Por haberlos mandado a las calles sin la debida protección, como máscarillas de calidad, gafas y escafandras para cubrir sus ojos y rostros, crece el número de policías contagiados con el COVID-19.
Como se sabe, el virus no ingresa por la piel, sino por los puntos del cuerpo donde hay mucosas: nariz, boca, ojos, que deben ser protegidos.
El Hospital Augusto B. Leguía del Rímac está copado y han dejado que los policías hagan cola en las calles por horas en espera de atención incluso por más de 24 horas, pese a que presentan síntomas respiratorios y dolores, entre otros síntomas. ¿Acaso no presentaron las autoridades hospitales de campaña que pueden ser armados de inmediato? ¿Por qué este maltrato?
Por Frecuencia Latina, se ven imágenes indignantes desde el Hospital PNP Augusto B. Leguía en el interior, con policías sentados en sillas conectados a un balón de oxígeno, sin siquiera camillas.
Además, familiares denuncian que los han obligado a trabajar pese a tener síntomas, en lugar de ponerlos en aislamiento.
¿Qué pasa presidente Vizcarra? ¿El comando COVID está ciego?
Esta situación es intolerable y es hora de poner medidas mucho más drásticas contra los burladores de las medidas de emergencia, pues no sólo atentan contra la vida de policías, militares y personal de salud, sino que causan daño a la economía, pues ya bien podríamos estar en etapa de descenso de la epidemia, pero por culpa de ellos no se consigue.
