que está sucediendo con el mantenimiento o repotenciación de nuestro equipo militar. Por un lado se critica al grupo de personas que en el ministerio de Defensa toman demasiado tiempo en decidir contratos (de compra de piezas de recambio, de mantenimiento, de repotenciación, de adquisiciones1), y las críticas llegan al punto de suscitarse sospechas sobre la lealtad de esos individuos con el país; el argumento es que la demora pone en peligro la seguridad del Perú y que silenciosamente, con la demora, se estaría favoreciendo a Chile, país delincuente siempre presto a agredirnos.

 

La otra cara de la moneda es la de quienes dicen que estos asuntos deben tratarse con calma, para dar pasos seguros, y que la demasiada prisa no sólo puede llevar a decisiones equivocadas sino que se daría oportunidad a que los comerciantes de armas aumenten sus ganancias, porque siempre que hay situaciones de apuro o emergencias todo equipo o armamento cuesta más.

Aun cuando han sido señalados los nombres de personajes adictos a Chile que trabajan en el ministerio de Defensa, nosotros creemos que esta situación debe analizarse desde otra perspectiva, de modo que pasa a segundo plano el hecho de que los contratos o adquisiciones se hagan rápida o lentamente.

Regularidad

¿Por qué en los últimos diez años, por lo menos, siempre hemos escuchado y leído que las necesidades en equipo del sector Defensa no son atendidas de manera oportuna y cabal? ¿Por qué ministros de Defensa tienen casi que mendigar partidas presupuestales? ¿Por qué militares en situación de retiro reclaman, con razón, que se asigne el dinero necesario para tener en buen estado de funcionamiento todos los aviones, tanques y barcos de la fuerza armada?

Se puede intentar una respuesta formulando otras preguntas: ¿Es noticia del día que faltó comida en los cuarteles? No. ¿Es noticia que este mes los militares se quedaron sin recibir sueldos? No. ¿Es noticia que faltaron papel, botas o computadoras para los militares? No. Las respuestas son “No” por una razón muy sencilla: son gastos normalmente previstos en las partidas presupuestales destinadas a la fuerza armada. Entonces es lógico pensar que en los otros casos en que sí se presentan problemas (mantenimiento, repotenciación, adquisiciones) no sucede lo mismo, o sea que faltan la previsión y la planificación. Evidentemente, algo anda mal en lo concerniente a la planificación, entendida como proceso completo. O se planifica y prevé mal (culpa achacable a los militares) o no se toma en cuenta lo planificado y lo previsto (culpa más atribuible a los políticos que a los militares). Es muy necesario que la comisión de Defensa del Congreso aclare este asunto y ponga remedio definitivo al problema.

Cuando se compra tanques o aviones, por ejemplo, es norma que el fabricante capacite a técnicos y mecánicos y entregue manuales con información sobre mantenimiento de los equipos, duración de los principales componentes2, etc., etc. Siendo esto así, no hay la menor duda de que los militares sí saben qué se necesita contratar o comprar y dónde y con quién; y tampoco hay duda de que, como en cualquier país del mundo, estos requerimientos llegan a los niveles correspondientes del gobierno (Congreso, ministerio de Economía y Finanzas, Contraloría, etc.).

Eficiencia


Si todo eso está tan claro y si ya se tiene el dinero asignado, pudiera ser que el problema esté en quienes deben decidir; y si demoran, esto ocurre por cualquiera de estas dos razones:

  • son incapaces, les falta la habilidad y la agilidad mental para tomar decisiones a partir de la información disponible, que es segura (qué falta, qué se necesita, quién vende, quién presta el servicio, en qué tiempo se consigue, etc.);
  • son traidores, que demoran intencionalmente para poner al país en un estado de indefensión ante el enemigo.


Tampoco podemos descartar que se dé una conjunción de ambas cosas, es decir, que sean incapaces y traidores. Quizá nos inclinemos más por lo primero, que son incapaces. Ya hemos visto cómo en este gobierno, en un intríngulis de corrupción e incapacidad, hasta la fecha no ha podido comprar autos patrulleros para la policía, llegando el punto en que se ha tenido que recurrir a un organismo internacional para que haga la compra3. ¡Sería terrible que algo así esté acaeciendo en el sector Defensa! ¿O algún idiota e incapaz estará pensando que para estas compras también vamos a recurrir al extranjero?

Efectos

Según la capacidad económica del estado (que ahora no es mala) y teniendo en cuenta la permanente amenaza militar del ya conocido enemigo, es urgente que el poder ejecutivo y el Congreso traten con responsabilidad este asunto del mantenimiento de equipos, repotenciaciones y adquisiciones, y se ponga fin de una vez por todas al vergonzoso3 y peligroso espectáculo de las demoras, ya sospechosas, en atender estas necesidades. Si no se compra más equipos, por lo menos los que tenemos deben estar todos en óptimas condiciones, en un sistema de trabajo en el cual esto se planifique bien y se pueda atender las necesidades de la fuerza armada sin ninguna dilación y bajo el ojo vigilante de Contraloría. Las razones de tratar el caso con urgencia y seriedad son básicamente tres:

  1. estar listos para cualquier emergencia bélica, con nuestros vehículos y equipos en un 100% de buen funcionamiento (“operativos”) y con la dotación suficiente de piezas de recambio;
  2. ahorrar, porque si no se compra o contrata en tiempo de paz, en tiempo de guerra los traficantes de armas piden el precio que les da la gana4 y no hay más remedio que pagarles;
  3. evitar que en caso de conflicto comandantes traidores se nieguen a entrar en acción o pongan pretextos alegando que sus vehículos o equipos no funcionan bien5.


Teniendo todo en regla, funcionando como Dios manda, en caso de enfrentamiento bélico habría una rápida reacción y una total disposición para el combate, y así cualquier jefe de unidad o comandante general que manifieste dudas o incurra en demoras sospechosas sería pasado por las armas inmediatamente.
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1 Nos vendría bien un satélite, de los que tienen utilidad civil (agricultura, pesca, meteorología) y militar (observación). Como se ha visto en otras notas, están a un precio accesible ( ver Insisten en imponer costoso sistema satelital obsoleto

2 Cuántas horas de funcionamiento sin fallas tiene un motor de tanque o camión o una turbina de avión, cada qué tiempo hay que hacer determinadas reparaciones y cuándo se debe hacer una reparación total con cambio de todas las piezas que sean necesarias (“overhaul”), etc.

3 ¡Cómo se reirán de nosotros en el extranjero!

4 De tres a cinco veces el precio normal, o más. En circunstancias de emergencia de esta naturaleza se presentan coyunturas muy favorables para que civiles y militares corruptos ganen las coimas que dan los traficantes de armas.

5 Sobre las dudas, dilaciones y pretextos como señal de trabajar para el enemigo, ver ejemplo histórico:

Guerra Perú-Chile 1879. 53 Cáceres en la ofensiva