Por Milcíades Ruiz

La tragedia del velorio de Ushua-Ayacucho, alerta una vez más sobre la necesidad de las Buenas Prácticas Agrícolas para evitar la contaminación fatal de los alimentos. Es una pena que el afán de lucro capitalista haya penetrado profundamente hasta lo más recóndito de nuestra patria, destruyendo los procesos productivos naturales y creando dependencia ligada a las empresas transnacionales que fabrican agroquímicos. Con la drogadicción de los cultivos comerciales se busca mayor competitividad en el mercado donde no hay escrúpulos morales.

La mayor productividad reduce los costos unitarios aunque el costo por hectárea sea igual, pues se obtiene mayor cantidad de kilos de productos en la misma extensión. Por consiguiente aumenta el margen de rentabilidad por hectárea pero a costa de daños en la salud vegetal y humana. Los insecticidas que son potentes venenos para los insectos plaga, extingue también a los insectos benéficos depredadores naturales de los insectos dañinos dejando indefensos a los cultivos ante las plagas resistentes. Estas desarrollan resistencias de sobrevivencia siendo necesario mayor cantidad de insecticidas y con mayor toxicidad para poder controlarlas.

El agricultor no se da cuenta que ha caído en la trampa de las transnacionales. Angustiado por las enfermedades y plagas de sus cultivos busca al vendedor de agroquímicos que, por salir de su mercadería le recomienda fungicidas y plaguicidas sin criterio técnico sanitario y sin importar los daños, solo sus ganancias. Consecuentemente, el agricultor no aplica el agroquímico apropiado ni en las dosis apropiadas. Lejos de eliminar los envases, los guarda en casa junto con las demás cosas, contaminando hasta los alimentos y exponiendo a la familia al peligro de intoxicaciones por error.

Pero allí no queda todo. Algunas “remedios” utilizados en el control de plagas y enfermedades contienen sustancias cancerígenas y por ello, son prohibidos en otros países. Pero la corrupción también está en las autoridades sanitarias que autorizan la venta de agro fármacos y lo que afuera está prohibido en nuestro país se vende libremente. Las plantas no logran eliminar completamente las sustancias tóxicas que han absorbido y los productos cosechados al no tener ya la defensa natural, tienen que ser protegidos aplicándoseles más agro químicos en almacén. Así llegan al mercado de consumidores.

Las autoridades de los países a los que exportamos alimentos no permiten residuos tóxicos y los cargamentos son devueltos si dichos los residuos son detectados tras el análisis respectivo. Esos alimentos rechazados por contener residuos cancerígenos se venden en el mercado interno, incluyendo los cargamentos rechazados a otros países. Lo mismo sucede con la producción industrial de las carnes y leche. Pollos, cerdos y vacunos son alimentados con concentrados procesados químicamente, se les aplica hormonas, vacunas, y antibióticos hasta el día de su muerte por lo que no tiene tiempo para eliminar los residuos tóxicos.

En estas condiciones, ni los productores de alimentos ni los consumidores están libres de contraer cáncer y otras enfermedades derivadas de las aplicaciones tóxicas. Es muy raro encontrar ambiente sano, alimentos sanos ni personas completamente sanas. Los hospitales están colapsando por el exceso de enfermos. A falta de ambientes y camas los pacientes están en camillas y sillas de rueda en los pasillos de los hospitales. Conseguir cama vacante es una proeza. La gente hace largas colas desde el día anterior para una consulta neoplásica y no hay capacidad para tender a todos los afectados por el cáncer. Solo los adinerados no hacen cola.

Pero todo esto sucede por el estado caótico en que se encuentra nuestro país. ¿Esto, se resolverá con referéndum? ¿Bastará una reforma en la parte visible? Si el mal es sistémico, de poco sirve solo tapar el hueco que denuncia la presencia de gusanos. La gusanera está en todas partes y el foco de infección es el sistema electoral para la democracia del dinero. Si todo está podrido no cabe otra cosa que desecharlo como hacemos con la fruta. Los gusanos no eliminarán la gusanera. La defensa natural frente a las infecciones generalizadas está en el pueblo. Ustedes qué dicen.

Agosto 20018

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