cesar hildebrandt 9Por Rafael Romero

El “gran” César me acusa desde su hebdomadario de incurrir en conflicto de intereses, sencillamente porque dirijo ‘‘Habla el pueblo’’ y porque escribo acerca de la lucha en favor de la niñez que este emblemático programa de TV esgrime. Ante esta aseveración sin fundamento, respondo para desasnar a la sección “burradas” de “Hildebrandt en sus trece”, ya que en el plano de las ideas y las convicciones no cabe ese tipo de conflictos, que por definición sólo aplica en situaciones objetivas de riesgo público cuando una persona de la administración estatal o privada deber velar por determinados intereses, pero a la vez resulta manteniendo cargos o relaciones particulares en desmedro o por encima de aquellos.

De modo que, del saque, no se produce en mi caso tal supuesto de incompatibilidad, razón por la cual lo dicho por “Hildebrandt en sus trece” es calumnia hueca y falaz. No obstante, este tipo de “burradas” no es lo más grave, pues el problema mayor está en que el otrora influyente periodista desconoce que Ricardo Belmont y ‘‘Habla el pueblo’’ son, como lo sostengo, líderes estrechamente comprometidos con la defensa de los valores y la niñez. Y he aquí lo injusto del “gigante” César, que una vez más peca de superficialidad, defecto que de un tiempo a esta parte es frecuente en su persona porque quizá su intelecto acusa ya una irremediable arterioesclerosis.

Pero hay más: en el fondo de este lance del reyezuelo del aludido semanario anida su búsqueda de pantalla y esto es así por más que quiera negarlo, ya que la envidia que siempre lo ha caracterizado lo impulsa hoy a colgarse de todos los sacos posibles, con el afán de vender unos cuantos ejemplares de las raleadas ediciones que publica y que se amarillan en los kioscos. No importa y le daré en la yema del gusto en esta ocasión recordando, por ejemplo, que trabajó en Canal 11 por algunos meses luego de firmar contrato junto a Luis Alfonso Morey, con conferencia de prensa, incluida en la que aplaudió la línea editorial de esta televisora que lucha contra la basura mediática.

Y así César regresó a la TV después de varios años que no tenía “chamba” y que se encontraba golpeado económicamente, recibiendo en los meses que estuvo con RBC la suma de 239 mil dólares, monto que después seguramente le sirvió para montar “Hildebrandt en sus trece”. Expreso, 01.12.2012