Acusan a cardenal Cipriani de cerrar colegio Santo Toribio de Mogrovejo del Rímac

Habría ofrecido el antiguo centro educativo a una inmobiliaria


Uno de los colegios más antiguos de Lima corre el riesgo de desaparecer debido a que el cardenal Juan Luis Cipriani, cabeza del Opus Dei en el Perú, habría concertado su venta a una inmobiliaria, sin im`portarle el pedido de los padres de familia de los educandos.


Del hecho da cuenta el diario La Primera del 11 de enero de 2010

Cipriani puso al palo a Santo Toribio

Por Luis Torres Montero

¡What, juat y todas las conchas de marte por venir! Cipriani va a desaparecer el centro educativo católico de origen particular más antiguo de Lima. Y todo para pagar las deudas de las antiguas administraciones del colegio, vendiéndoselo a una constructora como carroña. O sea come el pollo y con los huesitos paga la cuenta, ya, ya, comienza la década y el tío ya empezó los días andando con los codos mismo FOE en El Frontón –su amix, Giampietri, le enseñó muy bien-, porque bajarse de un soplo la historia educativa de miles no es moco de pavo, ni bolsita de tico tico ni botella de vino destapado del ‘santoyo’ anterior. O sea, para el sector es como cerrar la U o el AL; ta ké la cabeza del Arzobispado de Lima se ha vuelto vil mercader, bro.

Qué, no me digan que está ‘misionero’. Y las donaciones que se manejan, ches. Todos sabemos que no son los más austeros de la familia cristiana, pe, family, y dejan a niños sin carpetas ni infraestructura – ya se llevaron los enseres para la entrega del local- ¿O para Cipri apesta el Rímac, sitio donde el colegio pasa tal vez sus últimos días? (A ver que desaparezcan su Santa María Marianistas, XD!) Los boys que estudian actualmente en el Santo Toribio no lo pueden creer. Los ex alumnos, menos.

Cipriani quiere vender el colegio a la constructora G&M como si fuera su pertenencia, o ha tomado clases ‘Alan vende sus minas de oro como cancha’. La oficina del Arzobispo ni siquiera escucha los reclamos y esquiva los comunicados de los padres de familia.

Los 163 años de historia se pueden esfumar con la firma tétrica del Cardenal. Éste no es Dios por marrano mayor, se revuelca en su fango porque con esta venta muerde y le saca pus a sus propias palabras. Se contradice al dejar en la calle a los frutos más preciados de esas trescientas familias, échenle un ‘bisteck’ a su homilía de este 2010 que justamente fue En defensa de la consolidación de la familia: “No podemos contemplar con ilusión el futuro si vemos que la unidad fundamental de la familia no se protege, busquemos un año en el que se consolide la familia.”. Sí, se consolidarán algunas; las otras, con sus hijos en la lleca, dibujarán a un colgadito en sus cuadernos. Una línea sostiene una redondela, un ahorcado, ajusticiado por irrespetuoso con lo que no es suyo.