La impresentable secretaria general del Tribunal Constitucional (TC) Susana Távara se encuentra montando un circo para perjudicar al magistrado del TC Eloy Espinoza y ya se advierte la mano fujimorista detrás de Távara.
Algunos medios dieron espacio a Távara para que lloriquee acusando a Espinoza de haberla agredido verbalmente, ante una presunta agresión verbal de Espinoza, no obstante, es deplorable que ese sea el comportamiento de una funcionaria del más alto rango administrativo del TC, pues no hay pruebas de tal agresión y, de otro lado, el alto cargo de ella la facultaba a responder a cualquiera que la maltrate.
Lo que parece real es su deficiente trabjao, pues lo habría estado haciendo mal. Si ese fuese el caso, no podría esperar que la alaben por ello y en todo caso, es un asunto meno que debió haber zanjado en el momento. El manejo que hace del presunto caso dice mucho de su falta de profesionalismo.
Pero ella busca cámaras y tras ello el fujimorismo se movió para actuar contra Espinoza en el Congreso, cuando ellos protegieron a agresores de mujeres como el fujimorista Moisés Mamani, quien sí agredió a una azafata de una manera delictiva.
Si un trabajador de cargo alto o bajo hace mal su trabajo, ¿es agresión que le digan que no está a la altura? Távara es sólo una muestra más de la clase de burócratas que infestan el Estado y a quienes tenemos que mantener con nuestros impuestos.
La maniobra es clara y pone la puntería contra Espinoza, por ser uno de los magistrados que en minoría no se arrodilla ante el fujimorismo, como lo hicieron los magistrados que firmaron el fallo para dar libertad a la hija del cabecilla de la banda delincuencial fujimorista, Keiko Fujimori, o "señora K", como se le conoce en el hampa judicial.
