La gente que no tiene palabra no vale nada, se dice. Lo cierto es que no tener palabra es una falta moral muy grave no de carácter personal, sino que causa daño a los demás o a la sociedad y Mercedes Aráoz, que hace noticia por su espurio juramento a la “presidencia” por un congreso disuelto, es una mujer que no tiene palabra.

 

Araoz El Comercio vacancia

 

Mercedes Aráoz había señalado hace varios meses que no asumiría la presidencia si hubiese una vacancia, pero no cumplió con su compromiso.

En una entrevista efectuada por El Comercio a Mercedes Aráoz, la exparlamentaria aseguró que nunca tomaría el cargo de presidenta en caso haya vacancia del mandatario.

“Continuar en el gobierno si vacan al presidente sería volverme títere de un modelo de gestión que a mí no me gustaría. Porque, después de la vacancia, olvídate de la fiscalía, del Tribunal Constitucional, de la libertad de prensa y de todas las demás cosas”, expresó hace más de un año.

Diabólica

La mayoría en el Perú es católica o de otras denominaciones cristianas. Pero a veces no se toma en serio las enseñanzas morales, como el que  no tener palabra es algo muy serio y proviene del demonio, según los evangelios, que explican lo que es no tener palabra:

 

Mateo 5:37 

Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y, cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno [el demonio].

 

No tener palabra atenta contra el desarrollo

En la vida cotidiana, no tener palabra perjudica muy gravemente toda actividad, desde las simples hasta las más importantes como pueden ser grandes negocios o compromisos políticos. Ejemplos:

  • Tenemos una tarea grupal en la escuela y cada uno da su palabra de cumplir su parte. Llega el día de la entrega y uno no cumple. Esto significa mala nota para todos los que se esforzaron.
  • Una empresa tiene un buen negocio y fecha para entregar y necesita un material especial para producir un bien. Un proveedor da su palabra de llevar el insumo en una fecha máxima, pero ese día no cumple y tarda mucho más. En consecuencia, la empresa puede perder el negocio o puede perder su reputación de ser una empresa cumplida.
  • Un candidato promete hacer una obra importante para los ciudadanos cuando sea presidente, o cualquier otra promesa. Una vez elegido no cumple. No sólo no tiene palabra, sino que es también un traidor.