monumento a Francisco Bolognesi Lima
Presidente promueve el miedo a Chile

Cómo no recordar hoy el valor de Francisco Bolognesi y todos los heroicos peruanos, tanto militares como civiles, hombres, mujeres, adolescentes y ancianos del campo y la ciudad, que defendieron nuestra patria de los homicidas, incendiarios, violadores y saqueadores chilenos.

En la víspera de tan importante fecha, en la que conmemoramos la valentía, contrasta la cobarde y repugnante posición del Presidente de la República, quien manifestó públicamente su “miedo” a una represalia del país delincuente del sur si decidimos no venderle gas o electricidad, dijo que los chilenos se pueden enojar: “Chile puede decir: si no me quieren vender, no les compro los mil millones y les devuelvo los 100 mil peruanos que tengo aquí”, señaló García.

Las siniestras declaraciones no podían haber escogido peor coyuntura: la víspera de la inmolación del héroe de Arica y la provocación de los parlamentarios chilenos que van a reunirse desafiantemente cerca de las cuatro hectáreas que usurpan al Perú.


Cómo no recordar el valor de Bolognesi y nuestros compatriotas, que, pese al desorden que los dejó sin suficientes pertrechos, lejos de acobardarse, enfrentaron a los criminales y rateros chilenos que pedían la rendición, pese a que el número de la tropa del ejército de rapiña era cuatro veces mayor que el número de peruanos combatientes.

Las palabras del Presidente dejan entrever un pestilente negociado, comprometido tal vez desde antes de comenzar su mandato, es un acto de cobardía que no se merecen los peruanos. Es una horrenda señal para nuestra juventud ver el ejemplo de un jefe de estado que habla como si estuviese temblando de terror. En el fondo, esta nueva actitud de García responde al rechazo creciente de la venta de gas a Chile de diversos sectores políticos, se trata de una estrategia que pretende infundir miedo, su propósito es continuar con su entreguismo prochileno, sin importarle la seguridad energética y militar ni el futuro del Perú.

Si Bolognesi dijo “tengo deberes sagrados que cumplir, y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”, García no se queda atrás, considera deber sagrado servir a Chile, y lo va cumpliendo hasta quemar el último cartucho, entre otras cosas:

 

  • Un TLC a espaldas del Congreso y la población
  • Tolerar los cielos abiertos y el cuasi monopolio de Lan
  • Promover el entreguismo de los puertos
  • Promover la ley de la selva, a pedido de las AFP promovidas por chilenos
  • Promover vender gas a Chile, como este cartucho encuentra resistencia, quema un segundo cartucho diciendo que quemará nuestro gas para dar electricidad a Chile; ve todavía que este cartucho es insuficiente y prepara el cartucho del miedo.
Esa es su batalla. ¡Qué vergüenza de presidente!

En todo caso, si no hay negociado por medio, ¿tendríamos que interpretar que hay algún desequilibrio psicológico que aflora en esas palabras tan sorprendentes?

¿De qué debemos tener miedo? Si Chile se atreve a expulsar a nuestros compatriotas, podríamos hacer lo propio con los chilenos y sus empresas en el Perú. Además, siendo realistas, los peruanos que regresan de Chile llegan tan pobres como antes, tras sufrir discriminaciones, agresiones verbales, psicológicas y físicas, mientras que los chilenos en el Perú, coima en mano (como en el caso Lucchetti), tratan de torcer autoridades para obtener pingües ganancias.

Nada perderían los peruanos si los deportan, su patria los recibiría de nuevo o podrían buscar países más hospitalarios donde encontrar un futuro mejor, por lo menos con más dignidad. García debe dejar de promover la falsa idea de que dependemos de Chile, cuando no necesitamos absolutamente nada de ese país, más bien Chile necesita del Perú.

Si se van las inversiones chilenas ganamos mucho, porque en su lugar siempre habrá otros inversionistas peruanos o extranjeros de buena fe, que tal vez provengan del primer mundo, no de un país enemigo, como Chile.

Si no vendemos a Chile nuestros productos tenemos a todo el mundo para exportarlos, mientras que Chile, por su parte, tendrá que recurrir a mercados más lejanos, que representarían mayores costos de transporte, en un panorama de alza de combustibles internacional. ¿No está claro que es Chile quien tiene más que perder en caso de que lleve adelante cualquier provocación?

Aunque suene ocioso expresarlo, hay que hacer recordar a Alan García y sus cómplices que él fue elegido para ser presidente de los peruanos y defender los intereses del Perú, no para portarse como un testaferro o sirviente de los chilenos, dispuesto a sacrificar los intereses económicos del Perú y su propia seguridad militar (Alan García está desesperado por vender gas o electricidad a Codelco, y ya sabemos lo que eso significa).

Si García cree que Chile es capaz de represalias si no le vendemos gas o electricidad, ¿qué hace promoviendo un entreguista TLC con ese peligroso país delincuente, violando además la Constitución? En el fondo, García no hace sino confirmar lo que siempre hemos dicho en Con Nuestro Perú: más tranquilos estaremos cortando relaciones comerciales y diplomáticas con el delincuente del sur, sin espías ni coimeros ni empresarios primitivos malogrando nuestro mercado.