Niño Diego: ¡fraude monumental!diego garcia sayan caviar
por Herbert Mujica Rojas

Entre lo publicado el 2005, gobierno de Toledo y la fecha actual, 2007, han pasado múltiples hechos, siempre en la cuenta culposa de Niño Diego: se ratifica su participación en el allanamiento del Perú ante la Comisión Interamericana de DDHH para hacer méritos y luego ser juez, hoy vicepresidente porque es inepto para ser presidente, de la Corte Interamericana; apresamiento del periodista Ricardo Ramos Tremolada por orden directa del fatuo Niño Diego y silencio sepulcral de todas las organizaciones de derechos humanos, con la honrosa excepción del IDH, apenas llegado al Perú; colocación de su novia, Mariella Pinto Rocha, experta en párvulos, como mano derecha ejecutiva en la Agencia Peruana de Cooperación Internacional. En buena cuenta, porque el lector puede aburrirse del largo rosario de estropicios que implican al mamarracho que hoy dice que los fujimoristas le acusan, cuando son los hechos por él cometidos, los que le señalan clara y terminantemente como el triste protagonista de una estafa al Perú.

Debiera aquilatarse cuánto se ha servido Niño Diego del Estado peruano para que su vanidad infinita se vea satisfecha. Y cuánto es lo que Perú ha obtenido de estos "éxitos" tan cacareados por pandillas financiadas con dólares que envía el Departamento de Estado vía organizaciones no gubernamentales que han terminado en vectores desvergonzados del imperialismo yanqui. Si no hay ganancia para el Estado peruano, no para la fatuidad impresionante de aquél, ¿no debiera embargársele propiedades en Bujama, Barranco, como garantía del resarcimiento a que tiene derecho la nación por el robo cometido contra él?

Pocas veces un oscuro, mediocrísimo, casi autista, ha sido elevado al olimpo del estrellato mediático porque es políticamente correcto así sostenerlo. Y, por supuesto, los cientos de miles de dólares que compran plumas, páginas de diarios, espacios de televisión y entrevistas radiales, sobran, con el único destino de la fábrica vil de un "estadista" de juguete.

Muy pronto, ya se han dado los primeros barruntos de estas intenciones en el mismo Congreso de Gringolandia, la CIA será privatizada. ¿Qué hará entonces la rabanería caviar proyanqui y chilenizada? ¿a quién prestarán sus servicios, tallercitos, libritos, fórums y demás adefesios? ¿de qué agencia de cooperación colgarán sus apetitos de viajes, diplomas, 4 x 4s y conferencias? ¿qué harán todos los Niños Diegos, sus émulos y compinches de las innumerables cofradías caza-dólares?

Leamos. (hmr)

Señal de Alerta
por Herbert Mujica Rojas
19-7-2005

Niño Diego: ¡fraude monumental!

La política peruana está llena de "luchadores anticorrupción", "esclarecidos intelectuales progresistas", "líderes por los derechos humanos", la mayoría son fabricaciones mediáticas que se barnizan por mamarrachos en forma de libros, conferencias sosas y de tenores resobados por lugares comunes y financiadas por ONGs particulares y con la clara intencionalidad de posicionar íconos, figuras y figurones que diría González Prada. Entre esos ¡qué duda cabe! Niño Diego García Sayán descolla en proporción al abultado presupuesto que dedica al culto de su vanidad inane.

El asesor del Banco Central de Reserva que gana por un trabajo que nadie conoce casi S/. 20 mil soles al mes, Niño Diego, también aprovechó la marea para declarar sus afanes "anticorrupción". Interesante para cualquier revista poner de relieve algunas de las hazañas de este Narciso de juguete. Debo sí, puntualizar, que estas críticas son reiteradas y antiguas, desprovistas de cualquier pesca
electoral o afán oportunista.

Cuando la inmoral y profundamente anti-derechos humanos dictadura de Fujimori, la chacrita productora de dólares, la ONG privada de Niño Diego García Sayán, la Comisión Andina de Juristas CAJ, contrataba con el Poder Judicial para asesoramientos. ¿Qué, le enseñaba de derechos humanos al fujimontesinismo? Y se dice que en estos enjuagues comerciales, como interlocutor, estaba Walter Albán, el actual y precarísimo Defensor del Pueblo no ratificado hasta en cuatro oportunidades por el Congreso.

Durante el paniaguato Niño Diego García Sayán ocupó el ministerio de Justicia. Desde allí presionó a la Cancillería para que fletara misiones de embajadores a propiciar por Latinoamérica, su candidatura a juez de la CIDH. Advertí entonces que la ambición del susodicho era legítima pero que tuviera la elegancia de ¡financiar esa campaña con su dinero y no con el de los contribuyentes!

En este gobierno, Niño Diego García Sayán adviene a la Cancillería y mientras que en Chile, en junio-julio del 2003, pulverizaban a Aerocontinente, con mañas mil, Niño Diego condecoraba a Soledad Alvear, titular de RREE del país del sur, en Lima. Pregunté entonces: ¿qué, aquí se premia a quienes aniquilan esfuerzos empresariales peruanos en Chile? ¡Por supuesto, Niño Diego se calló en siete
idiomas! ¡Es valetudinario el sujeto!

Niño Diego García Sayán amenazó a cierto periodista con hacerle un juicio penal porque consideraba que su honra había sido mancillada y ordenó a un procurador de la Cancillería a iniciar la querella. El retrucó que el ministerio no podía emprender una acción de carácter personal y privado. ¿Saben qué le ocurrió al correcto empleado?: ¡terminó de patitas en la calle por orden directísima de Niño Diego!

El exhibicionista Niño Diego García Sayán mandó a hacer un libraco de algo así como 300 páginas y en 250 de ellas, hay fotografías de él. ¡La megalomanía hecha vanidad y un embeleco auto-lanzado a figura nacional! Ciertamente hay que recordar su traidor comportamiento impulsando que el Perú adhiera a la Convención del Mar que colisiona directamente con el Artículo 54 de la Constitución.

Niño Diego García Sayán es un fraude monumental por donde se le mire. Fue un canciller de juguete. Tiene prensa adicta que fleta con muy buenos avisos y contactos específicos que le echan incienso porque de otro modo seguiría siendo el oscuro personaje que en realidad es. Dicen que entre sus sueños de opio está el ser presidente del Perú. Aquí hemos tenido hasta a un japonés como jefe de Estado. ¿Puede una ficción llegar sin apoyo popular genuino ni diplomas fabricados en cocinas pro domo sua, a Palacio? ¡Aquí sucede cualquier cosa!


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