Guerra asimétrica en la cotidianidad
Guerra asimétrica en la cotidianidad
Por Nicole Schuster
Las fotografías de latas de coca cola, sandías, jaulas de pájaro, muros cubiertos de graffiti y de carros chatarras quemados fuera de uso que ilustran la obra de Adam Broomberg y Oliver Chanarin titulada Chicago([1]), resultan bastante sorprendentes si se considera que el objetivo que los autores se proponen es sumergirnos en un contexto de guerra. Sobresale igualmente la inexistencia de numeración en el libro pues nos da la impresión de estar en una tierra sin reglas ni límites, donde todo se define en función a la ley del más fuerte. Al mismo tiempo, al ser confrontados con las imágenes de paisajes lunares donde aparecen construcciones que bien podrían pertenecer a un escenario apocalíptico, nos invade un fuerte malestar engendrado por el sentimiento que una terrible e inefable amenaza cuelga como una espada de Damocles encima de esas tierras. Desgraciadamente, el abanico de fotos reproducido en el libro no tiene nada de ficticio en sí. Esta perspectiva surrealista es parte integrante de la vida de los pueblos de Israel y Palestina. Porque en objetos, que a primera vista parecen inofensivos, pueden esconderse “Bobby traps”, es decir bombas rudimentarias elaboradas por palestinos, los cuales luchan de forma asimétrica contra la política de ocupación de Israel. Son los efectos subrepticios y crueles de la guerra de ocupación, que convierten lo cotidiano de los pueblos en un infierno, que los autores del libro desean poner de relieve.
Eyal Weizman |
Las fotografías de latas de coca cola, sandías, jaulas de pájaro, muros cubiertos de graffiti y de carros chatarras quemados fuera de uso que ilustran la obra de Adam Broomberg y Oliver Chanarin titulada Chicago([1]), resultan bastante sorprendentes si se considera que el objetivo que los autores se proponen es sumergirnos en un contexto de guerra. Sobresale igualmente la inexistencia de numeración en el libro pues nos da la impresión de estar en una tierra sin reglas ni límites, donde todo se define en función a la ley del más fuerte. Al mismo tiempo, al ser confrontados con las imágenes de paisajes lunares donde aparecen construcciones que bien podrían pertenecer a un escenario apocalíptico, nos invade un fuerte malestar engendrado por el sentimiento que una terrible e inefable amenaza cuelga como una espada de Damocles encima de esas tierras. Desgraciadamente, el abanico de fotos reproducido en el libro no tiene nada de ficticio en sí. Esta perspectiva surrealista es parte integrante de la vida de los pueblos de Israel y Palestina. Porque en objetos, que a primera vista parecen inofensivos, pueden esconderse “Bobby traps”, es decir bombas rudimentarias elaboradas por palestinos, los cuales luchan de forma asimétrica contra la política de ocupación de Israel. Son los efectos subrepticios y crueles de la guerra de ocupación, que convierten lo cotidiano de los pueblos en un infierno, que los autores del libro desean poner de relieve.