“¡Alan asesino, el pueblo te repudia!”
 
Coreando “¡Alan asesino, el pueblo te repudia!” y otros lemas contra la matanza de nativos en Bagua. se realizaron las marchas en Lima y todo el país en protesta por el genocidio contra los indígenas desatado por los intereses que movieron la promulgación del DL 1090 y otros, por haber sido aprobado sin la consulta a los nativos y ser lesivo a sus intereses.


En Lima diversas concentraciones partieron al centro de la ciudad con miles de estudiantes, trabajadores y organizaciones, grupos religiosos y personas de distinta edad y actividad, quienes avanzaron pero fueron reprimidos con gases lacrimógenos y no pudieron llegar al Congreso de la República.
 
Los manifestantes e desplazaron desde la plaza 2 de Mayo hasta la avenida Abancay, La Colmena, la plaza “San Martín” y el Parque Universitario. A su paso por las calles fueron vitoreados por la gente y pese a desplazarse en forma pacífica, la policía arremetió contra ellos. En algunos puntos hubo desorientación y desfilaron por vías por donde no habían solicitado permiso.
 
A pesar de la dispersión, fue enorme la cantidad de gente que respondió a la convocatoria de solidaridad con los pueblos nativos. Muchos reclamaron la vacancia presidencial y demandaron el cambio del modelo económico por otro más justo, humano e inclusivo, así como la defensa de la Amazonía y su desarrollo sostenible y sustentable. “Pizango amigo, el pueblo está contigo”, fue un lema constantemente repetido.

 
Como no sucedía desde hace tiempo, estudiantes de varias universidades protestaron, siendo los grupos más numerosos los de San Marcos, Agraria, UNI, Ruiz de Montoya, Católica y Villarreal, quienes indignados coreaban lemas acusando de asesinato y genocidio al gobierno aprista.

Fue sin duda una de las mayores movilizaciones de los últimos años, donde todos rechazaban la pretensión gubernamental de vender la selva y los decretos legislativos dictados contra la voluntad y derechos los nativos amazónicos y sus territorios, que pertenecen por milenios a las comunidades originarias.
 
Algunos breves episodios de violencia se produjeron tras la represión, los cuales fueron respondidos a pedradas y bastonazos de las banderolas que llevaban estudiantes y trabajadores.

No faltó la participación de artistas, entre actrices como Magaly Solier y músicos con sus instrumentos, así como grupos de nativos con sus atuendos típicos.

Quienes llamaron la atención fueron los integrantes de la Federación Nacional de Policías del Perú (Fenapol), que marcharon con una gran banderola en rechazo a la política represiva del gobierno que utiliza a los policías como maquinaria de muerte contra los nativos.

“Este conflicto social de desprecio a la vida y a las comunidades étnicas que acabó en un baño de sangre, es de responsabilidad de la administración del gobierno por su intolerancia y autoritarismo, porque bajo el supuesto de restablecer el principio de autoridad, decidieron utilizar como carne de cañón a policías inexpertos, como si los problemas sociales y económicos seculares que sufren los peruanos humildes, pudieran solucionarse mediante la represión”, declaró Óscar Pedraza, presidente de la organización policial.

La muchedumbre también coreaba “el pueblo uniformado también es explotado” cuando pasaba junto a los compactos grupos de policías que se encontraban en las inmediaciones de la marcha.

También se hicieron presentes  manifestantes de la Asociación de Viudas, Madres y Sobrevivientes de Miembros de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional (Avisfaip), quienes  realizaron un plantón en l la iglesia San Francisco de Asís y demandaron diálogo entre los nativos y el gobierno y la solución pacífica el conflicto de la selva.

Hubo un herido, el abogado Hildebrando Castro Pozo, de 30 años de edad, militante del Partido Socialista, a quien le cayó una bomba en el rostro, que quedó desfigurado, por lo que fue llevado a ser atendido de emergencia y sometido a una intervención quirúrgica..Además hubo decenas de detenidos.