El Comitè Antiimperialista condenamos el reciente intento de asesinato del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, y a la vez nos condolemos con las víctimas ocasionadas. Es más: condenamos, más profundamente, a los demócratas artífices del conato, quienes, cansados de perder elecciones, han decidido intentarlo por la vía rápida. Nos preguntamos, asimismo, dónde poder escuchar ahora los suspiros de tanto amigo de los derechos humanos: justamente cuando se atenta contra la vida del actual depositario de la Soberanía Nacional (guste o no guste) y, por ende, contra la fuente de tal Soberanía, que no es otra que el pueblo venezolano.

Mostar hoy solidaridad con el Presidente Nicolás Maduro, en el contexto del conato asesino, significa, más allá de filia ideológica o siquiera política (o no filia), solidarizarse con el país latinoamericano. Pues prácticamente no hay venezolano, bolivariano o no bolivariano, a quien hubiera beneficiado objetivamente la muerte violenta del lider gubernamental y el abrupto escenario consecuente en lo político, lo económico, lo social y lo militar.  

Al mismo tiempo, no nos dejamos enredar por el conciliacionismo político patrimonio de ciertas fracciones estatales: la paz de verdad en Venezuela se logrará por la vía de proseguir la lucha de clases contra tanto vivillo y vividorzuelo que, mientras hace “manos muertas” a la implementación de proyectos populares, practica la fuga de Capital y sueña con un Nuevo Acuerdo entre su propia condición burocrática y la burguesía mercantil “liberal” opositora. Ambas clases, aunque ahora en tensión, son pro-Imperio y buscarán coronar el Bonapartismo en proceso.

El enemigo está en el exterior y en el interior. La perspectiva antiimperialista de desarrollo soberano no sobrevivirá en Venezuela ni en lugar alguno, a menos que combata las clases sociales (privadas o de Estado) cuyo modo de reproducción clasista es dependiente del Imperio. Y así naturalmente propensas a ayudar al Imperio en la restauración de las viejas relaciones opresivas. No importa el color que vistan.

Nosotros estamos y permaneceremos junto a las decenas de millones de venezolanos que carecían de patria –en paráfrasis a Marx- y que con Chávez, bajo la radiante alba nacional, por fin obtuvieron Patria. Junto a quienes parecían condenados al sin-salir del ghetto de clase y Chávez los llevó a la escuela y a la universidad; a enseñarse a donar su capacidad humana a una sociedad que así iba siendo más y más suya. Estamos y permaneceremos junto a quienes comprobaron cómo el techo dejaba de ser siempre para los barrios de enfrente, de “los otros venezolanos”. Junto a quienes pudieron ponerse siquiera a la cola de un economato donde poder pagar alimentos con que desinflar los estómagos famélicos crónicos de sus niños. Estamos y permaneceremos junto a quienes deben seguir en pie para luchar contra el imperialismo más contra toda fuerza social y política regresiva. Junto a quienes formaron comunas donde desarrollar relaciones productivas desvinculadas a la tiranía de la mercancía y de sus alienantes leyes económicas.

¡NO HAY VUELTA ATRÁS! ¡POR LA EMANCIPACIÓN SOCIAL Y NACIONAL! ¡POR LA REPÚBLICA SOCIALISTA!
¡POR LA PROFUNDIZACIÓN EN LA LUCHA DE CLASES HASTA LA DESBUROCRATIZACIÓN DEL PODER!
¡ABAJO EL CONCILIACIONISMO BONAPARTISTA Y TODA CLASE INVOLUTIVA!
¡CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE!

    

Tamer Sarkis Fernández
Comité Antiimperialista