Por Herbert Mujica Rojas

El escape de César Hinostroza confirma que esta persona tiene asuntos pendientes reñidos con la justicia. ¿De qué otro modo puede entenderse semejante acción pusilánime?

Nuestra prensa tan frívola y chismosa discurre por la forma en que se las picó. ¿Es ese el gran tema de estos pies en polvorosa? Me atrevo a decir que no. Que hay mucho mar de fondo con tiburones dando vueltas y amenazados, lo que los hace más peligrosos.
 
En libertad aunque luego de haber tomado las de Villadiego, Hinostroza puede arreglar todos sus asuntos pendientes: financieros (por terceros o cuartos, es probable que no tenga nada a su nombre y sin duda sí posee separación de bienes matrimoniales), político-administrativos (debe estar charlando por celular in extenso con sus amigos multipartidarios y colegas con quienes hay “asuntos pendientes” que coordinar), y no debería descartarse, merced al inmenso margesí de conocimientos e informaciones ¡y documentos! en su poder, una colaboración eficaz.
 
Por ejemplo, y es sólo un decir: quienes blindaron por largos días muy oportunos por sus horas valiosas al ex juez de la Suprema ¿lo hicieron porque son buena gente o comprensivos? Do ut des ¿silencio estratégico o complicidades desde mucho tiempo atrás? El refrán popular dice: no hay lonche gratis.
 
¿Y qué hay de los hombres de negocios o involucrados en procesos con participación de jueces o allegados a los capo mafiosos en las altas esferas de la magistratura? La danza de millones –no hay otro idioma- puede haber fletado libertades o respiros episódicos, pero frente a una prisión por negociar, todo vuelve a fojas cero. Mejor un acuerdo de colaboración eficaz con pocos años y fortuna protegida e intocable que un accidente de tránsito o caída de la cama con infarto subsiguiente.
 
La gran oportunidad es de ida y vuelta. Al Ministerio Público interesa de modo mayúsculo, echar guante a decenas de bribones que han vuelto a convertir al Perú en una chacra de sus apetitos más primitivos y ladrones y eso lo sabe el fugado a España y obviamente empujará la inercia hacia una negociación. Los expertos en marketing la llaman win-win. Suena cínico pero estos mecanismos son usados en todo el mundo.
 
¿Por causa de qué nuestros miedos de comunicación son tan epidérmicos y no tocan los temas de fondo? Proveer de ademanes y guiños a lo que es una oportunidad interesante para cazar rateros multipartidarios, empresariales, de la justicia y burriers de encomiendas delictivas, debiera ser una tarea de inexcusable ejecución. El fin fundamental es defender la causa pública que debiera ser fumigada de cacos así estén en España o en la Conchinchina.
 
Es hora de ser serios y con profundo amor a las causas de justicia.

 

18.10.2018