Por Raúl Allain (*)

Se puede considerar al filósofo, jurista, historiador y politólogo Max Weber como el gran sintetizador y clasificador de la temática sociológica, pero hay que advertir que su sociología de la cultura ha quedado desdibujada ante la enorme pluralidad de áreas de estudio que el sociólogo alemán inició.

Precisamente la sociología de la cultura tiene que ser entendida como el laboratorio multidisciplinario donde no solo la metodología de los "tipos ideales" se va a comprobar, sino también, como la garantía de la efectividad que la comprensión significativa tiene.

Para comprender la obra de Weber hay que referirse necesariamente a su análisis de los procesos culturales entendidos como sistemas de valores. Frente a la metodología de Durkheim, Weber replantea el tema de la significación como interpretación. Entre el actor social y el contexto actúa un proceso de mediación interpretativa que es el núcleo mismo de las llamadas ciencias humanas y sociales.

Como se sabe, Weber revisa el sistema de las relaciones significativas entendiendo el mundo social no como una relación de objetos sino como una relación de interpretaciones. Y en tal relación la ciencia de la cultura y la historia cultural ocuparán un lugar preferente.

Lo podemos comprobar observando la cultura popular emergente del Perú, donde tenemos el fenómeno de la cultura chicha, por ejemplo, donde se aprecia nítidamente el rol de la sociología de la cultura, específicamente en la música popular.

En el mundo contemporáneo, la música está disponible a través de Internet y de dispositivos de descarga y reproducción, que permiten al oyente viajar por el tiempo y por todos estilos, intérpretes y períodos musicales. De allí que la noción de centro se ha ido perdiendo. La música funciona como un camino hacia la divinidad: Dios no es por los hombres sino los hombres son para Dios.

Uno de los planteamientos de Weber se refiere necesariamente a su análisis de los procesos culturales entendidos como sistemas de valores, replanteando el tema de la significación como interpretación. En nuestro país, donde se hablan 47 idiomas, el reto es enorme para encontrarnos como nación en el gran “país de todas las sangres”.

Expreso, Lima 18-07-2019

(*) Escritor y sociólogo. Presidente de IPJ y director de Editorial Río Negro.
Raúl Alfonso Allain Vega. Escritor, poeta, editor y sociólogo. Presidente del Instituto Peruano de la Juventud y director del sello independiente Río Negro.