Juan Huaylupo Alcázar *

La temática sobre el eterno retorno tiene su referencia histórica en la antigua Grecia con la creencia del tiempo circular, pero con presencia hasta el presente, así como en diversas concepciones del pensamiento filosófico (Vico, Nietzsche), científicas (Copérnico, Newton, Kepler, Laplace), en las religiones, así como en las visiones políticas y en las pretendidas predicciones cuantitativas contemporáneas, las cuales a partir de su generalidad difunden las ideas que imaginan que lo ocurrido, en determinadas circunstancias, se repite como un eterno presente, sin pasado ni futuro, como una máquina autónoma que reinicia su ciclo sin control, supeditando el universo y las relaciones humanas, como una eterna reedición del mito de Sísifo.

 

sin retorno

Resulta fácil el ejercicio de balance y crítica sobre lo que ha sido el primer año de gestión municipal del alcalde Rafael López Aliaga si este recuento se limita a revisar las promesas electorales incumplidas. Son muchas. Desde la construcción de tanques de agua para los asentamientos humanos ubicados en las partes más altas de los cerros que bordean la capital peruana, hasta la compra de diez mil motocicletas para el patrullaje contra la delincuencia callejera. En la lista hay que incluir la eliminación de peajes, la construcción de un teleférico en Lima Norte, la instalación de doce mil cámaras de videovigilancia, la eliminación de la contratación de consultorías en el municipio y varias otras más.

 

Rafael Lopez Aliaga 1

Herbert Mujica Rojas

Perú carece de líderes. En su mayoría casi total, los que alguna vez estuvieron al frente, hoy exhiben grisura reprobable gracias a prácticas corruptas, inmorales, degradantes. Casi cuarenta años de los mismos y su mediocridad es inolcultable.

 

contra nombramiento BCR 2016

Ante aquellos en los miedos de comunicación se los señala como ladrones. Así de simple.

¿Son las masas, reales o imaginarias, buenas o malas? ¿hay que usarlas sólo como guarismos votantes, como integrantes de la barra entusiasta, sin decisión ni voz —y menos voto— en cualquier acción política?

No hay buenas o malas masas. Solo buenos o malos dirigentes repetía siempre Haya de la Torre.

¿A quiénes conviene tener masas carentes o ignorantes de cualquier arquitectura ideológica, sin conocimiento de sus derechos y deberes, huérfana de cualquier disciplina para brindar su concurso inteligente y valioso en pro de la justicia social y la revolución? ¡Evidentemente sólo a los malos dirigentes!

La devaluación de las ideologías, la masificación de las redes sociales con su carga difusora pero también rica en noticias falsas o mentiras bien elaboradas, igualmente ha conspirado contra un desarrollo educacional o artístico.

Antes los transeúntes se “informaban” por las portadas de los diarios en cualquier quiosco callejero. Hoy basta con un clic y se abre la aplicación y se toma nota de ¡todas las publicaciones!

La acción multitudinaria carente de líderes honestos, reconocidos como tales por los conglomerados humanos, anemiza y cada día es más difícil conseguir ciudadanos votando con los pies en protesta y afán entusiasta.

Cuando las masas aparecen sólo para vitorear lo que NO conocen ni analizan y son convocadas exclusivamente para las urnas, entonces envilecemos la democracia al confinarla a esta estrecha, miope e insuficiente instancia mecánica.

Ni el voto es por sí sólo, la expresión democrática suficiente, y tampoco los comicios respaldan el derecho de los pueblos a fiscalizar el accionar de sus elegidos y su fulminación o fusilamiento en el caso de su mal proceder o traición flagrante.

La política no puede ser vil negociado culpable o tabladillo de pasiones inferiores como se ve hoy a través de los miedos de comunicación. Un partido, cualquiera que fuese, no debe tener como fin y meta de su ambición, tan sólo la repartija de puestos o el asalto del presupuesto del Estado.

La contradicción monstruosa es que no es el afán de servicio a través del puesto al que se llega vía el partido, lo que anhelan los lidercitos. ¡Son los pingues negocios que se obtienen con el tráfico de influencias, la rifa de favoritismos, los contratos con nombre y apellido.

¿Quién puede negar que esas prácticas destruyeron a todas las organizaciones políticas?

Lo insólito es que viejos hampones, cuyas fortunas se hicieron muy rápido, sin trabajos de respaldo o de la noche a la mañana, creen que pueden repetir el giro maléfico con todos los gobiernos. Y hay empleados públicos corruptos dispuestos a entrar en el carnaval de sinecuras.

No hay buenas ni malas masas, sólo buenos y malos dirigentes. Tan criminal es prohibirle al militante sus cánticos y lemas, como vetarle el camino al conocimiento de la modernidad y del liderazgo.

Perú tiene que darse su propia respuesta consistente en un pleno manejo soberano de su suelo, mar, aire, con ambición y procura de la proyección del Atlántico hacia el Pacífico y hacia el Asia y el refuerzo de las misiones científicas en la Antártida. Primer desafío consistirá en hacer entender este planteamiento geopolítico a las nuevas promociones.

Con disciplina, de una buena vez, los cincuentones tendrán que comprender que si el porvenir nos debe una victoria, ésta llegará por la acción decidida de los más jóvenes, de su vigorosa arremetida y con la garantía de vidas limpias.

Y es de bondad reflexiva persuadir a los más caminados para que comprendan que el relevo ha llegado y que es hora, desde atrás, sin protagonismos baladíes, apoyar la construcción de la Patria.

Y los veteranos en la retaguardia con su experiencia y sabiduría. La renovación nacional no es un tema lírico, es una obligación urgente. Ese entendimiento intergeneracional abrirá las alamedas por las que pase el hombre libre y en búsqueda de un Perú culto, justo y digno.

En esa tarea fundamental, irrenunciable como lo es la vida misma, tienen las promociones de antes y las que recién llegan, un compromiso que sólo puede reconocer una dinámica instructora, pedagógica y combativa.


16.01.2024
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Señal de Alerta

Herbert Mujica Rojas

Una tara congénita acompaña al peruano: su infinita capacidad de disimular la estafa, premiar al delincuente y llamar blanco a lo negro, perfumado a lo pestilente. Vemos a tahúres conocidos, tramposos eternos y les damos “crédito” por sus mentiras. ¡Y sabemos que son falsedades!

 

palabreo

Por: Wilfredo Pérez Ruiz (*)

Este concepto se remonta a los antiguos griegos y romanos. Su nacimiento ocurrió hace 2.500 años, en la época de la Grecia clásica. Allí se establecieron dos modelos: ateniense y espartano. En sus inicios eran ciudadanos quienes cumplían determinados requisitos; no cualquiera accedía a esta condición, reservada para los que participaban en las decisiones concernientes a los asuntos públicos.

 

muchedumbre