Folker HellmeyerEl banquero alemán Folker Hellmeyer predice que los daños económicos para la UE y Alemania debido a las sanciones antirrusas promovidas por EE. UU. serán muy significativos si aquellas deciden proseguir esta política de sanciones.

 

Hellmeyer, economista jefe del Bremer Landesbank, no tiene ninguna duda sobre el futuro del sistema económico global: el eje Moscú-Pekín-BRICS va a prevalecer sobre la “antigua hegemonía” de EE. UU., un país en declive. Los primeros buscan aprobar una estrategia a largo plazo y no una oportunista.

Noticias Económicas Alemanas (N EA). Los países de la UE sufren pérdidas debidas a las sanciones contra Rusia. ¿Qué daños pueden causar las sanciones, según su estimación?

Folker Hellmeyer. El daño es mucho más importante del que muestran las estadísticas. Comencemos por la economía y la acumulación de los daños hasta el momento actual. Por supuesto, la bajada de exportaciones alemanas en un 18% en el año 2014 y un 34% en los dos primeros meses de 2015 comprenden sólo las pérdidas primarias. Hay también efectos secundarios. Las economías de los países europeos que mantienen una fuerte actividad comercial con Rusia, en particular Finlandia y Austria, sufren masivamente. En consecuencia, estos países también han rebajado sus importaciones de productos alemanes. Por otro lado, a fin de contornear las sanciones, algunas corporaciones europeas han comenzado a crear instalaciones productivas con el mayor nivel de eficacia en la propia Rusia. De este modo, perdemos este potencial de reunir capital, que era el fundamento de nuestra prosperidad. Rusia obtiene ahora esta masa de capital.

NEA. no está claro si las sanciones terminarán en un futuro previsible. ¿Cuál será el monto de la factura a pagar en particular para la economía de exportación alemana?

FH. Alemania y la UE han perdido su credibilidad económica frente a Rusia. La confianza mutua ha quedado rota por Alemania y la UE. Harán falta muchos años para reconstruir esta confianza. Hace falta, por ejemplo, casi cinco años entre la firma de un acuerdo y la entrega a Rusia de productos y bienes procedentes de Alemania y Europa en el campo de los equipos industriales.

Siemens ha quedado fuera de un proyecto de envergadura en Rusia por esta razón. Alston ha perdido un contrato para el ferrocarril Moscú-Pekín. El potencial de los daños, no sólo para Alemania sino también para la UE, es mucho más grande que lo que las cifras actuales pueden expresar.

Los daños en el futuro no pueden ser exactamente cuantificados, pero serán ciertamente muy significativos. Por otro lado, en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghai y el BRICS, el eje Moscú-Pekín está envuelto en la planificación de los mayores proyectos de crecimiento económico de la historia moderna (la construcción de la red de transportes y comunicación de Eurasia, que unirá Pekín y Vladivostok con Moscú, y también el Sur de China con la India). Habrá que ver en qué medida los países emergentes ven en la política de sanciones de la UE y Alemania una afrenta no sólo contra Rusia sino contra todos ellos. Aparentemente, algunos responsables europeos no comprenden completamente cuáles son los efectos de sus acciones.

NEA. ¿Quién pagará los daños?

FH. Los daños cuantificables se componen de la pérdida del crecimiento, la pérdida de salarios, la pérdida de cotización para el sistema social y la pérdida de ingresos fiscales. Esto es así para los 12 últimos meses y para los próximos años. De este modo, la población de Alemania y de la UE van a pagar mediante la pérdida de prosperidad y estabilidad a largo plazo. Los daños que no se pueden medir pueden incluir también un aumento de los riesgos geopolíticos para los ciudadanos de la UE.

NEA. Si contemplamos la situación en Ucrania bajo una luz clara, parece que el gobierno de Kiev es el que posee un interés en mantener la situación al borde de la explosión a fin de obtener nuevos préstamos. ¿Es que ningún político occidental ha hablado nunca claramente con las autoridades ucranianas?

FH. Es irritante, en efecto. Muchos se sienten sorprendidos por la actitud de los medios que enmascaran la agresión y las leyes discriminatorias que Kiev quiere poner en práctica y que contrastan con su reivindicación de los valores occidentales y la democracia... El hecho es que con el golpe de estado en Ucrania, la oligarquía amiga de Moscú fue reemplazada por una oligarquía pronorteamericana. Es la geopolítica en beneficio de algunos, pero no ciertamente de Alemania, la UE, Rusia y mucho menos de la propia Ucrania.

NEA. La ministra de Finanzas ucraniana, Natalie Jaresko, fue antiguo miembro del personal del Departamento de Estado estadounidense y procedió a obtener la nacionalidad ucraniana sólo un día antes de que ella prestara juramento.

FH. No la conozco personalmente. Mucho se ha escrito sobre ella. Pero de esto no podemos extraer un perfil muy positivo. El hecho es que los puestos importantes en la administración ucraniana están ahora en manos de personal extranjero. Podemos recordar que el ex primer ministro británico, Tony Blair, se ha convertido en consejero de Poroshenko recientemente y que el gobierno de Kiev mantiene una extrema proximidad hacia EE. UU. Vemos tres ministerios en manos de extranjeros próximos a EE. UU. y al expresidente georgiano Mijail Sakashvilii en Odessa. Esto pone de manifiesto el carácter geopolítico del golpe de estado de Kiev.
Una figura de peso en la reciente política alemana ha manifestado en una entrevista que la política estadounidense puede ser descrita, en el mejor de los casos, como un conjunto de fracasos sobre el tablero. Ella juega con la sangre de los peones ucranianos y empuja a Moscú a aliarse con el gigante chino. Yo comparto este punto de vista.

El hecho seguro es que los países emergentes se están liberando de la hegemonía norteamericana. Esto es evidente con la creación de instituciones que entran en colisión con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, como el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructuras (BAII). Esto desplaza a los instrumentos hegemónicos que habían existido hasta ahora. Los puntos calientes internacionales en la actualidad —Afganistán, Iraq, Siria, Libia, Egipto y Ucrania— forman parte de una clara lucha por el poder. Se trata de golpes suaves...

NEA. Varios países de la UE, como Italia, Austria y Hungría, expresan cada vez con más fuerza su oposición a las sanciones. En Alemania, sin embargo, se las apoya con una unidad casi fantasmagórica. ¿Por qué?

FH. El ciudadano alemán está saturado. A pesar de la pérdida de negocios, vive bien. Las próximas vacaciones llegan. Los medios alemanes son políticamente correctos y están domesticados para que apoyen la geopolítica estadounidense, al igual que sucede con nuestros políticos.

NEA. ¿Cuál es el impacto de estas sanciones sobre las relaciones germano-rusas?

FH. La relación en el plano político está rota. Sin embargo, el diálogo se mantiene entre los dos lados. Esto es, en sí, algo positivo. Moscú está decepcionado con respecto a la política alemana, enormemente decepcionado. Los rusos hacen una evaluación muy realista sobre la capacidad de los alemanes y los europeos de expresarse con voz propia y seguir una política independiente de EE. UU. que convenga a sus propios intereses.

En el sector de las empresas es diferente. Ellas se preparan para el día después de las sanciones. Sin embargo, una rápida vuelta al nivel que existía antes de la crisis es poco probable. Los rusos son muy activos en la construcción de nuevas relaciones comerciales que ellos no van a abandonar después de que terminen las sanciones occidentales. La arbitrariedad puede estar de moda en Occidente, pero no en Moscú. Después de lo que ha pasado con la política de las sanciones, hemos destruido en alguna medida nuestro futuro común.

NEA. ¿Por qué las grandes organizaciones, como la Federación de la Industria Alemana (BDI), miran hacia otro lado? ¿Cómo ella representa los intereses de la industria?

Hay una diferencia considerable entre las declaraciones públicas de estas organizaciones y sus opiniones internas. Con respecto a sus declaraciones públicas estoy decepcionado. Ellas actúan de manera políticamente correcta. Pero esta “rectitud política” es, por definición, errónea.
Para una economía que se basa en las exportaciones, como la alemana, la cuestión de la política de sanciones conlleva un carácter bien distinto. Para algunas empresas tiene un significado existencial. En este sentido, el hablar de la primacía de la política es una forma en la que algunas organizaciones buscan negar su propia responsabilidad.

NEA. La desconfianza que el gobierno de EE. UU. muestra en el trato con los europeos es verdaderamente notable. Las palabras claves son NSA (Agencia de Seguridad Nacional) y “Fuck the UE” (‘Que se j... la UE’). Los políticos europeos no sienten ningún respeto por ellos mismos (para responder) o es que son demasiado cobardes?

FH. Cualquiera que sea un verdadero demócrata, que se tome sus funciones por la “res publica” en serio, debería extraer conclusiones a partir de estas declaraciones. Aquellos que no lo hagan tienen un déficit en lo que respecta al respeto a nuestros valores. Yo no soy la persona adecuada con quien hablar de esto. Haced estas preguntas a nuestros políticos.


NEA. Inversamente proporcional al servilismo hacia Washington es la agresividad hacia el interior, en primer lugar hacia los disidentes que han sido difamados como “Putin Versteher” (‘aquellos que comprenden a Putin’). Ahora Vd., dado que no ha querido unirse a los aullidos de los lobos, es un troll de Putin. ¿Nos ha costado esta nueva guerra fría una parte de nuestras libertades democráticas?

FH. A finales de 2007, yo anuncié en el prefacio de mi libro Endlich Klartext (‘Al fin un texto claro’) que los mercados libres van a morir y luego morirá la democracia. En este libro analicé a EE. UU. y su sistema hegemonista. Los actuales conflictos geopolíticos son utilizados a escala nacional para demoler las libertades democráticas y se ha producido un aumento de la velocidad con la que se produce esta destrucción.
Yo estoy más preocupado que nunca. Estoy inquieto con la idea del “terrorismo de la corriente principal”. Nosotros somos aparentemente tolerantes y pluralistas. Sin embargo, si alguien osa distinguirse del resto de la sociedad en dominios políticos sensibles, corre el riesgo de sufrir un aislamiento y difamaciones. Estos hechos contradicen las bases de la democracia y la libertad. Sí, los conflictos actuales nos están costando la democracia.

NEA. ¿En qué situación se encuentra el conflicto entre EE. UU. y sus rivales? Es concebible que los norteamericanos y los rusos trabajen de nuevo juntos, quizás en temas como el de Siria, y que los europeos continúen yendo a la cola de estas grandes potencias y paguen un precio por ello?

FH. Para mí el conflicto ha sido ya decidido. El eje Moscú-Pekín-BRICS ha ganado. Ellos han tenido ya bastante de Occidente. En 1990, ellos representaban el 25% de la producción económica mundial. Hoy representan el 56% de la producción económica mundial y la mayoría de la población mundial. Ellos controlan un 70% de las reservas de divisas del mundo y crecen cada año una media del 4 al 5%. Dado que EE. UU. no están dispuestos a compartir su poder internacional (revisando por ejemplo el sistema de votación en el seno del FMI y el BM) los países emergentes construyen su propio sistema financiero. Es el futuro.
En el momento actual, la UE está siendo arrastrada a un conflicto que ha sido causado por EE. UU. porque los norteamericanos no quieren compartir el poder y esto daña las posibilidades de crecimiento del bloque europeo. Cuando más siga la UE esta política, más elevado será el precio que tenga que pagar y menos seremos vistos como socios serios en cualquier tipo de diálogo.
Sin Moscú y Pekín ya no hay un problema que pueda ser resuelto. De este modo, la falta de una agenda europea propia por parte de la UE y Alemania nos hace convertirnos en perdedores.

NEA. ¿Cree que la política sería mejor si los políticos comprendieran menos las cosas referentes a la economía pero fueran más auténticos en contrapartida?

FH. No, en absoluto. La estabilidad de la democracia depende de la estabilidad de la economía. Si se infligen daños a la economía, la radicalización de la sociedad aumenta. Alemania vivió esta experiencia en 1933. Hay además la posibilidad de que se cree una dictadura elegida, como sucede en las oligarquías. A este respecto hay una investigación realizada por la Universidad de Princeton que afirma que “EE. UU. ya no es una democracia, sino una oligarquía”. Pero decir eso puede no ser “políticamente correcto”.


http://deutsche-wirtschafts-nachrichten.de/2015/06/06/top-banker-ist-sich-sicher-russland-und-china-gewinnen-gegen-die-usa/
http://vodkaetpelmini.blogspot.com/2015/06/banquier-allemand-la-russie-et-la-chine.html
Source: Agencias 26-06-2015 - 10:59  Última actualización 26-06-2015 - 11:16

Al-Manar, Beirut 26-06-2015 http://www.almanar.com.lb/spanish/adetails.php?eid=98327&cid=25&fromval=1&frid=25&seccatid=116&s1=1