Marchas y contramarchas en la gestión del sector salud

Por Herberth Cuba

El 27 y 28 de febrero del 2018, el gremio médico realizó un paro nacional en Essalud. El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo tiene a cargo a Essalud y el ministro a cargo es Javier Barreda, de filiación aprista. La dirigencia del gremio de Essalud también es de filiación aprista. Al presidente ejecutivo de Essalud, que no es del Apra, se han hecho múltiples cuestionamientos. En esta circunstancia, el paro médico parece ser una estrategia de tenaza, bien montada por el partido de la estrella para remover del cargo al actual presidente ejecutivo y promover a un militante aprista.

Los cuestionamientos a la actual gestión de Essalud provienen desde dos orillas contrapuestas. Por un lado, desde los sectores que exigen que Essalud afiance la marcha hacia el Aseguramiento Universal y abandone la doctrina de la Seguridad Social. Apelan a la experiencia que tuvo el actual presidente ejecutivo cuando se desempeñó en la Sanidad Policial. Desean la aplicación de la separación de funciones que se realizó bajo su gestión en la Sanidad Policial, entre el rol financiero (SaludPol) y el rol asistencial (prestacional), a través de los hospitales y policlínicos, que trajo como consecuencia dos efectos distintos: por un lado se desfinanció el Fondo SaludPol, debido a la compra desmedida de servicios al sector privado; y por otro lado, se abandonaron y precarizaron los hospitales y centros asistenciales propios de la Policía Nacional.

La otra orilla ha sido representada por los defensores de la doctrina de la Seguridad Social, que plantean el fortalecimiento de los establecimientos de salud, la mejora de la gestión y la ampliación de la oferta de servicios a los afiliados. Critican la falta de capacidad para generar nuevos proyectos de inversión en infraestructura y recursos humanos. Evidencian el temor a que el actual presidente ejecutivo ejecute el plan que colapsó a la Sanidad Policial.

El Gobierno del presidente PPK planteó el fortalecimiento de la Seguridad Social en Salud, a través de la formalización económica. Lanzó una cifra optimista del 70% de formalización. Sin embargo, en la medida que no mejoraron los indicadores económicos como se esperaba y se sucedieron los cambios de ministros, se ha relativizado el concepto de Seguridad Social en Salud. Ahora que el Apra ha asumido la cartera de Trabajo y Promoción del Empleo, se habla de nuevo de Aseguramiento en Salud. Es una vuelta a las gestiones del segundo Gobierno del Apra bajo la gestión del ministro Oscar Ugarte; y del presidente Humala, con la ministra Midori de Habich, cuyo modelo se plasmó en la Sanidad Policial.

Sin embargo, luego de concluida la gestión del ex presidente Humala, miembros del nuevo Congreso de la República exigieron al nuevo ministro del Interior no solo la culminación de la obra paralizada (por más de S/ 300 millones) del Hospital Central de Policía, sino el reflotamiento de toda la red asistencial de la Policía Nacional, además de la fiscalización de los pagos de las atenciones médicas a los establecimientos privados. Las críticas a la gestión de la sanidad policial humalista son muy duras y continuadas. Lo acontecido con el modelo de compra desmedida con fondos públicos a privados en la Sanidad Policial no ha sido un buen precedente para Essalud. Remarcar que la diferencia entre Essalud y la Sanidad Policial, en cuanto a montos económicos y personas, es demasiado grande como para servir de referencia, no ayuda, porque lo que se cuestiona es el modelo.

Luego de 17 meses de gestión del nuevo Gobierno en Essalud hay incertidumbre en cuanto a la doctrina de la Seguridad Social en Salud, deudas por cobrar por más de S/ 2,500 millones, falencias en la situación prestacional, colas, periodos prolongados para obtener citas y sobre todo falta de inversión en nueva infraestructura hospitalaria. El recurso humano está desmotivado y mal remunerado. La relación con el sector privado ha sido muy cuestionada por los usuarios y los gremios, debido a la afluencia de recursos que podrían haber sido utilizados con mayor eficacia y eficiencia por el propio Essalud. Pero lo más importante, se aprecia una pérdida de liderazgo y desgaste en la gestión. La nueva escala remunerativa que exige el gremio médico es justa, pero el reclamo no puede ser entendido al margen del contexto en que se desenvuelve Essalud.

02.03.2018