Politólogos: colegiatura para opinar

Finalmente la propuesta naranja que restringe el análisis político logró su cometido. Con 40 votos a favor, el Congreso de la República aprobó el Proyecto de Ley 1049/2016-CR que crea el Colegio de Politólogos del Perú. Los críticos de la iniciativa legislativa proveniente del fujimorista Miguel Ángel Elías aseguran que esta no tiene siquiera una definición correcta y precisa de la Ciencia Política, ni contiene un diagnóstico de la situación de la profesión a nivel regional y nacional.

El fujimorismo está detrás

Maira Chagua Taipe, politóloga egresada de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), asegura que la iniciativa fujimorista tiene el fin político de influenciar en los debates del Congreso sobre la reforma política.

“Creemos que tiene la finalidad de que exista un respaldo académico a sus intereses frente a este proceso de reformas electorales (…) Quieren que el único organismo técnico de emitir opinión sea el Colegio de Politólogos, y esto bajo el mando de ciertas autoridades que están coludidas con el fujimorismo. Eso se presta a que gente como Fernando Tuesta Soldevilla y otros especialistas no puedan opinar sobre la reforma electoral”, señaló.

La propuesta legislativa de Miguel Elías establece que la creación del Colegio de Politólogos del Perú estaría a cargo de la Comisión Organizadora, la misma que estaría conformada por cuatro representantes de la Universidad Nacional Federico Villarreal (UNFV), Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), UNMSM y Universidad Antonio Ruiz de Montoya, además de un representante de la Asociación Nacional de Politólogos del Perú (ANPP).

Bancada de Fuerza Popular

Colegio FujiAprista

Respecto a la conformación del consejo directivo de la ANPP, el portal Wayka pe. sostiene que cuatro de los cinco miembros de dicho consejo tienen vínculos laborales y políticos con Fuerza Popular, Solidaridad Nacional y el APRA.

El presidente de la ANPP, Miguel Ibarra Trujillo, fue candidato por Fuerza Popular y asesor de Miguel Ángel Elías Ávalos, por lo menos hasta el 2017. La politización de este espacio resulta una clara posibilidad.

La existencia del Colegio de politólogos restringe el ejercicio profesional al establecer que para ejercer la profesión de politólogo es indispensable la colegiatura. Muchos sostienen que la colegiatura obligatoria no muestra evidencia de que garantice competencias profesionales de forma más eficiente.

Aporte multidisciplinario

El rechazo a la implementación del Colegio de Politólogos también viene de la propia UNFV, cuyos estudiantes y egresados de la Escuela de Ciencia Política reconocen que están ante un espacio científico y de ejercicio profesional muy joven, siendo su propia Escuela Académica la primera en crearse, en 1988.

“Rechazamos la dación de leyes con nombre propio, por lo que no reconocemos a la autodenominada ‘Asociación de Politólogos del Perú’ como representante de los politólogos en la ley que crea nuestro Colegio profesional. Al día de hoy reconocemos a la Red Universitaria Nacional de Escuelas de Ciencia Política (RUNAECIP), el Macro Coloquio de estudiantes de Ciencia Política y el Congreso Nacional de Ciencia Política que se desarrolla periódicamente como un espacio científico, académico y democrático de las politólogas y politólogos peruanos”, señalan en comunicado.

Asimismo, recuerdan que muchos profesionales de la Ciencia Política ejercen la profesión, y sus aportes se puede ver en la Gestión Pública de los diferentes niveles de Gobierno y del Estado, en la Docencia, en Organizaciones no gubernamentales de Desarrollo y en las investigaciones sobre las relaciones de poder, las políticas públicas y las relaciones internacionales.

Aunque los estudiantes y egresados defienden la autonomía de la Ciencia Política, también comparten los aportes de la Economía, Sociología, Psicología, Antropología, Historia, Filosofía y más recientemente de las llamadas Ciencias de la Comunicación al estudio de la política.

Con apuro y sin cuidado

La analista política María del Pilar Tello sostiene que los politólogos no rechazan la posibilidad del Colegio, pero sí la ley aprobada. A su entender, al no haberse convocado a la Red de Escuelas de Ciencia Política, que incluye a las del interior del país, han incurrido en imperdonable error.

Tras cuestionar a laANPP, por carecer de representatividad, Tello sospecha la forma como se creó el colegio profesional, “con sospechoso interés, con apuro y sin cuidado en la forma de la representación y en las necesidades de organización”.

La Asociación Civil POLITAI, conformada por egresados y estudiantes de pregrado en Ciencia Política y Gobierno de la PUCP, también rechaza la creación de un Colegio de Politólogos del Perú que defina la colegiatura y el pago de cuotas como requisitos obligatorios para el ejercicio libre de la profesión.

“Consideramos que el grado académico, y no la colegiatura, certifica la competencia profesional de las y los politólogos en el Perú. Asimismo, la calidad profesional se expresa en la trayectoria de cada politólogo o politóloga y en el reconocimiento nacional e internacional por parte de sus colegas. En ese sentido, la colegiatura obligatoria no garantiza mejores ni más eficientes competencias profesionales. Por el contrario, restringe el ejercicio profesional a una figura corporativista y coercitiva”, sostienen.

Afectaría la docencia

La ley podría afectar el ejercicio de la docencia en la especialidad de Ciencia Política ya que al ser una carrera relativamente joven en el país, muchos de los docentes provienen de otras especialidades, como el Derecho o la Sociología. Por lo tanto, ellos no podrían ejercer como politólogos, porque el proyecto de ley aprobado establece en su artículo 3 que para ejercer la profesión es requisito estar colegiado y para ello se necesita haber obtenido el título profesional de Licenciado en Ciencia Política.

Controlando a “incómodos”

Dentro del Congreso fue Nuevo Perú la primera bancada en visibilizar los intereses personales y centralistas de los promotores de la ley aprobada. La congresista Tania Pariona señaló el conflicto de intereses que existe en la conformación del colegio profesional ya que su diseño fue encargado a Miguel Ángel Ibarra, sin consultar a otras asociaciones.

La opinión por unanimidad es que el colegio de politólogos, tal como lo plantea el fujimorismo, va en contra de la naturaleza de dicha profesión y es una forma de controlar a quienes les son “incómodos”. El control a los nuevos asociados se daría, entre otras cosas, con cuotas por la inscripción de colegiatura que sería obligatoria para ejercer la profesión. Por todo ello, muchos esperan que el presidente Martín Vizcarra observe la ley.

 

Ernesto Toledo Brückmann
Diario Uno, 21.05.2019