Día a día crece el índice de letalidad del coronavirus COVID-19 en el Perú: el primer día de junio se situaba en 2.73% y ha llegado hasta 3.16% el día de hoy 21 de junio.

 

esperan atencion covid jun 2020

Pacientes esperan atención hasta sentados en escaleras

 

Este índice, por el contrario, debería ser cada día más bajo, pues hay condiciones que antes no había y que deberían favorecer el manejo de la pandemia, como son:

  • Se sabe que la ivermectina, bien dosificada, es capaz de eliminar el virus desde las 48 horas de administrada
  • Se ha ejecutado la compra de cerca de medio millón de tratamientos con ivermectina
  • Se ha incrementado el número de camas con unidades de cuidados intensivos (UCI)

Pero por otro lado, los factores que están significando un atraso en la lucha contra el coronavirus son:

  • La falta de previsión del Comando COVID-19 al no prever el suministro suficiente de oxígeno. Este comando tiene al gato de despensero, pues entre sus miembros está el pestífero Óscar Ugarte, quien se confabuló con el expresidente Alan García para crear el monopolio del oxígeno con dos empresas.
  • La incapacidad del gobierno para asegurar el abastecimiento de todas las farmacias del Perú con los medicamentos para tratar esta enfermedad, pues lo comprado no alcanza o no se distribuye bien y la única salida para la gente es adquirir en farmacias comerciales, donde muchas veces no encuentra los medicamentos de la lista, o los encuentra a sobreprecio, en especial la ivermectina, que es la que puede salvar sus vidas y mucha gente no puede ser tratada adecuadamente por esta razón.
  • El fracaso de las normas de aislamiento de la población para evitar los contagios, pues el gobierno y varias municipalidades, en especial la de La Victoria, se han visto incapaces de evitar las aglomeraciones.
  • La contratación de médicos novatos y mal formados, en especial venezolanos (que ganan más remuneración que los médicos estables), en especial en Essalud, quienes no están realizando un buen manejo de los pacientes y se multiplica el maltrato y la medicación inadecuada y están apresurados por enviar a su casa al paciente incluso sin revisarlo bien. Por ejemplo, hay pacientes con neumonía que despachan a su casa para que se las arregle y consiga como pueda oxígeno y sólo le recetan ivermectina, cuando por la seriedad de los casos ese fármaco debería ir acompañado de otros que combatan la inflamación, el peligro de trombosis, etc, es decir muerte segura si no recurren a un médico privado. Eso lo están haciendo incluso con trabajadores activos de Essalud que cayeron enfermos al atender pacientes, lo cual pinta un peor panorama para los asegurados que no son trabajadores de la institución.
  • El maltrato a los pacientes continúa, en parte por acción de estos novatos y se tiene sentados a la intemperie por horas en los patios de los hospitales a la gente que acude con síntomas, agravando sus casos con el desarrollo temprano de neumonías, dado el frío húmedo de la temporada y aumentado el riesgo de trombosis al permanecer largas horas sentados, aumentando fuertemente el riesgo de muerte.
  • Sabiendo que en países donde la pandemia comenzó antes las casas de cuidado de ancianos registraron altos porcentajes de muertes, acá no se realizaron visitas preventivas a estos centros.
  • Falta de control en la cadena de pruebas de descarte, que terminan en manos de mafias.
  • Es difícil acceder a la comunicación de las líneas de atención 113 y 107 y el gobierno no crea más líneas de atención.
  • Como si eso fuese poco, se han reactivado y aumentado en número las protestas del personal asistencial en demanda de indumentaria de protección adecuada.

Es decir, a estas alturas es un albur conseguir un trato adecuado en un hospital, a no ser que se trate de sujetos con privilegios hospitalarios, como Óscar Ugarte: no tuvo que estar sentado en un frío patio largas horas y pese a tener un caso leve consiguió cama de inmediato. Ugarte está de administrativo bien cuidado lejos de los pacientes, por lo cual no debería ser considerado como médico con prioridad en atención. Cuando se enferma un alto funcionario poco falta que le pongan alfombra roja, pero para el resto lo que hay es desprecio.

Urge un cambio en los integrantes del Comando COVID-19, comenzando por el impresentable Óscar Ugarte y todos los demás miembros médicos de dicho comando, pues es responsabilidad de ellos el aumento del índice de letalidad, que se complicará por el aumento de pacientes con neumonías y problemas respiratorios de la temporada de frío, sin que haya un plan claro.

En medio de este panorama, al presidente Vizcarra y a su ministra de Economía no se les ha ocurrido mejor jugada que usar al Estado para congraciarse con la gran prensa al permitirles participar en Reactiva Perú en la danza de millones, pese a que son grandes empresas, a que despidieron trabajadores y no fueron obligadas a suspender actividades. Con eso tendrían una mordaza por conveniencia para tapar todo este mal manejo.

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