El encuentro entre los candidatos de Perú Libre, Pedro Castillo y Keiko Fujimori, hizo recordar la naturaleza antisindical y antitrabajadores del fujimorismo encarnado ahora en la hija del cabecilla de la banda delincuencial fujimorista.
Tras el inicio, Castillo saludó por el Día del Trabajo a Fujimori, y añadió que no obstante no sabe en qué trabaja ella, en alusión a la vida regalada que lleva en medio de investigaciones fiscales por delitos de corrupción.
Enfurecida por el señalamiento, Fujimori aludió a la condición de sindicalista de Castillo, diciendo que saluda a los maestros, pero no a esos que abandonaron a sus alumnos para pedir licencia sindical.
La candidata demuestra gran ignorancia al desconocer que la licencia sindical es un derecho oleado y sacramentado. En gremios pequeños se da permisos ocasionales, pero en gremios de miles, como los del magisterio, defender los derechos laborales requiere de verdaderas licencias sindicales a tiempo completo.
Lo que hace la representante del fujimorismo, cuando ahora ha elegido rodearse de los más sórdidos miembros de dicha mafia, es anunciar una nueva etapa de persecución a los trabajadores y desconocimiento de sus derechos laborales reconocidos.
A la pulla de Fujimori, Castillo replicó que resulta insólito que unos pidan licencia sindical y otros licencia judicial, en alusión al permiso que la candidata solicitó para realizar campaña electoral en medio del proceso que se le sigue por diversos delitos. Además, añadió: "Nadie pagó mis estudios, no estudié fuera del país, no pago a mis hijos en escuela privada". Como se sabe, el sueldo de profesor del padre de Fujimori no justificaba la vida regalada que sus hijos llevaban en el exterior estudiando en costosas universidades.
El fujimorismo en su primera etapa ofreció "honradez, tecnología y trabajo", pero batió récord de despidos y de precarización de los buenos empleos al avalar regímenes de explotación como los “services” donde después de despedir a trabajadores con buenos sueldos, como en Telefónica, el fujimorismo con sus normas permitió que se contrate a jóvenes explotándolos con sueldo mínimo 12 horas diarias de lunes a sábado, por lo cual muchos no sólo se empobrecieron, sino que golpearon duramente su salud cayendo en cuadros de tuberculosis. Y por supuesto, en lugar de tecnología trajo atraso y olvido a los investigadores tecnológicos y científicos. En honradez ya se sabe cómo saquearon más de 6 mil millones de dólares que no devolvieron hasta hoy.
Cuando los trabajadores reclamaban sus derechos, lo que recibían del fujimorismo era represión y que los tilden de "terrucos" y comunistas, en coro con la prensa que prostituyeron con millones en la célebre salita del SIN. Los siguientes son algunos artículos relacionados con las prácticas fujimoristas antilaborales.
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