Isaac Bigio

Se supone que la cuestión del mar para Bolivia es un problema entre ese país y Chile, el cual en 1789-84 le arrebató todo su litoral. Sin embargo, el tema de la costa boliviana ahora puede acabar desestabilizando a la frágil democracia peruana.

 

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La Subcomisión de Acusaciones Constitucionales decidió demandar el poder remover a Castillo del poder por haber supuestamente cometido “traición a la patria” al haber apoyado el derecho de Bolivia de volver a tener mar.

Hasta el periodista opositor Jaime Chincha ha cuestionado esta aberración en los términos más fuertes. Castillo fue a Bolivia mucho antes de afiliarse a un partido de izquierda y en esa oportunidad él defendió su reivindicación marítima. Luego, en una entrevista a la CNN, dijo que el pueblo debe decidir. En ningún momento aprobó o sugirió hacer un acuerdo para entregar territorio peruano a su vecino del sur.

MEDITERRANEIDAD

La república del Perú ha tenido su peor derrota militar cuando salió en defensa de su aliado boliviano cuando Chile invadió su departamento del Litoral (uno tan grande como la suma de Tacna. Moquegua, Arequipa e Ica). Tras la guerra del Pacífico de 1879-84, el Perú perdió Arica y Tarapacá, y Bolivia se quedó por primera vez sin salida soberana al océano.

Esto es algo que la había tenido en su primer medio siglo de haber sido república, en sus 3 siglos como colonia española y en siglos previos bajo el Incario, el Tiahuanaco y los reinos collas, puquinas o aymaras.

Hace 14 décadas Bolivia se convirtió en el único de los 60 países y territorios de las Américas en no tener puertos a dónde importar o exportar productos. La otra nación mediterránea del hemisferio (Paraguay) tiene acceso directo al comercio marítimo global al estar en la cuenca del río de la Plata, el más caudaloso del hemisferio sur.

El Perú siempre ha apoyado el derecho del antiguo Alto Perú a tener su propia costa. Los presidentes Fujimori, Paniagua, Toledo y García le dieron una concesión playera de 5 kilómetros para que allí se crease el enclave Boliviamar.

La solución a la mediterraneidad boliviana puede pasar por varias vías, pero la clave es Chile. Esta última república puede concederle un corredor en su frontera con Perú o un enclave en medio de su territorio. La mejor alternativa es lograr alguna forma de confederación de Estados que una al Alto y “Bajo” Perú con Chile.

La Unión Europea resolvió el problema de la mediterraneidad de las repúblicas checa, eslovaca, austriaca y húngara (naciones que perdieron su acceso soberano al mar tras la guerra de 1914-18) a través del libre intercambio de personas y mercancías entre estos países y casi todos los puertos del continente.

Una de las causales del atraso y la inestabilidad crónicas de Bolivia se ha debido a su ausencia de litoral. Al Perú le conviene que el Alto Perú sea una nación próspera. Quien se opone a la demanda costera de Bolivia traiciona a los miles de peruanos que dieron su vida durante la guerra del Pacífico, al ideal del mariscal Santa Cruz de unir a Perú y Bolivia en una Confederación y también a la patria grande.

RACISMO

La ultraderecha criolla agrupada en el Foro de Madrid busca aprovecharse del drama boliviano para deponer al presidente peruano. Este es, precisamente, la internacional de VOX, los posfranquistas españoles que reivindican el expansionismo imperial y la conquista y destrucción de las civilizaciones amerindias.

Los que rechazan dar mar a Bolivia son los mismos derechistas que son tan ultras que ahora ya no quieren seguir la línea de Belaúnde y Bedoya de apoyar el reclamo argentino sobre las islas del Atlántico sur o de la única república hispanohablante ocupada a su independencia (la saharaui). Son quienes en sus acciones destilan tanto racismo contra lo andino e indígena.

El congresista Bermejo dice que traición a la patria es lo que hizo Fujimori al entregar parte de Tiwinza al Ecuador o al traficar con droga en el avión presidencial. Ninguna frontera es sacrosanta y pueden darse distintas negociaciones sobre estas, pero lo que realmente ha sido una traición total al pueblo peruano es lo que el fujimorismo y sus secuelas han hecho al robarse miles de millones de fondos públicos, al haber asesinado a millares y al haber entregado nuestros recursos naturales y empresas estratégicas a multinacionales.

HARAKIRI

Los que votaron por la exprimera dama del dictador con ciudadanía japonesa, son quienes se están haciendo otro harakiri con esta propuesta. Va a resultar difícil que el Congreso la apruebe, si esto se da se desencadenará un estallido social y con esta acción su reputación tanto a nivel interno como internacional seguirá en picada.

A este Congreso no le importa ser ya uno de los más impopulares del mundo y de nuestra historia. Lo que les interesa es vivir petardeando al único Presidente constitucional que haya sido un sindicalista y que sea de origen humilde. Un Legislativo tan negativista, obstruccionista, provocador y golpista ya hace tiempo ha debido ser cerrado para haber dado paso a nuevas elecciones legislativas y constituyentes.

 

Diario Uno, 15.11.2022