cesar hildebrandt 8Por César Hildebrandt

 Hoy es 5 de abril.

Hace 21 años, a las 10 y 30 de la noche de un domingo, Fu­jimori dio su famoso golpe de Estado.

La razón inmediata de ese zarpazo an­tidemocrático fue crear un gobierno que no se sujetara a ninguna restricción ética.

Un objetivo anecdótico del 5 de abril de 1992 fue robar. Y vaya que se robó. Se calcula que desaparecieron 6.300 mi­llones de dólares de las arcas del Estado (sólo se han recuperado 184).

Pero detrás de ese pintoresquismo delictivo había un designio mayor, una razón de Estado: crear la economía ultra­liberal que exigían los organismos mul­tilaterales, la OMC, el Departamento de Estado de los Estados Unidos y la oligar­quía peruana súbdita siempre de intere­ses foráneos.

Así como Pinochet y Videla pusieron, a sangre y fuego, los cimientos del “nuevo orden” en Chile y Argentina, así Fujimori y una corte de tecnócratas destruyeron en el Perú el Estado, las instituciones de control y contrapeso político, los fueros sindicales, el concepto mismo de la soli­daridad social y privatizaron todo lo que pudieron creando una atmósfera supues­tamente darwiniana donde los mejores debían sobrevivir.

Lo que crearon fue un Serengueti don­de los trabajadores eran las presas y el safari se organizaba en el SIN. Mucho de lo que pasa hoy nació de ese período que la burguesía nacional bendijo y que las clases medias, manipuladas, consintie­ron: desde la barbarie del tráfico (impor­tando chatarra japonesa) hasta el abuso sistémico en contra de los trabajadores, desde la satanización del Estado hasta el remate de activos públicos a favor de un capitalismo mafioso (recordar las conce­siones de algunos puertos).

Y todo esto se hizo sin grandes anun­cios. Como algunos analistas han estu­diado, Fujimori y su camarilla no de­clamaban los cambios. Todos los días, en El Peruano, aparecían normas de aspecto secundario o inofensivo que fue­ron creando el nuevo país. Un día fueron las AFP, que eran una caricatura extrema del modelo chileno. Otro fue la salvaje autorización que permitió la prolifera­ción cancerosa de universidades de pacotilla. A esa discreción táctica, que evi­taba resistencias y mayores debates, se le llamó “el perfil bajo de las reformas”.

Muchos de los comunicadores que hoy hablan claro y directo asesoraron con su inteligencia ese astuto proceder.

El “orden” que hoy El Comercio considera un contrato social inamovible nació de la obra cumbre de la dictadura más corrupta que haya padecido el país: la Constitución de 1993, que pretendió hacer irreversibles todos los desmanes del modelo económico impuesto en medio de una concentración absoluta del poder.

El “orden” que Cecilia Blume conside­ra sacro y romano nació de la podredum­bre. Pero a la mayordomía de la plutocra­cia la podredumbre no le es ajena: hay guano en sus raíces, hay patria vendida en sus escudos de armas, hay variados Echeniques en el álbum de sus familias.

Hace 21 años que el Perú montó este modelo que mantiene un 40% de pobre­za en amplias regiones rurales. Hace 21 años que dejamos en manos de Chile el tráfico aéreo y parte de la navegación comercial. Hace 21 años que el sueño de las mayorías, envenenadas por la tele, es un mall donde haya un karaoke, una emprendeduría que no pague impuestos y, si se puede, tampoco salarios. Hace 21 años que nos impusieron, a patadas, un orden templario donde está prohibido mencionar tres cosas: la palabra Estado, el concepto de nación, la esperanza de la igualdad de oportunidades. Hace 21 años que dejamos de ser un país y empe­zamos a ser una marca, un logotipo que se vuelve pegatina y tiene detrás la cara de Testino. Hace 21 años que somos lo­bos felices creyendo que el oro es infinito mientras que el 70 por ciento de nuestros alumnos de colegio no entienden lo que leen. Hace 21 años construimos este país cuyo PIB crece tanto como su analfabe­tismo funcional.

Alguna vez vendrá alguien —Humala: te perdiste la oportunidad— y nos dirá lo que todos sabemos. Que las “pétreas es­tructuras” del ultraliberalismo son una mierda.

Hildebrandt en sus trece, Lima 05-04-2013


Artículos relacionados

5 de abril de 1879, Chile declaró guerra al Perú y patriótica conmemoración del actual gobierno

Control de comunicaciones: Entel Chile habría comprado Nextel