A la complacencia con que trata a los ladrones de Odebrecht y sus cómplices, se suma otra sospecha contra la Fsicalía, que, pese a las abundantes evidencias y a las numerosas víctimas, archivó la denuncia contra la secta del Sodalicio de Vida Cristiana, que perpetró abusos psicológicos y sexuales contra menores y jóvenes en varios años, siendo el cabecilla el fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, junto con su cúpula.
El periodista Pedro Salinas expresó su indignación ante la decisión del Ministerio Público (MP) de archivar la denuncia contra algunos integrantes del Sodalicio de Vida Cristiana, secta inspirada en los métodos del Opus Dei, y dijo que este organismo no fue capaz de incorporar las pruebas de diversos exintegrantes de esta organización.
Se trata de la 26.a Fiscalía Provincial Penal de Lima, a cargo de la ahora impresentable María Pilar Peralta Ramírez, quiendispuso archivar la investigación abierta contra el fundador del Sodalicio, Luis Fernando Figari, junto a otros exlíderes.
“En el Perú puede ocurrir lo insólito, esta es una noticia escandalosa, con todo lo que se ha venido revelando, a la fecha, el Ministerio Público no haya sido capaz de llegar a una conclusión o a una resolución sólida, archivando el caso por prescripción o falta de pruebas que raya con lo absurdo”, dijo a Canal N el autor del libro “Mitad monjes, mitad soldados”, Pedro Salinas.
Precisó que una serie de testigos acudieron al Ministerio Público, además de los testimonios que se encuentran en el libro “Mitad monjes, mitad soldados”, que no fueron tomados en cuenta por la fiscal a cargo.
“La magistrada (Peralta Ramírez), desde un principio, tomó la versión del abogado del Sodalicio, Armando Lengua Balbi de que este libro era una novela, es decir, una obra de ficción y no una denuncia real”, señaló.
Salinas recordó que los testimonios divulgados en el referido libro, dan cuenta de personas diferentes edades y abarcan los 40 años de vida del Sodalicio de Vida Cristiana.
Respecto al sustento del archivamiento, de que todos los integrantes de esta organización eran mayores de edad, precisó que la fiscal nunca entendió que el trabajo de proselitismo del Sodalicio se iniciaba en colegios con niños de 14 a 16 años, hasta que se ingresaba al cumplir la mayoría de edad.
“Era un trabajo permanente, de persuasión colectiva, para cuando se llegaba a los 18 años ese joven estaba convertido en un zombie, que lo único que quiere ser es convertirse sodálite”, dijo.
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