Un profesor fue salvado por los vecinos de ser asesinado en un presunto ritual satánico perpetrado por el director del colegio San Isidro, en Manchay, Chosica.

 

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La víctima, el profesor Arístides Varas Paredes, de 71 años, narró que fue amarrado a una tabla con unas sogas, donde comenzaron a torturarlo en el ritual satánico dirigido por Augusto Ramírez Gudiel, director del colegio, informa América Noticias.

Acompañaban en el ritual dos chamanes, quienes participaban en la tortura previa. Mientras estuvo amarrado, Varas fingió estar inconsciente para aprovechar un descuido y escapar subiendo a la azotea del centro de estudios, donde con ayuda de los vecinos, bomberos y policías fue rescatado.

Los preparativos para su presunto sacrificio lo dejaron con diversos hematomas y cortes que lo dejaron ensangrentado, por lo cual fue llevado al hospital José Agurto Tello.

Los chamanes que ayudaron en la tortura son José Luis Sono Saavedra (supuesto chamán) y Kevin Sono Rojas (hijo), según denunció Varas.

Ante el suceso, al colegio llegaron algunos vecinos a retirar a sus hijos del colegio para matricularlos en otras escuelas.

En el lugar los policías encontraron efectivamente todo un preparativo de satanismo: calaveras, velas y otros objetos de magia negra.

Nancy Vara, hija de la víctima, dijo a RPP que su defensa pedirá prisión preventiva para el director; sin embargo, alertó que la Fiscalía está iniciando los investigaciones de presunto homicidio simple en grado de tentativa.

“¿Dónde está el secuestro? ¿Dónde está la tortura? A mi padre lo han querido asesinar”, alertó y agregó Ramírez Gudiel tiene la costumbre de enterrar animales dentro del plantel.

“Hay muchas sospechas, la gente nos decía que sigamos con la denuncia porque es cierto, él está acostumbradoa a enterar animales y hacer brujería”, indicó. También señaló que su padre le había informado al director que este ya no quería seguir trabajando por temas de salud. “Él quería evitar que se vaya y que trabaje en otro colegio”, señaló.

Este es otro caso más que demuestra que el satanismo debe ser tan combatido como el terrorismo, pues en sus creencias consideran el asesinato para complacer al demonio.