El Perú debería estar en condiciones de reducir el índice de letalidad por el coronavirus COVID-19, pero las fallas de parte del Ejecutivo empujan las cifras negativamente y ya tenemos más muertos por millón que Brasil (269) y México (205), sólo Chile (280) nos supera, según cifras de Worldometers, frente a los 277 para nuestro país.

 

retiran ataud coronavirus

 

Perocupante debería ser para todos, pues por falta de una buena atención y carencias la posibilidad de morir es mayor para cualquiera que se infecte con esta enfermedad. Pero los medios de prensa que indebidamente han recibido dinero de Reactiva Perú sin haber tenido que suspender actividades por la pandemia y que han despedido trabajadores, comienzan las noticias diciendo que crece el número de recuperados. 

Hasta mayo podría ser comprensible el alza del índice de letalidad, de 2.27% al inicio de abril frente a 2.78% al inicio de mayo. Pero la escalera continúa con 2.73% al empezar junio y 3.31% al 27 de junio. Esto, sin considerar la cifra de fallecidos de más de 20 mil personas que señalan algunos que podría haber, con lo cual la cifra real sería de 10%. Se trata de incapacidad.

 

Fecha

Infectados

Fallecidos

% Letalidad

1 abril

1,323

30

2.27

1 mayo

40,459

1,124

2.78

1 junio

170,039

4,634

2.73

27 junio

275,989

9,135

3.31

 

Entre los factores que deberían haber hecho descender la cifra de fallecidos tenemos:

  • El tiempo transcurrido 3.5 meses de estado de emergencia debió ser más que suficiente para dotar a todo el sistema de salud de los instrumentos más importantes para luchar contra la pandemia, pero no ha sido así, en todas partes hay carencias.
  • Al inicio no se tenía conocimiento sobre fármacos efectivos. Ahora se sabe que la ivermectina desde las 48 horas elimina 100% al virus en el cuerpo, con lo cual ya sólo queda continuar con un tiempo de recuperación según los daños causados a las células, tejidos u órganos.
  • El gobierno tuvo carta blanca para disponer de todo el presupuesto que solicitó, nadie se opuso a que considere el monto que crea conveniente.

Pero los factores que atizan la cifra de fallecidos son:

Un equipo de asesores en salud que parecía velar por los intereses de la gran industria farmacéutica, pues se opusieron al uso de la ivermectina. Finalmente hay que saludar que aceptaran la evidencia del combate contra la pandemia que realizaban muchos médicos en todo el Perú. Además, entre ellos pontificaban con supina ignorancia contra las mascarillas, pese a que todos vimos que en China fue una pieza importante en la lucha contra el virus. También decían otras ignorancias sobre la duración de la capacidad del virus para contagiar, la temperatura, etc., cuando ya se tenía información científica que indicaba lo contrario, es decir, ni leen informes científico frescos.

El gobierno cierra los ojos a la falta de medicamentos de la lista COVID-19 en las farmacias comerciales, pues debería intervenir con todas sus facultades para garantizar que esté abastecida hasta la farmacia del punto más lejano. El abastecimiento en las farmacias de hospitales no es suficiente.

Incapacidad para ejecutar el presupuesto para combatir el COVID-19, pues sólo hay avance de un 30%.

La no previsión de producción de oxígeno. El Colegio de Ingenieros asegura que se podría producir oxígeno medicinal con ayuda de las minas y que con ello la recarga de un balón podría costar S/ 0.15, pero se insiste en cerrarse a la evidencia con la consiguiente escasez y muerte. Pese a que el Presidente habló contra la corrupta norma que quita del mercado a los productores de oxígeno con pureza de 93% a 98%, la norma que dictó para aceptar el uso de 93% a 99% es sólo temporal y no definitiva.

No se ha construido suficientes hospitales de campaña, en especial en poblaciones donde hay clima cálido y mayor población, donde se ha visto que el virus ha prosperado, como Piura, costa de Áncash, Ica, San Martín, Ucayali, Huánuco. El hecho de que Ica, una región costeña tan cercana, que limita con Lima, con todas las facilidades de transporte, tenga hoy el mayor índice de letalidad es un fracaso total de la estrategia médica del Comando COVID-19. En Lima tampoco hay suficiente y los hospitales tienen esperando a los pacientes a la intemperie con el frío estacional, lo cual acelera el desarrollo de neumonías y trombosis por estar sentados horas y hasta días por falta de camas. Las clínicas tienen pocas y además están llenas, de modo que es sólo teatro la llamada de atención del Presidente.

No se coordinó con los productores nacionales para que vendan al Estado vestimenta de protección para el personal de salud, policías, militares y personal auxiliar, con lo cual miles se contagiaron y cientos murieron. Hasta ahora vemos que los policías sólo usan mascarilla, no gafas ni protector facial. Ellos llevan los virus a sus viviendas.

En lugar de usar a los soldados para repartir alimentos, los bonos resultaron en un factor de contagio por las aglomeraciones en bancos, supermercados y mercados. Además, la lista de bonos está tan mal hecha que muchos en pobreza extrema no recibieron y personas acomodadas de La Planicie y Las Lagunas de La Molina señalaron que los consideraron en la lista, como indicó el alcalde de este distrito.

Con la insensatez de la Sunedu, que colaboró a regalar acreditaciones con descuento a venezolanos, muchos de estos médicos están siendo contratados, en especial por Essalud, y ponen en riesgo la vida de la gente con su gran ignorancia, pues muchos pacientes recetados por ellos tuvieron que recurrir a médicos particulares para salvar su vida.

Sólo promesas hubo para dotar a los ciclistas de verdaderas ciclovías con continuidad en todo Lima, donde se encuentra un tercio de la población, pero muy poco se ha hecho, los tramos son muy cortos, lo cual limita el uso de la bicicleta por temor a ser atropellados e incluso asaltados. La bicicleta debería contribuir a descongestionar la demanda en buses, y por ello, pese a estar prohibido, continuamente se ven vehículos llenos a tope transitando por diversas zonas.

La comunicación para los sospechosos o contagiados con el virus es difícil con la congestión de las líneas 113 y 107, muchos nunca llegan a contactar. Los medios de comunicación mermeleros, en lugar de pedir más líneas para atender esta demanda, piden ellos más publicidad estatal y el gobierno está difundiendo información pagada sobre lo que ya todo el mundo sabe lo que hay que hacer.

La Victoria se ha convertido en un punto de contagio para miles pero su alcalde más parece preocupado en sus pretensiones presidenciales cuando no puede ni ordenar su distrito.