Cuando se aprovecha del poder para el proselitismo

Billete de Haya de 50 mil intis
No contento con inundar el Perú con la horrible cara de Víctor Raúl Haya de La Torre —al estampar su rostro en los billetes de 50 mil intis durante su primer gobierno—, ahora Alan García utiliza el poder para imponer la misma imagen en 50 mil estampillas postales.


En los años 80, de la cara en los billetes, la gente, que sufría con el desastroso gobierno aprista, se vengó escribiendo toda clase de insultos, inclusive hubo alguien que fabricó un sello que decía: “este fue un gran maricón”, el cual circuló estampado en la cara de Haya en muchos de esos billetes.

Las marcas del billete que reproducimos en la foto también se podían observar repetidamente, con el número “666”.

Ahora las estampillas

Esta semana Alan García dio a conocer con gran pompa la emisión de las estampillas de Haya de la Torre. Si bien es cierto que Haya puede ser admirado en el partido aprista y otros, eso no da derecho a un presidente a abusar del poder y estampar su imagen en billetes o estampillas, como si fuese un héroe o un santo, los cuales con mucho sacrificio y abnegación se han ganado un merecido lugar en la Historia del Perú. Además, no ocupó un importante cargo público en el que haya hecho algo bueno por el Perú, pues todo su trabajo y afanes se circunscriben dentro del partido aprista para fortalecerlo y para que tomara el poder, con los catastróficos resultados que conocemos.

García dijo: "Este matasello yo lo tengo en el corazón desde antes de mi nacimiento, esta estampilla es para el recorrido de mi vida como un recorrido de una carta que quizás tenga destino, lleva la estampilla de Haya de la Torre desde hace mucho tiempo, por eso para mí es una emoción rendir homenaje a este hombre extraordinario". Esta apreciación simplemente es enfermiza, exagerada o cínica, pero si tuviese un poco de respeto por los peruanos, García debería guardarse sus afectos personales y partidarios para la casa de su partido o para su ámbito personal.

Alan García falta el respeto al país, pues la mayoría no votó por el Apra, sino que García se catapultó a la presidencia con los votos prestados de Unidad Nacional y el fujimorismo. Además, como aprista, se burla de la memoria de Víctor Raúl Haya de la Torre, quien en algunos de sus primeros textos políticos reivindica el derecho del país de nacionalizar las riquezas naturales, como minas, petróleo o gas.

Como este caso demuestra que hay políticos para quienes el respeto, la delicadeza y el sentido común son algo que no siempre van a llevar al poder y utilizan los recursos públicos de esta manera, debería normarse las cualidades de los personajes que circulen en billetes y estampillas, pues no sabemos qué ejemplo admirable pudo haber dejado Haya de la Torre, además de los miles de muertos que causó en el Perú con su proselitismo y de su confraternización con los chilenos cuando en 1922 hizo muy buenas migas con el enemigo del sur mientras los peruanos de los territorios ocupados de Tacna, Arica y Tarapacá eran masacrados, perseguidos, humillados o encarcelados.

Por tanto, un mensaje a los peruanos respecto de Haya de la Torre debería ser “que la historia no se repita”.1

¿Por qué Contraloría no se pronuncia sobre este mal empleo de los recursos públicos, con fines partidarios?

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1 Ver: Violencia y muerte: escuela del Apra y Battle at Kruger: Reivindicando al búfalo