En un partido de fútbol, las normas son muy claras y se conocen con mucha anticipación, años o varios meses. En pleno partido un equipo no puede pedir que se cambie el reglamento, con mucho mayor razón en las elecciones en todo el mundo, las normas se conocen con mucha anticipación (criterio de predictibilidad) y no se cambian en pleno proceso electoral (principio perentorio y de preclusión), son inamovibles, pero el fujimorismo sí busca cambiar las reglas en pleno partido buscando perpetrar aberraciones jurídicas y que los magistrados incurran en prevaricato.

 

Ruben Ramirez 2

 

Eso es lo que la ciudadanía decente y los organismos internacionales entienden, por eso la misión de observadores de la OEA rechazó los intentos de cambio de reglas de juego, pues el fujimorismo pidió ampliar los plazos en pleno proceso electoral, lo cual en todos los países civilizados es inadmisible, como lo es en el Perú, la ley se respeta y a ella debemos ceñirnos.


A continuación el pronunciamiento, en su cuenta Twitter, de la Organización de Estados Americanos, que participa en calidad de observadora en estos comicios:

 

OEA

@OEA_oficial

Jun 11

El Jefe de la Misión de Observación Electoral #OEAenPerú

@rramirezlezcano

presenta informe preliminar.

La Misión hace un llamado a que se respeten los tiempos legales del proceso electoral #EleccionesBicentenario #VotemosPerú

👉https://bit.ly/3gpjvzq

 

De modo que la actitud de la mafia fujimorista sólo busca engañar, causar caos y torcer la voluntad ciudadana, lo cual no prosperará porque los peruanos respetamos la ley y son los delincuentes los que no la respetan.

No respetar la ley nos convertiría en una jungla de salvajes, como parece ser lo que busca una vez más el fujimorismo, después de haber violado la ley y los derechos humanos en una dictadura de los años 90 que se reeligió por tercera vez y tuvo que se echada con la movilización de la ciudadanía, agrupada en la llamada “Marcha de los cuatro suyos”, que costó seis vidas de peruanos quemados vivos por la dictadura en el Banco de la Nación del centro de Lima en 2001.