Las partículas de alta energía tardan desde unos minutos a unas pocas horas en arribar a nuestro planeta durante las eyecciones de la masa coronal de nuestra estrella.
 
Un estudio de la actividad solar ha permitido establecer "por primera vez de dónde provienen exactamente las partículas energéticas solares" que tienen efectos nocivos en nuestro planeta, comunicó este 4 de marzo el University College de Londres recogiendo las palabras de la investigadora Stephanie Yardley.
 
 
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La zona de eyección coronal del 7 de enero de 2014 marcada sobre la cromosfera del Sol con la región activa 11944 en su centro.
David H. Brooks, Stephanie L. Yardley / American Association for the Advancement of Science
 
El equipo británico-estadounidense del que Yardley formó parte se enfocó en un evento solar ocurrido en enero de 2014 y que duró varios días. Los científicos lo eligieron porque implicó una eyección de masa coronal hacia nuestro planeta lo bastante fuerte como para que los aparatos registraran sus consecuencias, tanto en la órbita como en la superficie de la Tierra.
 
Los datos recabados respaldan "las teorías de que estas partículas altamente cargadas se originan en el plasma mantenido apretado en la atmósfera baja del Sol por fuertes campos magnéticos", explicó esta experta en clima espacial. El plasma solar consiste en protones y otras partículas de alta energía que, cuando las libera un evento como el estudiado, se aceleran por las erupciones de la corona y son expulsadas al exterior a velocidades de varios miles de kilómetros por segundo.
 
Yardley indicó que estas partículas pueden llegar a la Tierra "muy rápidamente, de varios minutos a unas pocas horas", mientras que los eventos de esta clase duran días. Conocer en profundidad qué está pasando en el Sol en estos lapsos es esencial para mejorar las previsiones de tormentas magnéticas y reducir sus riesgos, algo que ha sido posible hasta el momento solo con horas de antelación.
 
Una mancha solar como responsable
El estudio analizó las mediciones tomadas por el satélite Wind de la NASA, situado en un punto de equilibrio gravitacional entre el Sol y nuestro planeta, que los autores compararon con los datos de espectroscopia recabados por la nave Hinode, operada por la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA).
 
A partir de esta información se descubrió que las partículas que llegaron hasta los satélites tenían la misma firma química, con una abundancia de silicio, que el plasma confinado cerca de la parte superior de la cromosfera del Sol. Esta región se observa por medio de la espectroscopia y es la misma desde donde brotan los bucles coronales, visibles desde la Tierra porque se extienden hasta la atmósfera exterior del Sol.
 
La región solar responsable a comienzos del 2014 de múltiples eyecciones de la corona, designada con el código 11944, estaba en ese momento muy movediza y activa, al mismo tiempo que presentaba un campo magnético extremadamente fuerte. Desde la Tierra se pudo ver como una mancha oscura en la superficie del astro.
 
Aproximadamente un centenar de eventos acompañados de eyecciones de partículas energéticas ocurren durante cada ciclo solar de 11 años, aunque este número varía de un ciclo a otro, recuerdan los astrónomos. El nuevo estudio, publicado en la revista Science Advances, corrobora la idea de que las fuentes de estas partículas no son las mismas que tiene el constante viento solar, tanto el lento como el rápido, que asimismo tienen distintos orígenes entre sí.
 
 
RT, 05.03.2021