Satélite de la NASA se estrella en la Antártida


La crisis no sólo es económica en Estados Unidos, ahora también afecta a los resultados de sus más prominentes programas, en este caso el satélite Oco, que pretendía ser un observatorio de medir el CO2 en el ambiente, pero acabó estrellado en el mar antártico.


Durante la operación de lanzamiento, desde la base de Vandemberg, California, la cofia no se abrió, por lo que el satélite perdió altura por exceso de peso en la atmósfera terrestre, por lo que el fallo determinó que el artefacto se precipite inexorablemente a los tres minutos de lanzado, para terminar destrozado.

El observatorio era un satélite mediano (441 kilos), con un coste no muy alto (cerca de 273 millones de dólares) en comparación con otras misiones espaciales. No obstante, es una pérdida científica lamentable pues los especialistas esperaban contar con los datos que proporcionaría.

El fallido lanzamiento se realizó con un cohete Taurus XL y el lanzamiento se realizó por la empresa Orbital, que mantiene diversos contratos con la NASA.

Las observaciones del Oco iban a enfocarse a tratar de explicar cuestiones como el origen de las emisiones de CO2, su absorción por los océanos y la vegetación.