Después de acusar a Perú Libre de maniobras dilatorias mintiendo, diciendo que impugnó más de mil actas, cuando fueron menos de 500, desconociendo además que la impugnación es un derecho, ahora Keiko Fujimori, demostrando que es peor todavía que antes, según anuncian sus partidarios, emprenderá desenfrenados pedidos de nulidad de actas buscando torcer la voluntad ciudadana y retrasando la proclamación de resultados.
Perdió en buena lid, pero busca ganar con maniobras oscuras, con leguleyadas. Lo que buscan es pedir nulidad de un número de actas donde Pedro Castillo ganó, que arrojen un número de votos superior al que necesitan para voltear el partido contando que parte de ellas sean desestimadas.
Paralelamente, congresistas electas del fujimorismo han salido a las calles a agitar las masas con delirantes azuzamientos venenosos.
A todo ello, el que dice llamarse “demócrata” Mario Vargas Llosa guarda silencio cómplice, lo cual nos dice que en realidad no es un demócrata a carta cabal.
Esperemos que la ONPE y los jurados especiales no caigan en las maniobras del fujimorismo, pues ya sabemos las costumbres antidemocráticas y corruptas que lo caracterizan.
