El presidente Francisco Sagasti arroja más sombras de sospecha de corrupción sostenida desde la gestión de vacunas del gobierno del expresidente Vizcarra al insistir en nuevos contratos con Sinopharm y prohibir que empresas privadas importen vacunas cuando el Estado no puede vacunar.

 

Francisco Sagasti 7

 

Somos el país de Sudamérica con una de las cifras más rezagadas de vacunación e incluso el Minsa infla la cifra porque dice que hay más de 289 mil vacunados, cuando en realidad son sólo medio vacunados porque les falta recibir la segunda dosis.

Ni siquiera pueden con la totalidad del personal de salud, hay constantes quejas de internos y otro tipo de personal asistencial que no ha sido vacunado.

En este deplorable panorama de incapacidad que deja vulnerable al contagio a la mayoría, Sagasti no tiene mejore idea que impedir que los privados importen vacunas.

Al principio parecía temeraria la importación por parte de privados pensando en que serían vendidas y podría haber estafas de informales que ofrecerían las vacunas en venta, pero ya las empresas dejan en claro que adquirirían para sus trabajadores y las familias de éstos, para vacunarlos de forma gratuita.

Lo único que tendría que hacer el Estado es aprobar la lista de empresas aptas para importar que cuenten con cadena de frío, infraestructura y personas capacitadas en vacunación. Tampoco habría problema con el registro de vacunados porque las empresas pueden remitir al Minsa la lista de vacunados. Además, ¿de qué se preocupan si ni siquiera la lista de personal de salud para vacunar está depurada? Peor será la lista de todos los peruanos.

Se trata pues de importaciones para vacunación gratuita, pero demostrando suma estrechez, Sagasti dice: “lo que no queremos es que los que tengan plata se vacunen y los que no tengan, no”.

¿Los trabajadores de las empresas son ricos? ¿Qué piensa, que los ciudadanos van a envidiar a los trabajadores que lograron que en sus empresas los vacunen? ¿O que va a ser una injusticia que por la incapacidad del gobierno en no vacunar al menos parte de los peruanos puedan hacerlo recurriendo a otros medios? 

De forma similar, Sagasti impide que los gobiernos regionales o locales importen vacunas, lo cual podría aliviar la crisis y su gobierno miente diciendo que sólo el gobierno central lo puede hacer. Ya sabemos que el embajador ruso aclaró que sí pueden negociar con empresas y gobiernos regionales o locales.

Se trata de proteger la vida y Sagasti no lo entiende. No está capacitado para dirigir el Perú y menos en esta situación grave. Por ello hace bien el candidato Rafael López Aliaga en exigir su renuncia.

¿Por qué insisten en vacunas Sinopharm después del escándalo? ¿Hay una coima que no quieren perder?