Waisman: “He visto a Toledo borracho”david_waisman_4.jpg

Por Paul Alonso


Fue ministro, amigo y colaborador cercano de Toledo, pero ahora postula como congresista en la lista de Solidaridad Nacional. Sigue molesto con el ex–presidente y con Perú Posible. “Nunca pensé que Alejandro se iba a portar así conmigo, porque fui el personaje que estuvo con él en los momentos más difíciles. Fui yo el que le dio valor, impulso, fuerza. Toledo es un tipo malagradecido”, dice.

  “¿Cuándo va a salir la entrevista?”, nos pregunta. Le decimos que pronto y le mencionamos un nombre que le da urticaria: “Justo hoy hemos comenzado la serie con su amigo Carlos Bruce [candidato a la vicepresidencia por Perú Posible]”. “¿Mi amigo? Ja. Mi amiga será. Carlota. Ya que se asuma, ¿no?”, dice como si nos filtrara una primicia obvia.


Estamos en su casa de San Isidro. La revista Caretas, que contiene las últimas patinadas contra Toledo, está sobre la mesa de centro. Tomamos coca-cola. “Porque la coca está de moda”, dice Waisman tentando el humor y la complicidad. Le dicen ‘Payasito’. Tiene rulos, la voz áspera y pausada. Es judío, pero piensa que Toledo es Judas. En esta entrevista, nos cuenta por qué se distanció de Perú Posible, de sus afinidades con Castañeda, y dice que el narcotráfico ha estado presente de alguna manera en las campañas por lo menos en los últimos 20 años.

Usted es candidato a congresista en la lista de Solidaridad Nacional de Luis Castañeda. ¿Qué visión comparte con Castañeda?
Lo que más comparto es que a mí no me gusta hablar mucho, pero me gusta hacer bastante. Castañeda es un personaje bien especial. Esa chapa bien ganada de “mudo” es porque habla poco, pero es una persona bien gerencial. Y eso comparto con él.

De llegar al Congreso, ¿cuáles serían sus principales propuestas?

Una de las más graves lacras del país es la corrupción. Una de mis propuestas va a ser la modificación de la Constitución para que el Contralor General de la República sea elegido por votación popular, que no sea elegido por un Congreso ni poder ejecutivo, porque eso después genera dependencia. Se necesita darle autonomía.

Y sobre el tema de la corrupción, ¿por qué confía en que no hubo irregularidades en el caso Comunicore que involucra a su candidato Luis Castañeda?
He hurgado bastante. Cuando un tema sale del ámbito judicial legal y se politiza, entonces pierde totalmente el valor de las acusaciones. Y este tema ha sido politizado por el partido opositor más grande y por un sector de la prensa que apoya a Alejandro Toledo. Pero por lo que yo he visto y leído, Castañeda no tiene ninguna responsabilidad, digan lo que digan.

Usted fue uno los líderes de Perú Posible y estuvo con Toledo en los tiempos más difíciles. Ahora está en otro bando. ¿Qué lo alejó de ese partido?
Muchísimas cosas; lamentablemente, tiene una relación íntima con lo que es corrupción. Cuando un militante es cuestionado dentro del partido y dentro del gobierno porque no quiere que se hagan actos inmorales (que se hacían permanentemente), uno comienza a ser marginado. Pero a pesar de esa marginación y con el ánimo de no desestabilizar ese gobierno, me mantuve y en un acto de lealtad continué creyendo en Toledo y lo defendí durante estos cinco años de periodo legislativo. Pero comenzaron a ocurrir hechos todavía más cuestionables. Algunos dicen por qué no denuncié antes. Yo lo tomo con mucha pena, porque quiere decir que no vieron televisión ni escucharon radio ni leyeron periódicos.

¿A qué hechos se refiere?

 Te voy a contar dos hechos de todos los que yo critiqué públicamente durante los cinco años del gobierno de Alejandro Toledo: 97 viajes a Punta Sal y se gastó 22 millones de soles; se hace un viaje usando aviones de la Fuerza Aérea al Cuzco para celebrar que la señora Eliane Karp se nacionalizó peruana. ¿Cuántos millones costó ese viaje? Son dos perlas de las críticas permanentes que tuve durante todo el periodo presidencial.

 Pero se quedó con Toledo a pesar de eso.
Al final me saturaron. Algunos dirigentes del más alto nivel comenzaron a decir que había un solo congresista y que era Carlos Bruce. Lo considero una puñalada artera por la espalda; me estaban mandando un mensaje directo de que me vaya. Parece que no tenían el coraje de botarme, pero esperaban hostigarme permanentemente porque son puñaleros, chaveteros. Hasta que llegó a una cadena de hechos que fueron los detonantes. 

¿Qué pasó?
 Siempre dije que los TLC son buenos, siempre y cuando beneficien a los peruanos. Ocurre que el gobierno de García solicita que le den facultades extraordinarias para poder legislar en 10 decretos supremos de urgencia para implementar el TLC con Estados Unidos. Yo me opuse, porque sé que dar facultades extraordinarias a cualquier gobierno es complicado y le quita al congreso su función legislativa. Yo voté en contra. Carlos Bruce votó a favor y se aprobaron las facultades legislativas. Poco después Toledo, en un discurso, me felicita por ser el único que votó en contra. Estas facultades legislativas trajeron como consecuencia que fueran 100 decretos legislativos y de esos 10 eran completamente lesivos al país. Yo me opuse tenazmente. ¿Qué produce esto? El Baguazo; 34 muertos. Resultado: interpelación y censura al gabinete. Toda la vida Alejandro me había dicho a mí y a otros dirigentes: ‘nunca hagan a otros lo que nos han hecho; a mí me han querido vacar y censurar mi gabinete’. Esto desestabiliza totalmente a un gobierno. En el banquillo de acusados en ese caso estaban los inocentes (Mercedes Cabanillas y Yehude Simon), y al frente, sentada cómodamente, estaba la responsable del Baguazo, la Ministra de Comercio Exterior y Turismo [Mercedes Aráoz], quien le había mentido a todo el país.

¿Y cómo se convierte eso en un problema para usted dentro de Perú Posible?
Pedí la renuncia de la Ministra, pero voté en contra de la censura al gabinete. Al día siguiente, a las 8 a.m. estoy en mi carro y me entra una llamada de Toledo y me dice: ‘David, estoy en Washington y quiero que sepas que estoy profundamente desilusionado de tu persona por no haber votado para censurar el gabinete y, además, no sabía que tan barato se compraban los congresistas’. Yo le pedí aclaraciones y le pedí que habláramos cuando viniera al Perú. Poco después, hubo una actividad en la casa de Marcial Ayaipoma. Yo lo había perseguido varios días y en esa actividad que duró como ocho horas lo perseguí hasta la noche y nunca quiso darme cara. Esto ya fue la gota que colmó el vaso.

Usted ha sido uno de los propulsores de que los candidatos se hagan la prueba toxicológica. Esto es una clara alusión a Toledo. ¿Por qué piensa que es importante esto?
Qué buena pregunta. Hace poco en México vi que la gente salió con unos carteles en contra del alcoholismo y otros que decían: ¿Tú le darías a conducir tu Estado a un alcohólico? Eso era una directa alusión al presidente actual de México, que consideran que es un alcohólico y es un peligro. Con los antecedentes de Alejandro, como en 1998, cuando en un hecho denigrante para él y su señora, que se convierte en un hecho policial, le hacen un análisis en una clínica de prestigio y arroja positivo al clorhidrato de cocaína.

¿Alguna vez usted ha visto a Toledo consumir cocaína?
No lo he visto consumir cocaína. Pero lo he visto consumir licor en exceso.

 ¿Lo ha visto borracho?

En Palacio, claro, en Palacio. Y ya son cosas que comienzan a hilarse. Yo he leído mucho sobre estos temas.

 Últimamente se ha hablado de la injerencia del narcotráfico en esta campaña. ¿Cree que es cierto?
Creo que el narcotráfico de alguna manera siempre ha estado presente en todas las campañas electorales por lo menos de los últimos 20 años. Creo que indirectamente se las han ingeniado para inyectar dinero en las campañas, porque estas resultan siendo millonarias. En este caso, Alejandro Toledo, que es un mitómano de alto riesgo, tiene una empresa brasileña, Camargo Correa, que ha aportado a su campaña y que está sentenciada en Brasil por lavado de activos y por otro tipo de corrupción que tiene vinculación directa con dinero mal habido. Y es una de varias otras empresas que tienen un manto de sospecha de manejos oscuros de dinero.

Y con respecto a la campaña de Castañeda, ¿está usted conforme con la manera como está siendo financiada?
Mire, hasta donde yo sé, no conozco ni siento un rumor de que haya un aporte dudoso hasta el momento.

Toledo se refirió a usted como Judas.
En un momento me desconcertó, pero después dije que no podía ser de otra manera conociéndolo a Toledo. Y yo lo que le puedo responder es que él engendró una hija que se llama Zaraí, que es su sangre, y que él abandonó 14 años. Padre no es el que engendra, sino el que calma la sed y el hambre de una criatura. Él no calmó la sed ni el hambre de esa criatura durante 14 años. Pregunto: ¿quién es Judas?
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