¿Se trata del lobby de peluqueros y cosmetólogos allegados a los medios? Resulta sorprendente que se haya autorizado la reactivación de rubros como cosmetología y peluquería y no a otras muchas que resultan menos riesgosas desde el punto de vista de la probabilidad de contagio del coronavirus COVID-19.
La cosmetología es la más riesgosa, pues para maquillar a una persona la cercanía es extrema, prácticamente cara a cara, no se respeta la distancia mínima de un metro y el cliente no usará mascarilla. Además, los expertos recomiendan no compartir el maquillaje con nadie para evitar la transmisión de enfermedades como el coronavirus. ¿Quién cree que los maquilladores abrirán un producto nuevo sólo para un cliente, o que utilizarán brochas y aplicadores nuevos sólo para un cliente?
Estamos en el país de la burla, la Digesa, caracterizada por no hacer nada, no controlará estas actividades, que tranquilamente se convertirán en nuevos focos.
Lo mismo se puede decir de los peluqueros, la cercanía de un metro es imposible de cumplir y las municipalidades, ya rebasadas con los ambulantes, tendrán problemas para controlar el aforo en estos lugares.
Extraña que no hayan autorizado actividades independientes que implican bajo riesgo, como es el caso de:
Abogados, que tranquilamente pueden respetar el metro de distancia
Médicos de consultorio, los cuales por su conocimiento son los más preparados para evitar contagios
Ingenieros
Arquitectos
Consultores, asesores y otros profesionales independientes de oficina
Agentes inmobiliarios
Albañiles en general
Pintores
Imprentas
Venta de productos de baja demanda en lugares pequeños o no ubicados en centros comerciales, donde, por lo mismo, no habrá gran afluencia de público, como joyerías, tiendas de regalos, vehículos, entre otros.
Lo más práctico sería que para evitar la burocracia, el protocolo sea publicado por las autoridades y el independiente o la empresa que desea reiniciar su actividad se registre en un portal dando su ubicación, de modo que la inspección podría realizarse desde el día siguiente si es posible, aleatoriamente, para que los controladores puedan cumplir su función holgadamente.
Los que reinician sus actividades deberían estar apercibidos de ser sancionados con cierre en caso de constatarse que no cumplen con las normas del caso.