Flores Araoz contra insulto a la bandera

De símbolos patrios y precisiones necesarias

Tras la publicación de las fotografías de una grasosa mujer desnuda en varias poses con nuestra bandera, el ministro de Defensa, Antero Flores-Araoz dispuso que el Procurador de la Nación inicie de las acciones penales del caso. “Hay que respetar nuestros símbolos. Nuestra bandera, nuestro escudo y nuestro himno no pueden ser vejados”, manifestó el ministro.


Penalidad

Este tipo de vejámenes debería tener prisión efectiva, por lo que sería necesario que el tope de cuatro años sea aumentado, además, las multas deberían ser importantes.

Pero han salido defensores como Rosa María Palacios, quien por segundo día consecutivo dice que no ve ninguna ofensa. Esta realidad indica que siempre habrá personas que pretendan ser o sean deficientes mentales que no entienden una situación concreta y se alisten a jugar un papel de víctimas.

Para evitar escapatorias y acusar a los jueces de abusivos, como ya se adelanta la Palacios, sería necesario precisar, por lo menos, que nuestros símbolos patrios o las figuras de los héroes nacionales no podrán ser empleados:
  • con ninguna clase de desnudos
  • con ninguna clase de objetos o lugares que aludan inmundicias
  • con ninguna clase de objetos, lugares ni personajes que promuevan el delito
  • en prostíbulos
  • con ninguna clase de objetos o lugares relacionados con organizaciones nacionales o internacionales que contravengan el derecho, como las agrupaciones nazis, los cultos satánicos, etc.

La ley y su reglamentación necesitan ser precisos con el fin de evitar que se aduzca deficiencia mental para burlarse de la Patria, claro está, actos como la quema o pisoteo de la bandera deberían formar parte de las precisiones.

Símbolos nacionales y extranjeros

De igual manera, debería prohibirse actos deprimentes como el realizado por el presidente García, quien histriónicamente portó la bandera colombiana en manifestación en favor del presidente de ese país, Álvaro Uribe, delincuente internacional (recordemos que violó territorio ecuatoriano) dicen, por la paz, tal vez pagando un favor personal, pues cuando se asustó con la dictadura fujimontesinista y huyó lleno de miedo por los techos, estuvo refugiado alternando entre Colombia y Francia.

Pero el Perú no tiene por qué pagar favores personales que otros países hayan hecho a algunos individuos o partidos políticos, como es el caso de García. Las normas deben establecer con claridad que todo funcionario público debe estar prohibido de portar símbolos extranjeros. Tampoco se debe permitir rendir homenaje a símbolos patrios ni personajes de países con los que hemos sostenido guerra, como Chile, Ecuador o que nos han robado territorio, como Colombia (caso Leticia). Así se evitaría que sirvientes como Allan Wagner, con el pretexto de la reciprocidad, permitan la instalación de un monumento al hampón chileno Arturo Prat, como sucedió en la Escuela Naval de la Marina de Guerra del Perú.

Además, debería también realizarse precisiones sobre el empleo de símbolos nacionales o extranjeros asociados a la violación de derechos humanos, el delito, el terrorismo, y en general, a cualquier organización que contravenga la Constitución. Al parecer, conceptos como “apología del terrorismo” no bastan.

Peruanos no funcionarios


Ayer se difundió una nota acerca de una mujer peruana que pintó su casa con los colores y forma de la bandera chilena. Podemos comprender su ignorancia y su falta de identidad, que ha visto el mal ejemplo del presidente García, que, además de ser entreguista prochileno, besa la mano de Bachelet; también debe estar informada de que la Marina de Guerra del Perú ha puesto un monumento al hampón chileno Arturo Prat en la Escuela Naval.

Por tanto, también debería prohibirse el empleo de símbolos de los países agresores citados, en exteriores de las viviendas o comercios. ¿Qué esperamos, que los extranjeros del país delincuente del sur, Chile, que están desesperados buscando comercios, comiencen a ondear banderas chilenas?

Además, que el respeto por lo nacional no quede en simbologías; a ver si los políticos e intelectuales (que, salvo excepciones, brillan por su cómodo silencio) promueven que se respete las inversiones estratégicas del Perú y se ponga frenos a las inversiones de países con prontuario delictivo, como Chile.