Ante el destape de mayores detalles de la corrupción que envuelve a la adjudicación contratos de peajes otorgados por la exalcaldesa Susana Villarán en condiciones prácticamente de latrocinio a Lima, el Concejo Metropolitano de Lima sesionará mañana lunes 20 de mayo para abordar esta materia, pues ya no eran peajes, sino verdaderos pillajes.
Como se sabe, Villarán vendió las obras a los ladrones brasileños de Odebrecht y OAS y perpetró pactos criminales con ellos para recibir US$10 millones de precoimas para sus campañas contra la revocación y la electoral, a cambio de manipular los concursos públicos para que ganen los brasileños pisoteando a empresas que buscaban competir limpiamente.
No contenta con estos latrocinios, Villarán les concedió todavía más firmando adendas que ya configuraban saqueo a la ciudad.
Las congresistas Indira Huilca y Marisa Glave, siendo entonces regidoras de Villarán, se rasgan ahora las vestiduras, pero en su momento fueron incapaces de evaluar los términos de los contratos para oponerse pues Villarán regaló todo a esos delincuentes y sólo un 7% de la recaudación por concepto de peaje, pillaje, queda para Lima, es decir, los brasileños engordaron con un porcentaje de 93%, quizás un atrevimiento de corrupción no visto en otras partes del mundo.
No obstante, siendo materia pública y escándalo nacional, está mal que el alcalde de Lima Jorge Muñoz haya dispuesto una sesión reservada, pues la ciudadanía tiene derecho de saber todo lo que se va a decir y quiénes y qué será lo que hablen.
Existen diversas propuestas, desde anular los contratos hasta renegociarlos. Los planteamientos tendrán que ser sustentados jurídicamente, pero lo único que no puede suceder es que la ciudadanía continúe siendo expoliada por estos actos delictivos.
En el caso de Puente Piedra, por ejemplo, se contempla que diariamente los vecinos paguen para llegar a sus viviendas, lo cual es mucho más grave teniendo en cuenta que en ese distrito hay mucha gente de ingresos medio y bajo o muy bajo, por lo cual esta carga les resulta muy onerosa.
Para agravar la corrupción, la municipalidad de Lima no se ha preocupado de tener en buen estado rutas alternas, no sólo en el norte, sino en el sur, donde, por ejemplo, se tiene en abandono a la antigua Panamericana Sur, para desanimar a quienes busquen transitar por allí, esto es, el corralito perfecto para que todos sientan la necesidad de pasar por estos pillajes.
Muy mal de parte del alcalde Muñoz el impedir que los limeños estén enterados de si habrá una discusión razonable o si la sesión de mañana será un conciliábulo de encubridores.