La novela Tudela


La disputa entre Felipe Tudela y Barreda y sus hijos tiene un nuevo capítulo estos días después que las autoridades judiciales ordenaran la detención domiciliaria y custodia policial de Felipe Tudela en su habitación de un hotel en Santa Cruz, Bolivia, mientras que su cónyuge, Graciela de Losada, se encuentra en calidad de no habida.


El hecho responde a una medida cautelar presentada por sus hijos Juan Felipe y Francisco Tudela van Breugel-Douglas contra Graciela de Losada, por el delito de abuso de personas incapaces y engaño, figura legal que en Bolivia contiene aspectos mucho más elaborados que en el Perú.

Según se informó, en el allanamiento de su apartamento las autoridades bolivianas incautaron documentos de transferencia de bienes y otros movimientos que Graciela de Losada habría realizado hacia paraísos fiscales en forma presuntamente fraudulenta.

Para las autoridades fue determinante el hecho de que en el proceso judicial Graciela de Losada haya solicitado que, en caso se declare la incapacidad de Felipe Tudela, sea ella la administradora de los bienes, colocándose sobre sus tres hijos.

Ahora Francisco Tudela ha sido nombrado curador de los bienes de su padre por las autoridades judiciales limeñas, mientras que Graciela de Losada sigue “desaparecida” y en abierto desacato a las autoridades.

Vera Louise entró en el proceso al lado de sus hermanos

A las acciones seguidas por Juan Felipe y Francisco Tudela contra su padre se sumó la hermana de éstos, Vera Luoise, quien hasta hace poco se había mantenido al margen del litigio.

Los hechos ya tomaron un deplorable cariz desde que las inspecciones oculares dispuestas por el poder judicial en la vivienda de Felipe Tudela y Barreda y Graciela en Lima constataron una cruda realidad: el anciano, quien toda su vida había vivido en la opulencia, contaba ahora con una habitación maloliente y un mobiliario paupérrimo, que incluía una mesita de metal oxidada, mientras que la habitación de Graciela de Losada se mostraba suntuosa, con toda clase de comodidades, incluyendo un jacuzzi, lo cual no necesita más comentarios.

Para agravar la situación, Graciela de Losada fugó a Bolivia con el nonagenario, quien necesita de cuidados especiales dado su delicado estado de salud, en una estrategia de su lucha por el control de la fortuna de su cónyuge, para imponerse sobre sus hijos.

Definitivamente, pese a que Graciela de Losada se ha rodeado de abogados conocidos como Jorge Avendaño, quien ha movilizado a la prensa a favor de ésta, tiene las de perder, pues cada vez queda más claro que no lucha tanto por la unión con su esposo —ni por el bienestar de éste—, cuanto por el control de la fortuna, lo que finalmente ha unido sólidamente a sus tres hijos.