—Un nuevo estudio de CAF y R4D señala que el 59% de los estudiantes latinoamericanos completan la educación secundaria y las mujeres registran mayores índices de culminación de estudios.

El informe ofrece recomendaciones para reducir la deserción escolar secundaria —de alrededor del 40% —, a fin de promover que los jóvenes adquieran habilidades necesarias para desempeñarse exitosamente en la vida en sociedad y los mercados laborales, impulsando así el desarrollo socioeconómico de la región.

Actualmente el 59% de los estudiantes latinoamericanos completan la educación secundaria -siendo las mujeres quienes registran mayores índices de culminación de estudios-, una tasa muy inferior a la esperada considerando que la educación secundaria es obligatoria para la mayoría de los países de la región.

Así lo revela el informe “Políticas para mejorar la permanencia y culminación de la educación media en América Latina y el Caribe” -basado en el análisis de cuatro iniciativas escolares en México y Chile- que fue elaborado por CAF –banco de desarrollo de América Latina- y Results for Development (R4D).

Aunque la desvinculación de la educación secundaria varía significativamente entre países, el estudio sugiere que condiciona el crecimiento económico y contribuye a la propagación de la economía informal, que actualmente emplea a prácticamente la mitad de los trabajadores latinoamericanos.

Además, el informe precisa que las personas que se desvinculan tempranamente de la escuela tienden a pasar más tiempo desempleadas y a tener menos herramientas para abordar los desafíos que surgen durante y después de su educación.                      

“En los últimos 20 años América Latina ha logrado importantes avances en cuanto al acceso a la educación secundaria, tanto entre hombres como en mujeres. No obstante, los altos niveles de abandono de la escuela secundaria suponen un freno para el desarrollo socioeconómico de la región, y exigen soluciones coordinadas para lograr que más estudiantes puedan concluir sus estudios y contribuir desde sus futuros empleos a aumentar la productividad y la competitividad de sus países”, explica Julián Suárez, vicepresidente de Desarrollo Sostenible de CAF.

Para alcanzar una educación secundaria universal y de calidad en los países de la región y reducir los índices de abandono escolar en la educación secundaria, el informe propone recomendaciones, que deben implementarse teniendo en cuenta enfoques inclusivos y participativos, la calidad de los entornos de aprendizaje, datos y focalización, coordinación e inversión en capacidad escolar.

  1. Mejora del entorno escolar para promover un sentido de pertenencia. Dentro de las estrategias potenciales para mejorar el entorno escolar se incluye el desarrollo de los planes de mejora escolar, capacitación en concientización dirigida a los maestros, asegurarse de que los estudiantes en situación de riesgo reciban atención individualizada y agrupamiento de estudiantes que enfrentan desafíos semejantes, a la vez que ofrecimiento a estos estudiantes de apoyos focalizados.  
  1. Aumento de la relevancia de planes de estudio y calidad de la pedagogía para mejorar el vínculo con el mercado laboral y la continuación de los estudios post secundarios. Entre las medidas para mejorar la calidad en el aprendizaje destaca la incorporación de la formación en habilidades socioemocionales, lo cual comienza a abordar un preocupante desbalance entre lo que los estudiantes aprenden en la escuela y las destrezas socioemocionales que buscan los empleadores. Otras medidas incluyen por ejemplo un mayor apoyo a los estudiantes para planificar la transición de la escuela al mercado laboral.
  1. Mejorar la participación de padres y familias. Para lograr la participación de los padres y las familias se pueden implementar actividades generales y más preventivas y respuestas orientadas a objetivos específicos (mensajes de texto o visitas en el hogar) para las familias que tienen un menor nivel de participación. Las iniciativas para lograr la participación de los padres pueden desarrollarse en la escuela, en el hogar y en la comunidad más amplia.
  1. Incorporar una perspectiva de género al diseño de iniciativas para la reducción de la desvinculación escolar. Las iniciativas para la educación secundaria deben considerar cómo y dónde el género puede influir sobre la participación de diferentes actores y sobre los efectos de los programas. Las evaluaciones de impacto pueden generar evidencia sobre por qué los diferentes grupos abandonan la escuela, con la finalidad de identificar formas de responder y adaptar los marcos de evaluación sensibles al género.
  1. Sistemas de alerta temprana a nivel nacional y local. Estos deben incluir componentes de identificación y respuesta para asegurar que los estudiantes correspondientes reciban el apoyo necesario para permanecer en la escuela. La identificación debe utilizar datos secundarios disponibles (asistencia, conducta y desempeño en función del curso), mientras que las respuestas deben incluir extensión hacia el estudiante y su familia, enfoques personalizados y seguimiento a largo plazo.
  1. Fortalecer los datos sobre la implementación. Los programas de reducción de la desvinculación escolar necesitan datos veraces sobre cómo se implementan las actividades, sus efectos y lo que estas cuestan para poder mejorar las iniciativas y ampliar efectivamente los programas. Por lo tanto, deben integrarse a los modelos de programas estrategias de monitoreo, evaluación y aprendizaje apropiadas a partir de la fase de diseño.
  1. Fortalecer la coordinación entre iniciativas nacionales y regionales. La comunicación y coordinación formales entre iniciativas que funcionan directa e indirectamente para reducir las tasas de desvinculación escolar deben ser mejoradas. Una vez alineadas a nivel nacional, las iniciativas deben funcionar estrechamente con los funcionarios del sistema educativo estaduales o regionales y apoyar a estos para facilitar la implementación local.
  1. Proporcionar recursos para apoyar la toma de decisiones en las escuelas. Las escuelas son frecuentemente objeto de docenas de intervenciones que buscan generar cambios, lo cual puede conducir a la duplicación de esfuerzos, uso ineficiente de recursos y sobrecarga de los actores escolares para coordinar actividades. Estos desafíos pueden aliviarse asegurando que las escuelas entiendan y organicen un plan de acuerdo a sus necesidades y sus potenciales soluciones, tengan autonomía para decidir cómo responder mejor y reciban recursos y apoyo continuos.  
  2. Invertir en capital humano. Los actores escolares son quienes tienen la mayor proximidad con los estudiantes y pueden identificar, apoyar y monitorear a los estudiantes en riesgo de abandonar de formas que sean contextualmente relevantes. Se necesita una inversión adicional en capital humano existente o nuevo para generar un impacto a largo plazo y lograr aprovechar eficazmente la capacitación, las herramientas y otros insumos de los programas.