Por Raúl Allain (*)

La antipsiquiatría cuestiona profundamente a la psiquiatría tradicional por haberse entrampado en lo que se denomina “Estado terapéutico”, que representa un grave error histórico y cultural producto de un concepto en proceso de caducidad del campo de la medicina.

La base científica de este concepto antipsiquiátrico aparece en el artículo “Antipsiquiatría. Deconstrucción del concepto de enfermedad mental y crítica de la ‘razón psiquiátrica’” del filósofo Adolfo Vásquez Rocca. Este texto corresponde al proyecto de investigación JM Fondo Jorge Millas 2011-2012 de la Universidad Andrés Bello.

En síntesis, el movimiento antipsiquiátrico se rebela ante una noción de psiquiatría limitada o sojuzgada por una sociedad excesivamente medicalizada y una cultura que le rinde pleitesía al crecimiento desmedido de la industria farmacéutica y sus descomunales ganancias. En el caso de Perú se confirma esta idea: grandes monopolios manejando a su antojo el comercio de medicina.

Dialogando con César Espinoza Claudio, director del Instituto de Investigaciones Histórico Sociales de mi alma máter, San Marcos —quien fue mi profesor en pregrado—, coincidimos en analizar la oscura relación que existe entre manicomios, oligarquía e internamiento psiquiátrico: todos ellos funcionan bajo una conspiración de silencio.

Estos claustros se destinan solo para aquellos que perturban al statu quo con comportamientos anormales, siendo esta condición falaz porque se manipulan mentes y se controlan voluntades usando el efecto electromagnético de las personas, tal como concluye el fallecido historiador, poeta y periodista Humberto Pinedo.

Se debe comprender que la esencia de la enajenación es el disturbio social, lo que —en un alcance científico— podemos denominar doblegación de un cuerpo por intermedio de una estratagema eléctrica. La “enfermedad mental” se transforma así en el mecanismo social, regulado y determinado por la psiquiatría, para patologizar mediante la doblegación humana.

Además, investigaciones como la del médico David Salinas Flores, nos alertan sobre el peligro que representa el Proyecto BRAIN [‘cerebro’, en inglés] y la decodificación de la información cerebral de la población. Es por ello que, a partir de mis investigaciones, considero sumamente importante la evolución contracultural de la antipsiquiatría como alternativa para socorrer la vida cotidiana mediante nuevas prácticas que no continúen humillando al ser humano ni frustren su desarrollo personal.

 

(*) Escritor y sociólogo. Presidente de IPJ y director de Editorial Río Negro.
Expreso, 22-06-2018
Raúl Alfonso Allain Vega. Escritor, poeta, editor y sociólogo. Presidente del Instituto Peruano de la Juventud y director del sello independiente Río Negro.

 

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